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Eyes Wide Shut (7)

Jun 15, 2024 | 2 Comentarios

Dejo a continuación el séptimo avería (y último) dedicado a Eyes Wide Shut. El cual recomiendo leer, escuchando el célebre tema compuesto por Jocelyn Pook que aparece durante la celebración de la orgía en Somerton: «Masked Ball».

Quien desee leer el sexto puede hacerlo aquí: https://averiadepollos.com/eyes-wide-shut-6/

Quien quiera hacer lo propio con el quinto, aquí: https://averiadepollos.com/eyes-wide-shut-5/

Y quien se anime a leer los cuatro primeros, encontrará los enlaces aquí: https://averiadepollos.com/eyes-wide-shut-4/

Eyes Wide Shut (7)

Hay quienes piensan que Eyes Wide Shut es la crónica de la iniciación en un culto maligno o esotérico de una pareja. Existe algún análisis que compara, por ejemplo, el filme de Kubrick con La semilla del diablo.

Creo que quienes así consideran el filme (Nik Dobrinsky entre ellos) tienen bastante razón. Básicamente porque La semilla se encuentra, a su vez, protagonizada por una pareja burguesa estadounidense que vive en el Upper West Side de Manhattan, quienes se aseguran un estatus social más alto tras concebir un hijo para un culto satánico.

A este respecto, existe un hecho que a casi todos los espectadores de Eyes se nos pasa desapercibido pero que es mucho más importante de lo que parece: la pareja integrada por el Dr. Harford (Cruise) y Alice (Kidman) se encuentra completamente sola. En ningún momento, sabemos nada de sus familiares. No tenemos noticias de sus tíos, padres, primos o hermanos. Ya sea por egoísmo, por llevar un determinado estilo de vida o por rencillas anteriores que no conocemos, Harford y Alice están solos. Sin lazos. Y, en este sentido, son un blanco perfecto para ser captados.

Algo que queda claro desde el comienzo. Más concretamente, desde la fiesta en la mansión de los Ziegler. Una celebración (en la que Kubrick homenajea los filmes de Max Ophuls) llena de pentagramas y heptagramas (ved, por favor, el símbolo que se abre tras Alice) que podrían ser relacionados con el culto masónico o similares.

Resulta, por supuesto, inevitable citar el nombre del elegante señor (a quien, por supuesto, resulta de rigor imaginarlo como otro de los participantes en la orgía de Somerton) que baila con Alice en la maravillosa escena de seducción durante la mentada celebración.

Su nombre es ni más ni menos que Sandor Szavos. Una más que probable alusión a Anton Szandor LaVey, el fundador de la Iglesia de Satán. Un ocultista que fundó su organización en 1966 (dos años antes de la eclosión del amor libre en Woodstock) en la que, en la línea de Ailester Crowley, mantenía que el ser humano es una bestia carnal. Abogaba por la fornicación como un modo de conectar el alma de todos los seres humanos y con la fuente libidinosa de la que procede nuestra existencia.

No resulta extraño, por tanto, que mientras rodea a Alice (como si fuera una serpiente) Sandor cite a Ovidio (también hará lo propio con Oscar Wilde) y su Arte de amar. Un puntal del amor pagano.

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Antes por cierto se ha desarrollado una conversación entre el matrimonio Ziegler y Harford que parece banal pero tiene más veneno que la droga más adictiva.

Cuando se saludan, Víctor Ziegler no duda en proferir un halago a Alice. Le indica que está preciosa. Algo que asegura que no dice prácticamente a ninguna mujer. Automáticamente, para evitar los celos de su esposa (y corroborar el halago), se vuelve a su consorte pidiéndole que ratifique sus palabras. Pero rápidamente, casi como un resorte, la esposa de Ziegler mira sonriente a Alice y niega las palabras de Víctor, asegurándole a Alice que su marido sí que halaga a múltiples mujeres.

Una genialidad. Porque así la señora Ziegler mata dos pájaros de un tiro. Deja claro que conoce (y tolera) las múltiples infidelidades de su marido (juegos de niños siempre y cuando no afecten a su fortuna y poder) y golpea sutilmente el ego de Alice. Una más que probable competidora.

Son tan sólo unos segundos pero animo a que quien vea Eyes se fije en ellos porque resumen siglos de historia de seducción entre hombres y mujeres además de apuntar a las rivalidades que surgen de tanto en tanto entre ellas.

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Queda claro que la escena de la orgía en Somerton es el centro de Eyes Wide Shut. Sobre esta velada (una más que posible recreación de los rituales masónicos de la Viena de la Ilustración) sólo me gustaría ya incidir en un aspecto: el sugestivo, cautivante tema de Jocelyn Pook, «Masked ball».

Lo más probable es que este dato sea conocido por la mayoría de fans de Kubrick pero creo necesario recalcar que «Masked Ball» se encuentra inspirado en un canto funerario transilvano. Lo que hizo Pook fue revertirlo, mezclarlo con una melodía hindú e intepretarlo al revés emulando una fórmula conocida en el ámbito del rock y del pop. Supongo que todos recordaremos aquellas consejas que aseguraban que determinados temas, escuchados a la inversa, transmitían mensajes en clave. Generalmente, de carácter satánico.

Desde luego, es esencial tener en cuenta que la letra del canto citaba un pasaje del Evangelio de San Juan. Aquel en el que el apostol nos recuerda que Cristo dejó a sus discípulos un nuevo mandamiento: que nos amemos los unos a los otros.

Un texto sacro convenientemente subvertido por los componentes de la orgía en una operación que recuerda a la realizada por Kubrick con La novena sinfonía de Beethoven en La naranja mecánica.

Un filme en el que contrastaba la violencia física de los drugos y la violencia psíquica impartida por los agentes del orden social con el mensaje de hermandad presente en el texto de Friedrich Schiller en el que se inspira el cuarto movimiento de la obra, cuyo final dejo a continuación: «Alegría, bella chispa divina, /hija del Elíseo! /¡Penetramos ardientes de embriaguez, /¡Oh celeste, en tu santuario! /Tus encantos atan los lazos /que la rígida moda rompiera; /y todos los hombres serán hermanos/ bajo tus alas bienhechoras».

Precisamente, esta inversión (y subversión) del mensaje del Evangelio de San Juan (convertido en un salmo que alienta las orgías y el sexo frenético) vendría a corresponderse perfectamente con lo mencionado en el avería de ayer: la profanación de las sacras celebraciones navideñas.

«Masked ball» sería, por tanto, el himno ideal para certificar el triunfo de las ideas ocultistas, masonas, esotéricas que han corroído las raíces de las tradiciones occidentales y se han extendido sin rubor por las sociedades modernas. «Masked ball» no sólo sería un salmo pagano que suena en un filme sino un inquietante y triste reflejo simbólico de nuestra era. El sonido que condensa el orgulloso (y suicida) ateísmo de los occidentales. La música que invoca la embriaguez de una era en la que multitud de individuos adquieren irreflexivamente costumbres y hábitos alentados por todas partes por quienes controlan los mass-media. Dejándose llevar en esa celebración pagana que alienta el olvido y entroniza el consumismo que se lleva a cabo diariamente en un Occidente que ha dejado de creer en Dios para hacerlo en un sinfín de supercherías al tiempo que convertía a los iconos del pop, el cine y de la televisión en dioses. Dioses paganos esculpidos a la escala de la iglesia de la inmoralidad actual.

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La escena final en la tienda de juguetes (una metáfora de lo que todos somos en gran medida para las élites) deja muy claro todo lo apuntado anteriormente. A ninguno de los integrantes del matrimonio Harford se les ocurre acudir a una iglesia, pedir ayuda o guarnecerse en la fe para superar la crisis experimentada. Simplemente se animan a acompañar a su hija a que compre los regalos de Navidad a un centro por el que la gente se desplaza como autómatas, que condensa perfectamente gran parte de los postulados de los credos modernos.

Antes del diálogo final (tal y como puede verse en las siguientes dos fotografías) la hija del matrimonio (Elena) desaparece en un pasillo siguiendo (aparentemente) a dos señores que muchos fans de Kubrick han detectado que se encontraban en la fiesta de la mansión Ziegler. Es por eso que bastantes de ellos piensan (más teniendo en cuenta que la escena comienza mientras la familia pasea cerca de una abultada torre de paquetes de un juego llamado Círculo mágico) que la pareja no sólo ha sido contactada sino que ha aceptado participar del culto de la supuesta organización secreta para alcanzar un mayor status social.

   

Yo no me atrevería a asegurarlo completamente pero, desde luego, me parece una idea muy sugestiva.

En gran medida, eso haría que la incitación de Alice (Kidman) a follar en el último plano del filme fuera tanto una constatación de que ambos van a participar a partir de ahora en orgías (y poco a poco integrarse en la élite) como la posibilidad de tener un nuevo hijo que dar al culto.

A consolidar esta idea también podría ayudar, desde luego, la letra de la canción «Over the raimbow» a la que hice alusión ayer. Concretamente, al momento en el que Garland dice eso de: «En algún lugar más allá del arco iris/ los sueños que soñaste se hacen realidad». Más aún, teniendo en cuenta que Alice la pronuncia en medio de una tienda tan, tan colorida que, en cierto modo, es la viva imagen del arco iris.

Finalmente, (no sin inquietud e incertidumbre), los sueños de la familia Harford se harían realidad (junto a los de tantos ciudadanos masa que disfrutan a día de hoy del consumismo y el sexo (sin pecado)). La aventura onírica de la pequeña Alicia de Carroll se haría finalmente consistente y ya sólo quedaría experimentar. Al fin y al cabo, el mismo Schnitzler lo apuntaba al final de su novela (en palabras repetidas en el filme de Kubrick por Harford (Cruise)): «ningún sueño es totalmente un sueño». Todos tienen visos de realidad, tal y como ocurre en Eyes Wide Shut.

Un filme en el que tan difícil es distinguir lo real de lo soñado que también me parece pertinente la explicación de quienes piensan que la incitación a follar de Alice (Kidman) refleja la superficialidad del ciudadano medio cuando comienza a atisbar lo que ocurre entre bambalinas del poder.

Al fin y al cabo, Eyes arroja reflejos por todas partes que vienen y van y no permite tener demasiadas certezas al respecto. De hecho, con la película de Kubrick ocurre algo parecido a lo que nos pasa durante esos sueños cuya verdad conocemos profundamente (y sin ninguna duda) nada más despertar pero no podemos explicar a nuestros semejantes y cuando lo hacemos, ninguna aclaración los cierra del todo. Algo lógico. Si lo hiciera, no sería un sueño. Del mismo modo, si Eyes Wide Shut fuera completamente explicable, sería un filme más. No sería lo que es: arte. Shalam.

نحن مندهشون لأننا لم نتقدم في السن منذ آخر مرة رأينا فيها بعضنا البعض.

Nos asombramos de no haber envejecido desde la última vez que nos vimos

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1imagen…con la iglesia hemos topado…la piedra convertida en oro….
    2imagen….juegos reunidos geyper….
    3imagen….no digas ni pio….
    4imagen….el traje de encaje y los tirabuzones en el pelo me parecen un gran acierto….
    5imagen…vaya tela!….
    6imagen….eso se lo diras a todas pedazo de elemento….(los dientes de lobo de nacar del collar , solo que en oro, son obra del escultor catalan julio gonzalez pellicer(1876-1942 en arcueil)….(dientes en el cuello)
    7imagen….toples y hoja de parra….
    8imagen….tocala otra vez o te doy con el puño en la cabeza….
    9imagen….quien manda aqui?…
    10imagen…obediencia al infalible……
    11imagen…como nos pillen los del pacma estamos aviaos……
    12imagen….tu lo que quieres es que me coma el tigre…los pelos de n.kidman son los de despues de una caceria…..sonrisa….
    PD…https://www.youtube.com/watch?v=vgcuU_JWuQU…circo peyejudo…….

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    • Alejandro Hermosilla

      1) El mago de oz. Ritual de investidura del maestro masón. 2) Ella parece más relajada sexualemente y él preocupado por todo. Pareja en la que el amor es un acto militar y de poder. 3) Vade Retro Satanás. 4) Reverberaciones masónicas. Iglesia del nuevo culto pagano recibiendo a una nueva sacerdotisa. 5) Así nos enseño Ovidio a amarnos los unos a los otros. 6) Un reportaje de Félix Rodríguez de la Fuente sobre la seducción entre mamíferos. 7) Paul Delvaux, Fantomas y Buñuel juntos. 8) La destrucción del nupcio. Posible portada de un ensayo de Batille sobre lo sacro y el erotismo. 9) Un defensa parando a Maradona por lo criminal. 10) Ceremonia en la que el hombre casto y bueno es masacrado y convertido en sátrapa o bien sacrificado con serpientes. 11) 12) Matrimonio confundido. ¿Es nuestra hija un juguete más? 13) tristeza neorromántica. Cantante de grupo tipo Visage. PD: Impresionante interpretación. Más moderna que cualquiera vista en los últimos meses.

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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