Dejo a continuación un avería en el que me referiré brevemente a unos cuantos libros que leí hace unos meses. Lo cierto es que deseaba haberlos mencionado mucho antes pero se me fueron atravesando varios temas y hasta hoy no he podido hacerlo.
En fin, sin más preludios, ¡Ahí voy!
Esos libros (2)
Raúl Herrero: Viaje a Estocolmo.
Me divertí mucho con Viaje a Estocolmo. Un texto en el que Raúl Herrero narra el viaje que lo llevó a la capital sueca a presentar su editorial (Libros del innombrable) y la antología de la poesía nórdica (Algunos de los nuestros) preparada por Francisco J. Uriz.
Lo mejor de todo es que Raúl narra este viaje a su manera. Es decir, intercalando una serie de anécdotas y recuerdos que ejercen de salpicones de un texto tan ligero y grácil como enjundioso. Cualquier lector de Arniches, Gómez de la Serna, Miguel Mihura y todos esos clásicos del humor absurdo español percibirá los guiños jocosos a los mismos que, conscientemente o no, Raúl va dejando por el relato de su viaje. Un libro que se hace breve. Instruye, divierte y, al mismo tiempo, informa perfectamente del motivo que lo originó. Cumple su papel objetivo. Pero también posee un trasfondo literario que lo hace muy atractivo. Y, sobre todo, permite hacerse una idea muy cabal de la personalidad de uno de esos editores excéntricos que de tanto en tanto tenemos la suerte de encontrar en España. Alguien a mitad de camino de un personaje literario y de un músico surrealista. Alguien que, como suele suceder en nuestra patria, ha recibido antes un reconocimiento en un país extranjero (Suecia) que en el nuestro. Indicativo al fin y al cabo de que, al menos en el terreno creativo, va por el mejor de los caminos. Llenando los estantes de las bibliotecas de los lectores de libros de culto en cuyas páginas la literatura respira en libertad. Buscando fronteras distintas a las habituales.
Pasaje favorito del libro: aquel en el que narra su llegada a la cilíndrica Biblioteca Pública de Estocolmo. Música: Erik Satie, Gymnopedies.
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Tomás Soler Borja: Cash
De los libros que he leído hasta ahora de Tomás Soler creo que es en Cash en el que ha conducido su trabajo lingüístico al máximo expresivo. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con la temática de su libro pero lo que no se le puede poner negar es el esfuerzo de condensación realizado. Haber logrado llevar su lenguaje al límite. Hay muchos versos en los que casi que podemos sentir a las palabras vibrar como un motor y otros en los que hacen daño. Cash cumple la intención de Tomás porque el libro punza y duele. Hay decenas de poemas en los que la verdad es dicha como un puñetazo sin que eso signifique que el lenguaje sea simple. En Cash no hay poema que no se entienda pero eso no va en demérito ni de la intensidad ni de la fuerza lingüística. Al contrario, hay un trabajo detrás que permite disfrutar el libro de muchas y variadas formas. A mí al menos la que más me interesa es la que tiene que ver con el retrato sociológico de una sociedad, la nuestra, en la que la degeneración ética y el absurdo económico han sido completamente normalizados.
Poema favorito: «(De)generación poética». Música: Rage Against the Machine, Rage Against the Machine.
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Harvey Townshend: Here’s looking at you
¡Qué pena que esta deliciosa ocurrencia de Javier Tortosa me pillase ya muy cansado de eventos literarios! Si Tortosa hubiera realizado su jugarreta cuando yo tenía 30 años la hubiera disfrutado y seguro que no me habría perdido sus presentaciones en diversas librerías y espacios. Lamentablemente, a día de hoy, (puesto que no tengo ni deseo tener coche), si no es por un motivo personal o de mucha importancia, no salgo de La Manga. Así que me he tenido que contentar con seguir a lo lejos las substanciosas performances protagonizadas por el gran Harvey Townshend. Si he de ser sincero, me siento un poco mal de no haberlas mencionado antes en avería porque no está precisamente la escena literaria llena de demasiados actos subversivos o iconoclastas como para no hacerse eco de los mismos. Así que, desde aquí, dejo claro que no puedo más que rendirme a todo lo relacionado con el libro de Twonshend. Otra cosa, obvio, es si este ingenioso artefacto artístico tiene su correspondencia con lo literario que creo que sí.
A este respecto, Here’s looking at you es una obra árida. Capta el espíritu de los desiertos y praderas abiertas de Norteamérica, el impacto de los enigmáticos blues compuestos por anónimos autores o el de algunas líneas de las novelas de Faulkner. Tiene un regusto a furgoneta aparcada junto al porche de una casa donde vive de alquiler una familia desestructurada. Es, en realidad, un blues descompuesto por el que surgen remotas imágenes de una Norteamerica alucinada y poemas en los que un burlón Harvey se ríe hasta de su propia sombra mientras bebe una y otra vez tragos de vhisky a la memoria de Bukowsky, los músicos seducidos por el demonio y los asesinos seriales.
Lo que más me ha gustado de El arte de mantenerse a flote es el desparpajo con el que está escrito. La impresión de que detrás de cada cuento, había alguien que estaba disfrutando al contar cada historia. Alguien que no cesaba de sonreír y que se planteaba cada relato con espíritu de geniecillo rebelde.
El arte de mantenerse a flote podría leerse como un retrato de la clase obrera o de esos jóvenes a caballo de varios mundos, países y trabajos que no terminan nunca de encontrar su lugar en el mundo. Pero creo que, sin dejar de apuntar a esa dirección, la colección de cuentos es mucho más que eso. Es, en realidad, más bien el retrato del espíritu de la libertad y de la anarquía. De hecho, yo al menos vislumbro al mismo personaje protagonizando todos estos relatos similares a frenéticos textos rockeros y a guitarras afiladas a medio camino del punk y el pop. En cualquier caso, si bien parece claro que probablemente el argumento de la mayoría de los cuentos se encuentra basado en experiencias personales del propio Eric Luna, lo importante es que por momentos podemos otear como protagonista de todos a un risueño ángel rebelde (parecido en cierto sentido al que aparece en Teorema de Pier Paolo Pasolini) que ha conseguido transmutar anécdotas sin demasiada importancia en destellos por los que se dibuja el carnavalesco rostro de la burla y la parodia. La libertad desenfadada frente a la ley, el trabajo y el poder.
Cuento favorito: «Tríptico chileno». Música: Tom Waits, «My piano has been drinking».
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David Matuška Olzín: Patrik M.
Patrik M es un libro raro y difícil. Y esto no lo digo porque me moleste sino porque creo que todo poeta y artista cuando decide hablar con la verdad siempre es raro y difícil. Pone a prueba nuestra capacidad de expresión y nuestros límites racionales. Así que, al fin y al cabo, si David Matuška deseaba describir su alma, cómo experimenta el amor y la vida, y quería hacerlo de forma verdadera, tenía que elegir esa opción. La opción del desarraigo y la carnalidad. La de la locura y la transitoriedad. De hecho, lo que me gusta de Patrik M. es que es un libro airado y lleno de furia. En cada universitario civilizado, en cada estudiante, detrás de cada escritor, se encuentra un espíritu salvaje destrozado por la civilización que aspira a no morir, a hablar por una vez sin cortapisas. Tras cada poema de David se siente esa ira que late tras la castración cultural y tecnológica. Esa sequía parecida al infierno que traen consigo el desamor y la soledad. El alma latiendo en carne viva ladrando como lo pudo hacer en su momento Lautreamont y como los escasos escritores malditos que quedan lo han hecho hasta reventar. Repito, Patrik M. es un libro raro y difícil porque es verdadero. Porque está lleno de versos de los de verdad, de esos que no se pueden explicar porque son parecidos a gritos de dolor y sobrepasan todo lo que podamos decir con las palabras.
Poema favorito: «Otro aeropuerto». Música: Rush, «The Twilight zone».
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Teresa Vicente: Orión pasa de largo
De vez en cuando es bueno leer un libro así. Un libro que me recuerda a los lienzos de Ramón Gaya. Que me recuerda a esos lienzos realistas de finales del siglo pasado en los que se percibía la magia en los detalles y escenas cotidianas y no era necesario forzar los colores ni la historia para enfrentar el milagro de la existencia.
Orión pasa de largo me recuerda que no hay poesía que no brote de la naturalidad. Que la poesía es comunicación de alma a alma y que la claridad y la sencillez vienen de la mano del trabajo y el esfuerzo. Teresa Vicente demuestra ser una de esas poetas que encuentran en la tranquilidad y la calma y los gestos más nimios los motivos para cantar y agradecer. Orión pasa de largo es uno de esos libros en los que se sienten pasar armónicamente las estaciones. Es un libro a contracorriente porque huye del malditismo y del fragmentarismo. Tampoco busca en la luna el negro resplandor para justificar los extravíos. Al contrario, es un libro luminoso que, sin esquivar la sequedad y la amargura, encuentra la literatura en la paz y la calma, los abrazos, las cenas familiares, los paseos. Justo en todas esas sanas costumbres que nos empeñamos en negar y olvidar. Prueba de que la poesía es un instrumento artístico que reverdece recuerdos y sana heridas. De hecho, a pesar de que Teresa alude a ciertos conflictos internaciones en Orión, lo hace como para mostrar la verdadera importancia de la paz y el silencio y no tanto para realizar un análisis crítico. Algo de agradecer en tiempos en los que ni un solo resquicio de nuestra vida social permanece a salvo de la política y de las onerosas ideologías.
Poema favorito: «El descanso de los Peñalver». Música: Antonio Vega, «Océano de sol».
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Alicia Noland: El tiempo dormido
Amo los libros objeto (o, como en este caso, ilustrados). En algún momento, los lectores hemos olvidado su importancia como adorables, deliciosos instrumentos artísticos encargados de deleitar el sentido de la vista y expandir el placer de la lectura a nuevos límites. El tiempo dormido de Alicia Noland cumple, sin dudas, esa función. Es, de hecho, un libro parecido a una acuarela o a un caleidoscopio que se apoya levemente en los verdes campos de la fantasía surrealista para hilar una serie de pequeños textos similares a sueños lúcidos o deseos que tienen como protagonista a una escritora convertida aquí en un entrañable personaje literario que recuerda levemente a la Alicia de la novela de Carroll.
El tiempo dormido es una mezcla entre un libro pop y uno surrealista. Es uno de esos libros en los que prima la magia por encima de cualquier otra cualidad. Todos los que entramos en él salimos refrescados como si hubiéramos realizado un pequeño viaje por un mundo fantástico pero a la vez muy cercano al nuestro, casi cotidiano. Las reflexiones y experiencias narradas de Alicia Noland cumplen una función parecida a la de las algas en el mar. Alicia convierte cada frase de su libro en una caracola marina y cada uno de sus textos en vegetación. Planta que revela sus secretos con levedad y discrección. Hay algo en la escritura de Alicia Noland que me ha recordado a la de Clarice Lispector. Esa capacidad de terminar los textos por sorpresa, dejándonos con ganas de más, o de convertir su cotidianeidad en un ambiguo viaje literario. Es difícil, de hecho, salir de este libro sin querer viajar a Durango (vizcaya) aunque sea una sola vez en la vida y así escuchar las palabras de la narradora mientras se recorren sus plazas y montes como si fueran estrellas situadas en algún firmamento lejano.
Texto favorito: «Como una cuerda que vibra». Música: Mercury Rev, «The Dark is rising».Shalam
andresrosiquemoreno
el noviembre 18, 2023 a las 2:01 pm
1imagen…»la reina de africa» y todas las sanguijuelas que piensan que bogart es un alimento…jajaj
2imagen….transformar los tres elementos del viaje en palabras: cabeza(humana o no), dinero, y maleta…..
3imagen….una hucha rasgada por el dolar……
4imagen….un outside (1995-bowie)
5imagen….mujer cañon, propulsion a chorro, la vida en las piscinas no espera…..sonrisa futura….
6imagen….la ventana de atras de un tren……
7imagen…..a esta imagen le han echado un buen sobre de azafran……..
8imagen….el nacimiento de una chica en la tierra (el lugar de nacimiento no se sabe si se sabe que vivia en liquido amniotico)…
PD: aqui si me parece que viene bien un titti frutti… https://www.youtube.com/watch?v=AK_jm3Hz1Wk…
50 cumpleaños de muhammad ali….como homenaje a todos los libros que nombras…..
Alejandro Hermosilla
el noviembre 19, 2023 a las 7:32 am
1) Bogart en riesgo no tanto debido a la naturaleza sino a los libros 2) sería como un dibujo dadaísta o cubista perfecto. Si nos ponemos, podríamos incluso vislumbrar un bigote. 3) Las moneditas de oro pasan a negro y se convieren en llagas negras que anuncian una enfermedad. 4) Una mezcla entre Outside y una obra de teatro de Samuel Beckett. 5) Una fotografía que recuerda de una u otra manera al cine de Méliès. 6) Portada de un disco de Beck. 7) Una cas de campo. Vasos en el campo. Sol de mediodía cayendo sobre una familia común. Ese color. 8) Super Mary Woman. Una nueva superheroína del pop. Se escuchan cohetes al abrir el libro. PD: Excelente el momento en el que Ali habla. Todo un showman. Se come el escenario sin necesidad de salir. Sólo allí sentado.
1imagen…»la reina de africa» y todas las sanguijuelas que piensan que bogart es un alimento…jajaj
2imagen….transformar los tres elementos del viaje en palabras: cabeza(humana o no), dinero, y maleta…..
3imagen….una hucha rasgada por el dolar……
4imagen….un outside (1995-bowie)
5imagen….mujer cañon, propulsion a chorro, la vida en las piscinas no espera…..sonrisa futura….
6imagen….la ventana de atras de un tren……
7imagen…..a esta imagen le han echado un buen sobre de azafran……..
8imagen….el nacimiento de una chica en la tierra (el lugar de nacimiento no se sabe si se sabe que vivia en liquido amniotico)…
PD: aqui si me parece que viene bien un titti frutti…
https://www.youtube.com/watch?v=AK_jm3Hz1Wk…
50 cumpleaños de muhammad ali….como homenaje a todos los libros que nombras…..
1) Bogart en riesgo no tanto debido a la naturaleza sino a los libros 2) sería como un dibujo dadaísta o cubista perfecto. Si nos ponemos, podríamos incluso vislumbrar un bigote. 3) Las moneditas de oro pasan a negro y se convieren en llagas negras que anuncian una enfermedad. 4) Una mezcla entre Outside y una obra de teatro de Samuel Beckett. 5) Una fotografía que recuerda de una u otra manera al cine de Méliès. 6) Portada de un disco de Beck. 7) Una cas de campo. Vasos en el campo. Sol de mediodía cayendo sobre una familia común. Ese color. 8) Super Mary Woman. Una nueva superheroína del pop. Se escuchan cohetes al abrir el libro. PD: Excelente el momento en el que Ali habla. Todo un showman. Se come el escenario sin necesidad de salir. Sólo allí sentado.