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Una esperanza en el infierno

Ago 15, 2024 | 2 Comentarios

Creo que hay un momento en el que nos damos cuenta de que la obra que estamos leyendo es trascendente. Resulta, eso sí, a veces muy difícil de identificar. Suele ser tan vertiginoso ese instante que luego no es fácil precisarlo. Recuerdo, por ejemplo, que las dos primeras temporadas de Los Soprano no me parecieron nada especial. Me gustaron, sí, pero no me golpearon. No me tumbaron. Pero, de repente, hubo un detalle, una escena, tal vez un par de dialógos (no alcanzo a recordar) en la tercera que me impactaron. Comprendí que estaba viendo una obra mayor, que los capítulos habían subido enormemente el nivel y ya no pude desengancharme hasta el célebre final.

Necesitaría volver a ver Los Soprano para indicar cuál fue el detonante de mi entusiasmo por la serie. La escena X del capítulo X. Eso es precisamente lo que estoy haciendo estos días con Sandman, el cómic de Gaiman. Volver a leerlo. Así que, en este caso, sí que puedo decir exactamente cuál fue la escena en la que la obra me enloqueció. Cuándo me di cuenta de que era una obra mayor.

Concretamente, fue en el nº4 de la colección. Un número cuyo título («Una esperanza en el infierno») poseía resonancias rimbaudianas:

Los que han leído el ćomic conocerán de sobra el argumento.

Tras haber sido apresado y encerrado por un mago (Roderick Burgess) durante casi cien años, el señor de los sueños ha logrado liberarse. Lo primero que hace es vengarse del hijo de su captor. Y posteriormente, tras recuperar fuerzas en su reino, comienza a buscar sus Tótems de poder. Uno de ellos (una bolsa de arena) lo consigue con cierta facilidad. El segundo y el tercero (un yelmo y un rubí) le costarán más. De hecho, para hacerse con el segundo tendrá que incursionar ni más ni menos que en el infierno. Allí se enfrentará al demonio que lo posee en una batalla de ingenio que es realmente brutal. El duelo entre el súcubo y Sandman frente a la atónita mirada de los habitantes del infierno y la severa de Lucifer es  realmente una delicia. Los juegos de palabras se suceden como si fueran balas. Casi que podemos sentir cómo los pensamientos se desplazan veloces por las mentes de ambos contendientes. Pero lo que viene después es mejor, mucho mejor.

Una vez que Sandman ha logrado su yelmo, todo parece en calma. El señor de los sueños está dispuesto a partir. Sin embargo, Lucifer se siente contrariado por el resultado del combate. Su orgullo tampoco puede permitir que ese lúgubre señor entre y salga así como así del infierno. Por lo que le cierra el paso. Lo desafía. Ha decidido apresarlo. Por un momento, creeemos que Sandman está en un aprieto. La tensión se masca en el ambiente. Tememos que pueda salir de una prisión humana para entrar en una prisión infernal. Pero en ese momento, Gaiman realiza una pirueta maravillosa.

Lucifer, seguro de sí, le pregunta a Sandman cuál es el poder de los sueños en el infierno. Sabe que es ninguno y que, por tanto, su interlocutor caerá en sus redes. Pero el onírico rey guarda una carta. Mientras contempla a los miles de condenados que hay desplegados en el infierno, pregunta en voz alta: «¿Qué poder tendría el infierno si los aquí encerrados no pudiesen soñar con el cielo?»

Justo en ese momento, Sandman da jaque mate a su adversario. De repente, se hace el silencio. Una mudez total en el infierno. Y sus habitantes (los soñadores del cielo) abren paso a Morfeo que camina mientras el diablo lo mira imperturbable. También desafiante pues sabe que con el paso de los años, de los siglos, volverán a encontrarse.

Ese, fue ese justo el momento en el que sentí que estaba ante una obra mayor. Muchos escritores hubieran soñado con una escena así. De repente ciertas confusiones, ciertas irregularidades de la obra de Gaiman me resultaron inocuas. No las tuve ya más en cuenta. De repente, Sandman cobraba dimensiones faústicas. Clásicas. Entraba en el territorio de Milton y Goethe. Y sobre todo, lo mejor era preguntarse qué vendría después. Shalam

هناك شيء واحد فقط أسوأ من مزمار واحد أو مزمارين

Sólo hay una cosa peor que una flauta, dos flautas

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1imagen…a todos los aserradores les falta al menos un dedo……
    2imagen…..el ajusticiado de la 1imagen es alien….
    3imagen…bestiario alimentandose de humanos…(merienda de los descendientes del enola gay)……
    4imagen….continuan los estragos para el dibujante (con dos bocas y dos cabezas repanchigas soluciona la mano)…jajajajjjj….
    5imagen….simon el estilita a toda pastilla….abajo la sagrada hipostasis!,….muera la anastasis!,… viva la aposcatastasis!,…
    6imagen…las nubes del tubo de escape….egipto, grecia, moises tecnologia abre las aguas del mar rojo……
    PD….e iremos al cine de las sabanas blancas…..
    https://www.youtube.com/watch?v=rxAB4Ec1ghA….panico rosa…

    Responder
    • Alejandro Hermosilla

      1) Influencia de la cultura nuclear en la cultura pop. Esta viñeta de Sandman viene a decir que ambas son lo mismo. 2) Todos intentan parecer más jóvenes menos Tony Soprano. No lo necesita. 3) Influencia de la ciencia ficción en el cómic y el gótico. 4) Dos raperos infernales frente a frente. El rap del infierno. 5) Libro que se abre con esta icónica imagen. Título. El resplandor del mundo. 6) Siempre me llamó la atención el Lucífer tan joven que pintan aquí. Nunca mejor dicho, un ángel. El más bello ángel. PD: Qué maravilla. Buster keaton entre fantasmas.

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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