AVERÍA DE POLLOS: Inicio E Cine E Don’t look now

Don’t look now

Ene 24, 2024 | 2 Comentarios

Dejo a continuación un nuevo avería dedicado a Don’t look now, el filme de Nicholas Roeg. El cual recomiendo leer escuchando un tema de la banda sonora compuesta por Pino Donaggio: «Candles for Christine».

 

Hace unos días vi Don’t look now, el filme de Nicholas Roeg protagonizado por dos actores magnéticos (Donald Sutherland y Julie Christie). La película se encuentra basada en un relato de Daphne du Marier. Una escritora con la que tengo una deuda pendiente. Tengo que leer de una vez alguno de sus libros.

El filme de Roeg es oscuro y se encuentra lleno de simbolismos. Roeg poseía un estilo peculiar. Era un cineasta malsano. Sabía profundizar en las aristas oscuras de la historia que deseaba contar. En un momento dado, perdió la inspiración o no contó con el presupuesto necesario para llevar a cabo sus proyectos y tal vez se dejó ir. Se transformó en un autor menor aunque siempre peculiar. Pero, durante un tiempo, fue un cineasta perturbador y sugerente.

Prueba de ello es Don’t look now. Un clásico oculto del terror que con el tiempo ha ido ganando enteros en la memoria de los cinéfilos. Probablemente porque sus irregularidades contribuyen a hacerlo más inquietante. Sus posibles errores son, como ocurre en muchos clásicos del Giallo, en realidad aciertos. Puñetazos frontales a un espectador cuya mente y sentimientos son golpeados a ritmo de sinuosas imágenes y una música dulce e hipnótica que se regodea en la decadencia y el dolor. Convierte la inquietud y los llantos en objetos sacros.

Realmente, Don’t look now se merece su consideración de filme de culto.  Se encuentra lleno de escenas memorables desarrolladas en una Venecia siniestra cuyas callejuelas estrechas, canales e iglesias se desdoblan continuamente provocando una inminente sensación de zozobra y vértigo. Venecia, como ocurre en casi todas las películas que se desarrollan en esta ciudad, se convierte en otro personaje más de la película. Se transforma en un decadente paisaje de pesadilla en el que quedan atrapado un matrimonio que ha sufrido recientemente la pérdida de su hija cuyo destino parece cada vez más oscuro.

Lo que no me termina de encajar del todo es el final. Hubiera preferido una conclusión más esquizoide. Mucho menos directa. De hecho, ese es uno de los motivos por los que deseo leer el relato de Daphne du Marier. Para contrastar ambos finales y rastrear posibles explicaciones a un filme que logra mantener su misterio gracias a su telúrica atmósfera y a las resonancias lóbregas que inundan su argumento.

Don’t look now es de hecho una película de esas que es mejor experimentar que explicar. Tiene algo físico y triste que fuerza a conectar con ella para tolerarla. Es una catedral de lóbrego sentimentalismo. Una cita con la angustia con un pie puesto en los filmes psicológicos de terror y otro en la tragedia griega.

Mención especial por supuesto a la actriz (una estremecedora Hilary Manson) que ejerce de vidente en el filme. Su sola presencia incomoda, llena de suciedad telúrica la pantalla. Ella es, en cierto sentido, el alma de la película. Su presencia provoca asco y al mismo tiempo resulta fascinante. En todas las escenas que aparece se convierte en la sorprendente protagonista. Se las roba todas. Su mirada es repugnante, sus gestos dan miedo, pero al mismo tiempo su presencia es conciliadora. La vidente es un personaje ambiguo. Benefactor pero con cierto matiz malicioso que la convierte en irresistible. Algo que se podría decir también de casi todos los personajes italianos que aparecen en el filme.

En cualquier caso, si tuviera que describirle a alguien qué y cómo es Don’t look now, le mostraría una fotografía de esta mujer y les obligaría a contemplarla durante varios minutos. Todo lo que esta vidente transmite, lo transmite a su vez este película descontrolada más parecida a un poema o a un sueño que a una obra redonda. De hecho, es casi más una proyección imaginaria o fantasmagórica de una mente dañada que un relato clásico de perdición. Shalam

أعظم ثمرات العدالة صفاء النفس

El más grande fruto de la justicia es la serenidad del alma

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1imagen..la necesidad del abrazo sanador…..
    2imagen….por uno me entra y por otro me sale…..
    3imagen….la niña de frankenstein….
    4imagen….el altavoz de la niña de frankenstein….
    PD…. https://www.youtube.com/watch?v=0kU9HAIeYBo….en el minuto 1(soy maria-margarita)…..

    Responder
    • Alejandro Hermosilla

      1) Más allá de la vida y de la muerte. Edgar Allan Poe. Benerice. 2) Ya me he convertido en un ultracuerpo pero esta mujer aún no lo sabe. Debo disimular hasta asestarle el golpe fatal. 3) No estoy muy convencida yo de participar en este anuncio de moda. 4) El rostro del dolor multiplicado por tres. PD: míticas escenas.

      Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

Contenido relacionado

Videoaverías

Averías populares

Amanecer

Dejo a continuación un nuevo videoavería dedicado en esta ocasión a un turbio y magnético filme de George A. Romero en el que quedaron para siempre...
Leer más
Share This