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El día que muera Charly García

Jun 27, 2023 | 5 Comentarios

Dejo a continuación un nuevo avería dedicado a Charly García. El cual recomiendo leer escuchando uno de sus míticos temas: «Pasajera en trance».

 

El día que muera Charly García

Tengo la impresión de que el día que muera Charly García, morirá una parte de la Argentina moderna. Una irreemplazable parte del alma de un país cuyos ciudadanos experimentarán un vacío sin igual y se sentirán muchísimo más solos y desconsolados tras despertar de la pesadilla.

Creo que los dos grandes ídolos modernos de la Argentina han sido Maradona y Charly. El primero tuvo que morirse para que, liberado de la sombra del padre, Messi conquistara varios títulos internacionales y alcanzara al fin el status de inmortal héroe nacional. Y el segundo tendrá que morir algún día para que su ausencia termine de liberar a los individuos de una nación cuya creatividad musical se encuentra ligada todavía a los avatares artísticos y vitales de nombres que en su mayoría o bien han fallecido o bien tuvieron su momento de esplendor varias décadas atrás: Soda Stereo, Andrés Calamaro, Fito Paez, Luis Alberto Spinetta y, claro, Charly García.

En realidad, Charly García continúa grabando algún disco de tanto en tanto que si bien no llega (ni de lejos) al nivel de su producción de los 70, 80 y 90, sigue enganchando con dos o tres composiciones de esas plenas de sensibilidad e imaginación que llevan su sello. Lo cierto es que, desde hace mucho tiempo, ya no importa si Charly graba nuevos temas o no porque todos los argentinos están de acuerdo en considerarlo uno de sus héroes. Es difícil explicar esta simbiosis para los que no han vivido allí pero basta pasar dos o tres meses para comprender que Charly es Argentina y Argentina es Charly. Que ambas almas y personalidades se encuentran unidas a un nivel profundo, íntimo y visceral.

Charly García es el Dalí del rock argentino. Alguien extravagante que con dos o tres frases y ocurrencias es capaz de sintetizar una forma de sentir y estar en el mundo. Si los argentinos son mitad italianos mitad españoles, Charly tiene además una parte de marciano. Basta escucharlo o verlo para sentir que cualquier cosa puede pasar, que hay seres tocados con una varita mágica capaces de convertir el arte en una experiencia peligrosa y religiosa y la música en un oráculo, un tarot artístico. En una ocasión, una amiga me ofreció la oportunidad de conocerlo en su casa pero preferí no hacerlo porque soy consciente de que es alguien imprevisible. Lo mismo pasábamos una hora encantadora junto a él fumando marihuana y escuchando viejos discos de los Stones y los Beatles que asistíamos a un episodio depresivo o a un ataque de nervios. Algo normal en los artistas de su tipo. Seres que atraviesan el espejo una y otra vez diariamente y de la misma manera que nos traen perlas y ocurrencias geniales, se pierden y fracturan psíquicamente en medio de los imaginarios caminos que recorren.

En cualquier caso, Charly es tan atractivo como artista como personaje. Es el loco en el Tarot de Marsella. Un macarra con alma de juglar medieval. Un hombre que ha convertido su vida en un carnaval veneciano y que lo mismo podría aparecer levantando los dos cuernos en la puerta del infierno que posando como sex simbol en una revista de quinceañeras. Alguien inclasificable cuyo mayor defecto haya sido tal vez abusar de su excéntrica personalidad y no cuidarse lo suficiente como para lograr sacar más partido si cabe a su extraordinario talento. Aunque ya se sabe, si hubiera actuado coherentemente, no sería Charly. Sería un ciudadano más pero no un tipo que cada vez que habla parece que va a comenzar a dialogar con los pájaros y con los gatos y que podría perfectamente pasar por alguien que ha pasado los últimos años de su vida tocando el piano solo en una azotea.

Repito que no quiero ni pensar lo que ocurra en Argentina el día que muera Charly García. Un día en el que probablemente no haya tanta gente en las calles como la fecha en la que se enterró a Maradona, pero sí que haya tantas o más personas llorando en sus habitaciones. Porque Charly es Argentina a un nivel tan genial e íntimo que cuesta explicar esta simbiosis a cualquier profano.

Su legado musical es, sin duda, indiscutible e imborrable. Muchos de los temas de Charly son la banda sonora perfecta para recorrer Buenos Aires. Conectan perfectamente con la dureza de vivir en una ciudad tan acogedora como hostil que en las madrugadas se llena de bohemios y locos cuya presencia no obstante no logra opacar la violencia callejera y política. Esa tensión que tan bien ha descifrado Charly en composiciones que, no importa el tiempo que pase, seguirán conectando con una juventud acostumbrada a que la golpeen abajo y fuerte cuando más esperanzada se encuentra de alumbrar un futuro.

Los argentinos suelen ser tan sensibles como violentos, tan cerebrales como instintivos. A ese respecto, repito, pocas obras describen con tanto ingenio y lucidez su idiosincrasia como la de Charly. Alguien rebelde que tambień supo entender perfectamente cómo enfrentarse a la dictadura y a las crisis sociales desde una atalaya artística que convirtió en trinchera hasta el punto de que algunos de sus temas hacían más daño al gobierno de turno que las balas de las metralletas y las manifestaciones callejeras.

Charly tenía un parte hippy (podía componer temas ideales para hacer el amor en medio de nubes de marihuana) y otra destructiva que lo hacía temible. Pero incluso en sus temas más macarras y duros nunca perdía el ritmo. Esa es una de las características de su obra: la musicalidad que posee y el ritmo interno que la recorre hasta el punto de convertir en bailables temas agresivos y cortantes que, en sus manos, siempre gozaban de una dimensión chic.

No es posible en cualquier caso completar el puzzle musica de Charly sin atender a su vertiente surrealista, su peculiar modo de aproximarse al tango y a la música tradicional, sus marchosos devaneos con el rock progresivo y, por supuesto, su faceta Carrol. De hecho, muchas de sus composiciones parecen haber sido forjadas en medio de una lectura de Alicia en el país de las maravillas. Mientras experimentaba con un ácido y dialogaba con el sombrerero loco, la oruga azul o el conejo blanco. Personajes que le daban los consejos e inspiración adecuados para convertir sus canciones y sus descripciones de las calles de Buenos Aires y de las sensuales mujeres argentinas en sensibles junglas parecidas a oráculos.

Por otra parte, tengo muy claro que quienes no podrán olvidar nunca a Charly García serán los familiares de los desaparecidos por la dictadura de Videla. No sé si existe una canción que resuma con mayor hondura y talento el dolor que millares de argentinos sintieron cuando comenzaron a comprobar que muchos de sus seres queridos habían sido desaparecidos por los impiadosos esbirros del dictador Videla que «Los dinosaurios». Sólo por esa canción, el rostro de Charly ya merecería aparecer en la bandera de la Argentina o en los billetes y monedas de curso corriente. Lo mejor de todo es que la canción no es un himno. Porque Charly poseía tanto talento que tuvo la suficiente delicadeza como para huir de lugares comunes y centrarse en el vacío y el extravío de tantas y tantas inconsolables familias. Y lo hizo de tal forma que su tema está vinculado para siempre a la época pero probablemente trascienda su tiempo y se eleve como una bella paloma mensajera por los siglos cada vez que alguien quiera transmitir impotencia y sufrimiento. Cada vez que alguien, a modo de los grandes intérpretes de tango, quiera dar testimonio de las insufribles tragedias vividas en el sur del sur. Shalam

الجنون هو القدرة على رؤية ما وراء ذلك

La locura es poder ver más allá

5 Comentarios

  1. Orlando Horacio Rodriguez

    Muy buena visión/descripción de un Genio loco de la Música.
    Escucharlo te lleva a revivir o conocer cada época de un país como Argentina, en cada etapa de su obra…es innegable que pinta en cada composición un hecho, un hito de nuestra historia…
    Será muy triste su (inevitable) pérdida, pero su legado musical estará vigente por siempre…Gracias Alejandro por esta a Averia…🤗👍🎶

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    • Alejandro Hermosilla

      Muchas gracias Orlando. Aún recuerdo aquel viaje que dimos con un taxista por las afueras de Buenos Aires. ¡Abrazo!

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  2. andresrosiquemoreno

    1imagen…vaya lio que tiene el colega(71 años), entre la maria, el bigote travestido y el grafitti a lo charles mason…..(no se si en el rincon de su recreo)……
    2imagen…..frankestein a toda mecha…………
    3imagen….mi vida es una pelicula polaca, mejor una pelicula del rayo vallecano….
    4imagen….hago lo que puedo(tu de que vas?)……
    5imagen…..esta piscina es un poco mierdesca o yo mido casi 2 metros?…….(alicia en el pais de las maravillas)…..jajajjj..
    6imagen….la seduccion de la guiñada del ojo y las gafotas(de las de los 70´, de las de bucear en la playa)….sonrisa….(sir elton john)
    PD….https://www.youtube.com/watch?v=vWW2SzoAXMo….1968…
    helter skelter….el lp blanco….

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    • Alejandro Hermosilla

      1) Como diría el mismo Charly García: «Say no more». 2) Soy un dios nihilista, divertido y ebrio. Soy un argentino. 3) Se nota que soy de River eh? Vade Retro bosteros. 4) Soy tu vicio. 5) Recién salido de una caída de varios metros desde una habitación de hotel. Mítico. 6) Soy el más chingón de los músicos argentinos. PD: todo blanco y ácido.

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  3. Marco

    Si bien es cierto que a nivel de masas, es Charly García un ídolo de muchos; también lo es que ya desde los años 80 muchos argentinos nos sentimos lejanos, muy lejanos de ser representados por personajes como García o el bien llamado «Rock Nacional».

    Bandas como Todos Tus Muertos, Sumo, Los Violadores, Alerta Roja, Massacre Palestina, pero también Virus o Los Redonditos de Ricota aparecieron en los primeros 80 a modo de confrontación estética, musical e ideológica con Charly García, Spinetta y el llamado Rock Nacional.

    Es interesante resaltar que el festival propagandístico «Rock por Malvinas» (organizado por la dictadura militar en 1982 a efectos propagandísticos) abrió un período de masificación del «Rock Nacional», es decir personajes como García o Spinetta, que ya eran famosos, amplificaron su fama de manera exponencial para beneplácito de muchos y desgracia de otros.

    Para los adolescentes de los 90, Garcia formaba parte de esa cultura que quedo mediaticamente instalada desde la dictadura (escritores, músicos, periodistas, personajes de la televisión, etc) con la que no sentíamos ninguna conexión. Nos desconcertaba y causaba verguenza ajena por igual que Charly García de pronto apareciera con remeras de Marilyn Manson o Nirvana, dado su pasado hippie.

    Hoy en día el fenómeno de masas más convocante del rock a nivel popular no es García, sino el Indio Solari (cantante de Los Redonditos de Ricota). Generalizando, Charly García es referente para la generación que hoy tiene de 50 años para arriba, los que tenemos entre 30 y 50 nunca nos sentimos muy identificados con su música y lo que representó. El mismo García nos parece un dinosaurio. Los menores de 30 dudo mucho que sepan quién es García más allá del nombre y ver alguna foto, porque sigue siendo omnipresente en los medios de comunicación como el grupo mediático Clarín, que nos heredó la dictadura, por cierto.

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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