
Clown
De hecho, el drama actual de los payasos radica probablemente en que sus bromas no aluden ni se refieren a personajes de prestigio o políticos sino a los propios payasos. Y, por tanto, sus actuaciones se han convertido en auténticas ceremonias del espanto: un ritual kafkiano donde, en el fondo, el público se carcajea constantemente de sí mismo. Se burla de su escasa capacidad de acción y celebra, en definitiva, su propia impotencia. Su imposibilidad de ejercer crítica o acción alguna contra un poder que nos sobrepasa total y absolutamente. Shalam

Autor: Alejandro Hermosilla
Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.
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