Dejo a continuación un nuevo avería dedicado a Kiss. El cual recomiendo leer escuchando el tema que abre Unmasked: «Is that you?»

Enmascarados

En alguna ocasión he comentado que mis discos favoritos de Kiss son Unmasked y Dinasty. Una afirmación que no concuerda con la de muchos fans que se inclinan mayoritariamente por Destroyer o el primer álbum de la banda norteamericana. Algo que entiendo perfectamente.

Estas semanas he vuelto a escuchar con atención gran parte de la discografía del grupo y lo cierto es que no puedo oponerme a estas opiniones. El disco de debut de Kiss es la más clásica piedra de su trayectoria. Es rocoso y eficaz. Se encuentra lleno de temas inolvidables. Sienta las bases de su sonido. Despierta añoranza nada más escucharlo. Transforma el rock en una elegante y glamurosa caldera. Se nota que, antes de grabarlo, la banda se había dedicado a patearse unos cuantos escenarios y había tenido tiempo suficiente para dedicarse a componer y, sobre todo, probar la eficacia de cada melodía y tema. Kiss es una contundente ópera prima. No sólo ha resistido bien el tiempo sino que sigue nutriendo de savia y contundencia los conciertos actuales de la banda. Desde luego, el grupo no se entiende sin esta obra, sin «Black Diamond», «Deuce» o «Strutter». Temas que basta sólo nombrarlos para sentir escalofríos. Del mismo modo que es suficiente con contemplar la portada para experimentar esa expectación y nerviosismo que levantan esas obras históricas llenas de sorpresas parecidas a alfombras voladoras.

Lo cierto es que el mismo Paul Stanley reconoce en su recomendable biografía, Dar la cara: una vida al descubierto, que, en realidad, no quedaron muy satisfechos con la grabación del mítico primer álbum. Su voz no había sido captada con la intensidad y frecuencia debidas y los instrumentos sonaban demasiado secos. Pero es precisamente esa rudimentaria y apresurada producción lo que le confiere un aire entrañable y diferente al disco. Único..

Por otra parte, en Destroyer contaron con la ayuda de ni más ni menos que Bob Ezrin. El mítico productor del Berlin de Lou Reed y de los insuperables discos de la Alice Cooper Band. Un apoyo que empujó el sonido de Kiss a otra dimensión. Los transformó en una maquina imparable de rock. Logrando llevarlos mucho más allá de donde habían llegado en Hotter than hell y Dressed to Kill o el mentado primer disco. Obras cuya producción era demasiado primitiva. Demasiado apresurada.

Con Destroyer, sin embargo, Kiss pusieron un pie en el futuro. Sonaban peligrosos y acuciantes pero, al mismo tiempo, más mágicos que nunca. De repente, las canciones venían escoltadas por envolventes capas sonoras que llenaban de profundidad las voces y las guitarras. Kiss salían definitivamente del cajón freakie para alcanza el estatuto de superhéroes. Simmons y Stanley se dejaron la piel para ofrecer las mejores composiciones y Frehnley y Criss se encontraban aún en forma. Así que colaboraron de manera decisiva en agigantar este delicioso circo ilusorio. Con Destroyer, Kiss se transformaron en algo más que una banda de rock. Pasaron a formar parte de la iconografía pop precisamente porque sonaban mejor que nunca. Más modernos y vigentes que nadie.

En realidad, no creo que haya muchas discusiones. Si sumamos todos los factores que los rodearon, Kiss y Destroyer serían (con permiso de Creatures of the night o Love Gun) sus mejores discos. Pero no necesariamente tienen que ser los que a mí más me gustan. Sobre todo, porque creo que Unmasked y Dinasty son LPs muy equilibrados que basculan entre el pop y el rock y la música de club. Son discos sucios y llenos de temas rockeros pero también de melodías bailables, que casi se puden silbar. Creo que lo que me ocurre con ambas obras es que las considero parteaguas del sonido Kiss. Creo que son encrucijadas. El resumen perfecto entre la primera etapa (la enmascarada, glam y hard rockera) y la segunda (aquella heavy o AOR en la que nos mostraron sus rostros).  Se encuentran a mitad de camino, por tanto, de toda su trayectoria. Del mito y de la realidad. Del barrio y el sexo sucio y de la luna y los viajes estelares.

Ciertamente, creo que Dinasty y Unmasked resumen perfectamente todas las etapas de la banda. Repito, las anteriores y las posteriores. Son discos en los que Kiss (a pesar de innumerables problemas) aún conservaban la formación original, no habían roto su encanto primigenio, pero ya dejaban entrever que se avecinaban importantes cambios. Simmons aún se encontraba comprometido con el grupo y Stanley estaba en plena forma. Joven y exultante. Y a pesar de que no habían perdido el foco de la música, participaban en películas y cómics. Productos que -no importa su calidad- multiplicaban un encanto y carisma que ambos discos demostraban que se encontraba intacto. Shalam

التبغ والكحول ، آباء لذيذون لصداقات دائمة وأحلام خصبة

Tabaco y alcohol, padres deliciosos de amistades permanentes y ensueños fértiles