Si por algún motivo extraño en esta (u otras vidas), yo fuera nombrado director general de la televisión tengo claro cuál sería mi única medida. Obligaría a que se proyectara diariamente un solo programa: La dimensión desconocida. La impresionante, deliciosa serie creada por Rod Serling. Y o bien emitiría capítulo tras capítulo durante 24 horas o bien uno solo durante todo el día y la noche sin un horario fijo, con lo cual la televisión estaría siempre en silencio y en negro a excepción de la media hora consagrada a esta espectacular obra que ningún espectador tendría la certeza de cuándo aparecería en la pantalla.
Creo, sinceramente, que bastaría con esta imposición para que el mundo cambiara totalmente y se produjeran todo tipo de alteraciones en el comportamiento de las masas. Desde luego, tengo claro que al menos nuestra sociedad sería mucho más imprevisible y que algo grande, muy grande -no sé de qué tipo- podría ocurrir en cualquier momento. Shalam
إِنَّ بَعْدَ الْعُسْرِ يُسْرًا
Las ganancias mal logradas siempre terminan por reportar pérdidas
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