Pre-Millennium Tension es mi disco favorito de Tricky. No tanto por las canciones sino por el ambiente malsano que transmite. Parece, por ejemplo, haber sido grabado en una habitación en la que duermen unos cuantos negratas que fuman marihuana sin descanso o en una mansión vacía donde se trafica con cocaína.
Desorden, riesgo y caos. Impotencia, orgasmos truncados y gritos de auxilio en mitad del Apocalipsis. Eso es Pre-Millennium Tension. Una obra rasgada, hecha jirones, y sometida a un sinfín de tensiones y manipulaciones que crea una sensación de incomodidad por momentos angustiosa. Un disco difícil y complejo en el que las guitarras parecen metralletas, los samplers, balas y la batería, ruido de heridos.
Tricky y Martina cantan como guerreros, gladiadores iluminando -o más bien oscureciendo- un paisaje donde ha transcurrido una batalla. Parecen dos geniecillos totalmente drogados recién salidos de una lampara maravillosa desgastada, llena de conchas y manchas. Pre-Millennium Tension provoca la impresión de estar escuchando a dos espíritus conversar en medio de un hospital, rodeados de enfermos terminales: un par almas que no saben si están muertas o vivas y cuentan historias del guetto, la vida en las calles, la ruina y las adicciones a veces con cierta dejadez y otras, con implicación máxima.
Pre-millennium tension es el asma hecho música. Frustración mental y psíquica. Una danza sin sentido y desesperada que invoca la ayuda de los ángeles y demonios sin esperanza.
Es, realmente, posible percibir que Pre-Millenium tension fue grabado en Jamaica debido a la presencia de ciertos ritmos cálidos en medio de estructuras disformes que, por momentos, se ensanchan y contraen como los pulmones de un rasta. Y otras veces, se extienden en círculos y brumas de humo. Además, hay una inconformidad absoluta en el disco que no sólo parece proceder del rebelde espíritu de Tricky sino, asimismo, de esa isla llena de exiliados. Una rabia contenida que se percibe más grande y peligrosa cuanto más apagada y seca se manifiesta.
Pre-millenium tension es un disco sin orgullo. Sin reivindicaciones. El mordisco inútil de un perro antes de morir. Música sin esperanza. Procedente de un lugar en donde sus habitantes lo tienen todo, absolutamente todo perdido. No luchan por sobrevivir sino por no morir. Y, por tanto, cuando cantan, no entonan melodía alguna. Más bien, gruñen o emiten quejidos. Gritos ahogados parecidos a los de los torturados después de días soportando el látigo y las risas de sus verdugos.
Pre-millenium tension parece la banda sonora de un enfermo de Sida. Es una obra que parece salida de las entrañas de los moribundos. Es música hecha para negros que no alcanzarán renombre como deportistas y su mayor recompensa social será conseguir unas zapatillas nike en el mercado de segunda mano. Acaso, como mucho, aparecer como extras en una secuencia de The Wire o morir bajo los disparos de la policía en un atraco visto por media América en un telediario.
Pre-Millenium tension son los dientes llenos de mellas de un diablo. Música para fumadores de crack. Una elegía repleta de tensión y odio. Un viaje por el infierno. Un disco en el que Tricky aún sonaba peligroso, rabioso y sin domesticar. Todavía era el Lautremont de la música contemporánea. Un tiburón con la piel rasgada por decenas de arpones, capaz de convertir un disco en fuego, cada canción en una homilía profana de miedo y aversión y la música en un cristal sucio. Es una obra, sí, llena de petroleo, desperdicios y basura. Líquido tóxico capaz de asfixiar hasta a las ratas. Shalam
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