Las 1001 noches siempre sorprenden y deleitan. Revisando el libro, me encuentro un pasaje subrayardo perteneciente a la noche 15 que me obliga a preguntarme si Franz Kafka leyó el inmortal compendio de historias árabes o si es posible utilizar el, por otra parte, «gastado» adjetivo kafkiano a ciertos textos de la antigua y ancestral literatura.
Creo que las palabras hablan por sí mismas y no haré más comentarios. Si me dijeran que este pasaje se encuentra en cualquiera de los cuentos del escritor checo, me lo creería: «El enorme buitre llamado Rokh, capaz de arrebatar un elefante, te levantará hasta las nubes, tomándote por un carnero de veras, y para devorarte te llevará a la cumbre de una montaña muy alta, inaccesible a todos los seres humanos». Shalam
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