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Holocausto caníbal

Dic 1, 2014 | 0 Comentarios

No creo que Holocausto caníbal sea únicamente una película sobre los peligros y abusos del colonialismo. Más bien, sería una «parodia» sobre sus excesos que en realidad, plantea otra cuestión mucho más acuciante como es la de la muerte de la cultura.De hecho, no pienso que el film sea tanto la descripción de un encuentro o desencuentro entre dos mundos sino que, más bien, sería una profética exposición, previa a la implantación de la globalización, sobre la negación del diálogo entre distintas civilizaciones. Y por ello ni siquiera considero que sea una crítica del colonialismo. Más bien, sería una constatación de la destrucción de ese mismo colonialismo -o de una vieja idea de colonialismo- en la que tanto el canibalismo como la regulación y modulación del horror en sus fotogramas son, pienso, ante todo, metáforas del vacío. Del imposible trasvase de conocimientos entre dos «textos» que pierden su identidad y características conforme se «conocen».

Un «encuentro» que es más bien signo de aniquilación y decadencia que de «asombro» y «sorpresa». Refleja un final más que un principio. Un ocaso antes que un principio. Muestra con absoluta claridad que no puede existir un colonialismo ni un nuevo colonialismo porque no hay ya un solo aspecto de la realidad -ni siquiera esas tribus de salvajes que viven en la Amazonia- que no se encuentre ya colonizado por un sistema económico-político transnacional. Por lo que, en suma, desde este punto de vista, la película exploraría y reflejaría, como de otro modo diferente lo había hecho unos meses antes Apocalipsis now, los procesos, circunstancias y diversos sucesos que acaecen conforme el capitalismo global termina de expandirse e implantarse.

En este sentido, el canibalismo visualizado en el film creo que alude más al capitalismo en su fase de expansión salvaje (previo a su reconversión en tardío) que al de de las ingobernables tribus que contemplamos durante su desarrollo. Y ese holocausto al que hace referencia el título de la película tiene más que ver también con las matanzas rituales tecnológicas provocadas por el capitalismo global que por esos «otros» habitantes de la selva que, de algún modo, se mimetizan con los occidentales y acaban devolviendo la rabia y odio que les son inoculadas con absoluta fidelidad y obediencia. Pues lo cierto es que cuando muerden y matan lo hacen más como reacción, como respuesta al aprendizaje al que han sido sometidos, que como venganza. Su revancha es más símbolo de acatamiento y sumisión que de rebeldía y subversión. De alguna forma, subraya que han comprendido las reglas del juego y participan del nihilismo que, con mayor o menor insistencia, los colonizadores les han inoculado.

En realidad, se están comiendo a ellos mismos. Digieren sus propias costumbres, ritos y culturas a medida que digieren a sus burladores y castigadores puesto que, masticando el cuerpo de sus opresores, comienzan a participar de sus características y concepciones. Continuando un proceso de des-identificación vivido anteriormente por holandeses, ingleses o italianos para convertirlos en peones del mercado neoliberal. Lo que corroboran los rostros de los ejecutivos que no pueden ocultar su fascinación (mucho más que su horror) por las imágenes que contemplan que, en el fondo, certifican y dan cuenta de el  objetivo se ha completado. ¿Es una película de terror Holocausto canibal? No lo creo. Yo más bien diría que se trata de una celebración. Que nos encontramos ante un film festivo. Una obra que, como el Thanksgiving day -en este caso, de manera velada y sumamente hipócrita- festeja la dominación del mundo globalizado y se despide para siempre de la antigua forma de imperialismo colonial. Es, de hecho, una obra que tiene un apotegma muy claro: una imagen vale más que una pistola como medio y forma de dominación Basta una grabación, una penetración en el surco de una sociedad sin tiempo, para controlarla. La rebelión, los gritos y las muertes rituales no son en el fondo, más que daños colaterales y consecuencias inevitables de este sometimiento. No son, al fin y al cabo, más que agónicos alaridos de las culturas durante los instantes previos a ser incineradas o enterradas en tumbas narco-visuales: constatación de que la unificación globalizada se está realizando según los parámetros previamente establecidos. Shalam

 ربّ اغْفِر لي وحْدي

Excava el pozo antes de que tengas sed

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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