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Tänze

Dic 1, 2021 | 3 Comentarios

Dejo a continuación la segunda reseña del libro Los 100 mejores discos del Siglo XX. En este caso, decidado a Tänze de Festliche Truppe. La próxima semana, me ocuparé del disco 98 en esta lista: Verärgert de Salem.

Quien desee por cierto saber más del proyecto puede pinchar en el enlace siguiente:                                                                                                           http://www.averiadepollos.com/los-100-mejores-discos-del-siglo-xx/

Y quien quiera leer la reseña anterior, puede hacerlo aquí:    http://www.averiadepollos.com/sark-resistencia-y-gravedad/

Si a alguien le gustaría, asimismo, leer la reseña con música, le recomiendo hacerlo escuchando «Coldness». El krafkwertiano tema de Kreidler que dejo a continuación.                                                                 

                             

99. Festliche Truppe: Tänze. (1956)

Supongo que más de uno se sentirá ofendido por la inclusión del impecable y divertido disco, Tänze, de Festliche Truppe en nuestra lista. Pero, ciertamente, sería injusto dejarlo de lado por más que sea una obra que ensalza al régimen germano y celebra sus victorias. 

Hoy en día se encuentran un tanto olvidados pero, en su momento, Festliche Truppe alcanzaron un gran éxito en su país y media Europa. El grupo se encontraba integrado por tres jóvenes soldados muniqueses que decidieron unir sus caminos un lustro después de la conquista de Londres por parte de las tropas de Hitler. 

Desde su primer disco, Sieg, Albrecht, Florian y Hagen no vacilaron en mostrar su entusiasmo por el triunfo de su país en una guerra en la que participaron activamente, como soldados rasos, llegando a jugarse la vida en batallas como la de Bruselas o Nantes. Las duras experiencias sufridas en los cuarteles, las noches en vela, las esperanzas perdidas (Florian perdió a su novia y Hagen a sus padres durante la guerra) y la angustiosa lucha por la supervivencia unieron para siempre a tres muchachos que lograron en parte vencer sus miedos en el transcuso de aquellos intensos, violentos años gracias a un sueño: canalizar los estudios musicales que habían abandonado forzosamente, fundando un grupo a través del cual expulsar su intensa rabia. Trasformándola, eso sí, en alegría. Algo que lograron, desde el primer momento, dando a luz canciones expansivas y contundentes en las que mostraban sin tapujo alguno sus obsesiones (mujeres, antijudaísmo, cerveza o fetichismo militar) y, de tanto en tanto, también narraban varias de sus experiencias en el campo de batalla.

Pronto, Festliche Truppe se convirtieron en uno de los grupos favoritos de las clases medias cultivadas alemanas y, sobre todo, del público universitario. De hecho, las cazadoras de cuero verdes y negras decoradas con el logo del grupo, (un águila de pelaje rubio), hicieron furor en la mayoría de facultades de la Nueva Alemania.

En cualquier caso, justo es indicar que a Festliche Truppe les costó arrancar. Su primer disco, Seig, (1952) era todavía un ensayo de todo lo que estaba por venir después; apenas un boceto apresuradamente dibujado, a pesar del empuje y la convicción de unos músicos que, ante todo, creían en sí mismos por más que todavía no habían encontrado la forma adecuada para expresarse. Pero ya en su segundo disco, Ba Ba!, el camino comenzaba a despejarse puesto que conseguían concretar en su sonido todo aquello que apenas se intuía en su primera obra; llena de ideas interesantes, sí, pero excesivamente dispersas.

En Ba Ba! ya se encontraban esas ráfagas sonoras características de Festliche Truppe en las que una bateria programada repiqueteaba insistente, incansablemente sobre el fondo de un paisaje musical reflexivo y movedizo en el que destacaba el sonido particular del bajo de Albrecht. También aparecían canciones –Behandeln, por ejemplo, es prácticamente un himno- en las que Florian se lucía con su voz susurrante y, en definitiva, nos familiarizamos con un lenguaje musical inquietante e hipnótico en donde los tonos melódicos enérgicos y los melancólicos cada vez jugaban un papel más central.

Sin embargo, todo lo escuchado con anterioridad empezó a quedar en anécdota cuando sonaron los primeros compases de Tänze. Una obra, repito, incontestable por más que se encuentre  repleta de loas y salvas a Hitler, referencias denigrantes a los latinos, se realicen mofas continuas sobre algunos de los más excelsos creadores judíos o sus letras se pierdan por momentos en cierto devaneos sin excesivo sentido en los se compara el reinado del Fuhrer con el de los antiguos faraones egipcios.

Obviamente, la fortaleza de Tänze no se encuentra en sus letras sino en su apartado sonoro. La producción, desde luego, es exquisita, muy juguetona, y los temas combinan efectos expansivos y concretos con tremenda rotundidad y contundencia. En realidad, poco, muy poco se puede decir sobre este disco. Lo mejor es dejarse mecer por esas olas sonoras que aportan un aspecto muy cálido a la mayoría de sus canciones. Composiciones como “Juwel” que se asemejan a una medusa marina, esa increíble nana épica llamada «Held» o, ¿cómo no?, su más famoso tema: el inclasificable «Schweine». Un tremendo cruce instrumental que logra crear una atmósfera de máxima tensión que llega a su clímax cuando, sin previo aviso, continuos gritos de alabanza a Hitler se acoplan con una densa y extraña sinfonía ruidosa.

Sí. Está claro que Tänze es un disco profundamente nazi pero también lo es que sus desarrollos son sobresalientes. Basta volver a escuchar esa cantinela, “Leben”, entonada con belleza inaudita por el hijo de Albrecht o los serenos acordes de guitarra que preceden a la explosión melódica de “Wald», para entender el motivo. 

Tänze es un submarino de acero. Una obra marcial y jocosa que reúne infinidad de colores. La gama sonora que nos ofrece es de hecho tan grande que resulta muy difícil elegir un tema entre todos. Ciertamente, se encuentra compuesto con la varita bajo la que se componen los clásicos. Y con el tiempo, -al menos su faceta musical- desprende un sabor a nostalgia tan árido y dulce como la que nos invade cuando contemplamos un atardecer en el desierto o un soñado anochecer en algún acantilado o paisaje marino. Probablemente porque es una obra que celebra, si, el fin de la guerra con espíritu gamberro pero, al mismo tiempo, mira con cierta melancolía heroíca el fin del conflicto. Shalam

كل الاحتياطات قليلة مع الكلمات

Todas las precauciones son pocas con las palabras

3 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1ºimagen….al «charris» le hubiese gustado hacer esta collage….(para el equipo cronica lo veo demasiado rotundo)
    2ºimagen…..hugo boss………..
    3ºimagen…..los papas tambien saben hacer esto (teatro goebbels)……jajajjj
    4ºimagen…..»un» raza negra al «tutti frutti»….(jesse owens)….
    5ºimagen…..estos dos no son nada sin la disposicion de los demas……(enfermos) o (pasos necesarios de la evolucion)……………
    6ºimagen……rueda cuadrada inscrita….en circulo y el rectangulo…..(localismo)……
    PD:….mira este antidoto….https://www.youtube.com/watch?v=nND8OQngWq0….freddy martin….Get Rhythm In Your Feet (And Music In Your Soul)..1935….y claro aqui esta la de benny goodman-1935…
    https://www.youtube.com/watch?v=ZiJsRoq86xI………fantasia….sonrisa…..

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    • Alejandro Hermosilla

      1) Proyecto de cartel sobre película de zombies nazis. 2) Vestuario de la mencionada pelicula. 3) Posando para un retratista que hará un sello nazi. 4) Plaza de toros italiana. 5) Collage mal dispuesto pero muy usado por los fans del grupo Festiche. 6) Comunismo nazi. PD: Temas muy de Boardwalk Empire. Pura banda sonora de la serie. Woody Allen y Rober Crumb escuchando detrás.

      Responder
  2. andresrosiquemoreno

    alejandro, ya sabes, digo cosas de las imagenes, en este caso 99 no he podido encontrar ningun audio-video en youtube….(se cerro la informacion) ahhhhhhg!!!!…..solo llego al traductor:… baile….y festivo grupo….jajajj….

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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