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Franko B: la performance corporal

Mar 8, 2015 | 0 Comentarios

Hace años, tuve la oportunidad de charlar con el performer italiano Franko B para la revista El coloquio de los perros. La forma de solicitarle la entrevista fue desde luego peculiar. Me inscribí como participante en la performance why are you here? en la cual debíamos introducirnos desnudos dentro de una habitación donde él se encontraba. Y al tenerlo frente a mí, le indiqué mi deseo de hacerle una entrevista a la que accedió encantado.

La dejo a continuación, no sin antes confesar que guardo un gran recuerdo de Franko. Un ser humano con un gran corazón y alejado de toda sombra de egotismo. Algo de esperar teniendo en cuenta que pasó por experiencias de desarraigo en su vida desde muy temprano y sigue manteniendo el espíritu del viejo clochard que fue en lo más profundo de su alma. Un vagabundo reconvertido ahora en un performer y artista total que intenta a través de sus performances dinamitar la conciencia de los espectadores con la intención de hacer este caótico mundo en que vivimos más justo y compasivo.


                       Franko B: la performance corporal

Coloquio: Hay una cuestión que siempre me gusta a hacer a todas las personas a las que entrevisto, ¿cuál es el momento exacto en que pensaste que te ibas a dedicar al arte?

Franko B: Fue a partir de los 23 años. Cuando yo tenía 23 años, me encontraba en un período de escepticismo. Había estado envuelto en grupos de activismo político anarquistas pero me encontraba muy decepcionado por la política hasta el punto de que decidí que nunca creería una palabra más de los políticos ni de lo que generan. Me sentía bastante mal, deprimido y decepcionado pero un amigo me recomendó que fuera a un colegio artístico y comencé a tomar clases de cerámica. Yo trabajaba en un restaurante italiano por las mañanas y alternaba este trabajo con las clases. Así, comencé a trabajar con las cerámicas y a realizar una investigación primitiva con ellas y a sentirme mejor. Creo que este fue el momento. Quería ser un artista y me impliqué en muchas otras actividades.

Yo no tuve educación alguna cuando era pequeño y, en aquel momento, tuve la visión de que quería dedicar el resto de mi vida a desarrollar mi propio lenguaje sobre la realidad: dar mi propia visión sobre la misma.

Toda mi vida había sido muy difícil. Me vi obligado desde pequeño a ir a un orfanato, a vagabundear hasta que me enrolé en actividades políticas a partir de los 20 años en Londres y aunque la experiencia terminó mal, estar allí me permitió comenzar a poseer una educación y una visión sobre el mundo. Pero, como te dije antes, al cabo de tres años comencé a pensar que esta actividad política no era suficiente ni me realizaba del todo y el arte se introdujo en la tragedia de mi vida para salvarme. Si el arte no hubiera aparecido, no sé dónde estaría en este momento.

Así, poco a poco, empecé a dar los pasos necesarios para ser artista. Después de dos años trabajando con la cerámica, alguien dijo que por qué no iba al colegio de arte y allí descubrí la pintura. Allí encontré también la posibilidad de trabajar sin ser visible a los demás; es decir, desarrollar un trabajo artístico por el mismo hecho artístico en que las personas que se acercaran a la obra lo hicieran por el trabajo y no por el nombre del creador.

Yo no quería que la gente me adorase. De hecho, jamás expuse en galerías y locales de este tipo hasta muy tarde. Lo hacía en lugares independientes como pisos de amigos o mi casa en Londres; ya sabes, en lugares diferentes.

Entonces, en 1995, gracias a todo este trabajo, la gente comenzó a interesarse por mí y me propusieron hacer una performance y yo me dije ¿por qué no? y así comencé a desarrollar paralelamente a mi trabajo pictórico y fotográfico, mi faceta como performer.

Poco a poco, fui siendo más conocido y me empezaron a llamar de galerías y otros lugares para exponer y, poco a poco, me fui haciendo un nombre en este mundillo. Y, si te he de ser sincero, lo que me interesó de exponer en estos lugares no era el dinero en sí sino que este dinero me hizo sentirme poderoso en el sentido de que gracias a él podía desarrollar todo el trabajo que yo siempre había querido hacer sin problema alguno. Me permitía seguir explorando el mundo y caminar hacia lo desconocido. Seguir caminando, como lo hago ahora, hacia un lugar que no sé cuál es. Me permite seguir experimentando, trabajar con la gente y continuar, continuar.

Coloquio: Y una pregunta enlazada con la otra ¿por qué fuiste a Londres y porque continúas viviendo allí?

Franko B: porque yo fui a Londres cuando era joven. Tenía 19 años y me negué a hacer el servicio militar en Italia por lo que iba a ser penalizado, debía ir a la cárcel y como el estado italiano tiene tratados con otros países para devolver al país a la gente que se niega a hacer el servicio militar pero no así el inglés, me dirigí hacia allí.

Por ejemplo, si yo hubiera ido a Francia y el estado italiano hubiera preguntado por mí, las autoridades francesas podían deportarme. Esta ley sigue actuando hasta que tienes 30 años por lo que, afortunadamente para mí, ya prescribió.  A partir de los 30 años ya me dirigí a la embajada italiana para solicitar el perdón que me fue concedido pero, como ves, no pude volver a mi país hasta los 30 años y, por tanto, Londres se convirtió en mi segunda casa.

Coloquio: Por tanto, apenas existirá influencia italiana en tu trabajo.

Franko B: Exactamente. En mi obra no hay prácticamente influencia alguna del arte italiano. Puede que mi obra trabaje con algunos elementos de la sensibilidad católica tan extendida en Roma para desautomatizarlos pero esta influencia no tiene que ver tanto con Italia como con la sensibilidad del mundo occidental moderno. Lo que, realmente, me influenció fue Londres, vivir en Londres.

Coloquio: ¿Ni siquiera Pasolini?

Franko B: No. Yo amo a Pasolini pero lo que, realmente, ha influenciado mi trabajo es el arte conceptual: artistas como Joseph Beuys o, por ejemplo, Mimo Palladino.

Coloquio: ¿qué intentas sugerir con esta última performance Why are you here?

Franko B: a mí me encanta estar abierto a la audiencia, que la gente se involucre con la obra y no sea un mero espectador y con esta perfomance consigo que la gente dialogue entre sí y conmigo. Y la pregunta a la que hace referencia el título de la performance es por qué estás aquí en un sentido literal, por qué has venido a formar parte de esta perfomance pero también en un sentido global, por qué crees que estás en el mundo, en el universo.

Coloquio: ¿Y qué sientes cuando te encuentras a solas con cada uno de nosotros desnudo?

Franko B:  me resulta muy difícil decir lo que pienso de cada una de las personas con las que me he encontrado en esta performance. Hay personas más agradables, otras más tímidas y otras más impresionables y, a veces, me acuesto pensando en palabras que me dijeron, las sensaciones que me dejaron que siempre son importantes. Pero, lo realmente importante de la performance es los aspectos sobre los que trabaja: la privacidad, la confidencialidad, la intimidad o la confianza.

Coloquio: Recuerdo una pintura tuya After Marat que me interesó mucho dada la naturaleza del personaje a la que va dedicada. ¿Me puedes hablar de este lienzo?

Franko B: Sí. Yo amaba la pintura de Jacques Louis-David, La muerte de Marat. David fue un pintor francés pro-revolucionario y Marat fue un antimonárquico que comenzó la revolución francesa y fue asesinado por las tropas reales. Yo amaba esa pintura y hace tres años me acordé de esta pintura de memoria y decidí hacerle un homenaje. Me interesaba homenajearla gracias a los recuerdos que tenía de ella y no observándola.

Coloquio: ¿Y qué me puedes decir de tu nuevo libro Blinded by love?

Franko B: Es un cuestionamiento, en cierto modo, de lo que he venido haciendo hasta este momento. Trata sobre la vida. Sobre la pasión que se imprime a la vida, el amor y en qué consiste, precisamente, este amor. No me interesa el amor de una manera romántica y clásica sino en la medida en que el amor está detrás de la confianza, la fe y la capacidad del ser humano de ser real, auténtico. El amor es creencia, fe, es algo de lo que nos alimentamos a diario. De hecho, tengo un tatuaje que me hice hace 10 años que es una especie de homenaje a la creencia en el amor, la vida, la gente. Es una manera de sugerir que debemos perdonar y olvidar. Es necesario apartar del alma el rencor y a ello nos ayuda el amor que es aquello que nos mantiene con vida.

Coloquio: ¿Hay algunos de tus trabajos que ames por encima de los demás?

Franko B: No. Yo no amo ninguna de mis obras por encima de otras. Hay algunos que han sido más exitosos que otros pero esto no es importante para mí. Cada uno de mis trabajos ha desarrollado distintas facetas de mi personalidad y me ha llevado a realizar una investigación sobre mí mismo y el mundo que no me permiten diferenciar unos de otros. Son parte de mi vida y de mi experiencia como ser humano en este mundo. Intento hacer lo que, en cada momento, creo que es necesario hacer.

Yo tengo 47 años actualmente y no sé si viviré cinco, diez o treinta años más en este mundo pero mientras viva, me gustaría seguir creciendo como ser humano, como una persona creativa que está interesada en seguir aprendiendo sobre nuestra naturaleza, en seguir desarrollándose

Coloquio: ¿Me puedes hablar de tu último trabajo pictórico realizado exclusivamente en fondo negro y con determinadas siluetas en primer plano?

Franko B: Se refiere al mundo actual. Las imágenes son sobre momentos de tensión de nuestra actualidad como las guerras que tenemos actualmente. Es un trabajo sobre cuestiones que me importan o sobre situaciones que desearía cambiar.

 Coloquio: ¿me puedes sugerir algo sobre la performance que vamos a observar esta tarde Don´t leave me this way?

Franko B: Es la primera performance que he hecho en colaboración con alguien. Es la primera vez que la presentó técnicamente con público real delante pues hasta ahora sólo había sido contemplada por unos pocos amigos y en ella sigo intentando cuestionar la mirada cotidiana que tenemos sobre la realidad. Trata sobre el amor, el miedo a la soledad y al igual que el libro blinded by love es una especie de celebración del amor e intenta mostrar cómo hacer frente a la vida sin estar ciegos.

Coloquio: ¿Por qué has abandonado el maquillaje blanco para presentarte ante el público en las performances?

Franko B:  Realmente, ahora estoy en otra fase de desarrollo de mi investigación artística. En otros momentos, me pintaba el cuerpo de blanco porque pensaba que resultaba sumamente importante para mi obra al igual que tampoco he vuelto a utilizar la sangre. Por aquellos días, pensaba que cubrir mi cuerpo de blanco sería útil para expresar mucho más pero ya no lo siento así. Esto no tiene una explicación lógica sino que es lo que siento en estos momentos.

Coloquio: ¿y qué sueles pensar cuándo estas realizando una performance, cuál es tu técnica de concentración?

Franko B: Hay muchas técnicas que se pueden usar para relajarse y concentrarse y se pueden aprender. Yo lo único que intento hacer es estar abierto al público, estar abierto a un diálogo aún sin palabras con las personas que se han desplazado para verme.

Coloquio: ¿Tienes algún tipo de relación con grupos vanguardísticos de teatro español?

Franko B: No. Tengo algunos amigos con los que de vez en cuando hago alguna cosa como Marcel-lí Antúnez Roca –uno de los fundadores de la Fura del Baus- pero, realmente, poco más.

De todas maneras, hay muchas personas que me han influenciado. Algunas están muertas y otras vivas pero todas han dejado su huella en mi persona. Como seres humanos muchas veces no somos capaces de darnos cuenta de lo que podemos llegar a hacer y el arte me enseñó que lo pensamos que podemos hacer puede llegar a ser, realmente, mucho más. Podemos llegar a hacer cosas que pensábamos que era imposible realizar.

Coloquio: He leído que uno de tus cómics favoritos es Calvin and Hobbes. ¿Eres un fan de este medio?

Franko B: No, realmente, no soy un apasionado de los cómics pero me encanta este cómic porque el niño, Calvin, está necesitado de crear un nuevo compañero para vivir más profundamente esta realidad. Calvin está construyendo constantemente una nueva realidad que es, en el fondo, a lo que aspiramos los artistas. Es, realmente, un cómic muy divertido y que me hace reír y esto es de agradecer.

Coloquio: ¿tus músicos favoritos?

Franko B: Yo amo la música dance, el techno, y de hecho suelo pinchar música de vez en cuando en algunos lugares. En este momento, estoy escuchando mucho a un cantante italiano llamado Fabricio De André que fue muy famoso en Italia hace 10 años. Él desarrolló su trabajo en los años 60 y 70 y era un cantautor que realizó canciones políticas de gran calado. También me encanta Cat Power. Me encanta ese canción, «You want to be free». El último disco, The greatest, es, realmente una maravilla. Me gusta también mucho de ella The covers record y, por supuesto, su primer disco What would the community.  Me encanta también Vic Chesnutt.

Coloquio: ¿y la situación política en Italia? ¿todo aquello que sucedió con Silvio Berlusconi?

Franko B:  es un ejemplo de la estupidez del ser humano. La gente que nos representa no es digna. No están interesados en la comunidad, en intentar desarrollar mejor a los seres humanos, en un crecimiento del país sino es en términos económicos. Todo lo reducen al dinero y a sus propios intereses. Es terrible.

Pero pienso que esta situación se puede extender a muchos países de Occidente como Francia, Inglaterra o incluso España. De hecho, mucha gente toma cocaína en estos lugares porque es una droga que hace crecer el ego de las personas, aumenta su deseo de querer y tener más y ser reconocido por los demás.

Coloquio: Por cierto, ¿celebraste el triunfo de Italia en el último mundial de fútbol?

Franko B: No, para nada. No me importó demasiado. No soy nacionalista. Y en cuanto al fútbol me interesan más los clubs que las selecciones. Te diría que soy un fan del Manchester United pero esto es un secreto. Shalam

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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