AVERÍA DE POLLOS: Inicio E Cine E Censores

Censores

May 11, 2024 | 2 Comentarios

Decía Jesús G. Maestro en una de sus lúcidas y vehementes invectivas que los verdaderos creadores no deben jamás temer la censura. Básicamente, porque un creador original siempre va a dinamitar cualquier red cultural en la que los censores oficiales pretendan atraparle.

Los censores tienen reglas estrictas que cumplir y la creatividad (si es verdadera) supone la demolición de cualquier norma y regla social (o moral). Es difícilmente censurable (además de interpretable) debido a su sofisticación y libertad. Prueba de ello es que la censura la crea el Estado para defenderse de los creadores. Es más una muestra de miedo y cobardía del Estado que de su omnipotencia. Es, al fin y al cabo, una corroboración de que quien ejerce el poder tiene mucho que ocultar y su jerarquía no es tan fuerte como para poder controlar (y soportar) cualquier crítica.

La censura probablemente controlará a los artistas mansos y a los mediocres. A los artistas acomodados y a los artistas ideologizados. Pero jamás podrá hacerlo con los artistas verdaderamente originales y con inusual talento como es el caso de Miguel Cervantes.

Obviamente, la afirmación de Maestro podría ser discutida. Pasolini fue un creador total y lo fusilaron a juicios. Otra forma de censura. Y el mismo Luis Berlanga (cuyo talento parece fuera de toda duda) le metió un sinfín de goles a la censura franquista pero en alguna ocasión (La vaquilla) patinó y no pudo llevar a cabo su proyecto hasta el fin del Régimen.

Sirva en cualquier caso la reflexión de Maestro más que como verdad absoluta como orientación y faro. A un creador de verdad la censura tendría que estimularle. No debería ser tanto motivo de queja sino de desafío. Que es, al fin y al cabo, el caso de Pasolini y, con otros condicionantes, probablemente también el de Buñuel.

En fin. Si he citado hoy a Jesús Maestro no es porque tenga la intención (aparte de lo ya dicho) de realizar ninguna reflexión sobre la censura sino porque hoy he comenzado a ver La escopeta nacional y no he podido evitar reírme una y otra vez con la primera escena. La de los títulos de credito. Un ejemplo que me parece perfecto para constatar cómo puede un creador ridiculizar a los censores sin que estos se den cuenta. Es cierto que tal vez el caso de La escopeta nacional no sea el mejor porque, al fin y al cabo, la película se rodó tras la muerte de Franco. Pero me parece un claro ejemplo de aquello a lo que apunta Maestro.

El simbolismo de la escena es muy claro. La cámara va desplazándose por un hermoso paisaje natural situado junto al célebre Palacio de Rincón (una impresionante mansión construida en 1862 por el banquero Juan Manuel de Manzanedo) hasta centrarse en la imponente construcción, (en cuyas inmediaciones se celebraban cacerías en las que participaban Alfonso XIII, sus descendientes y altas personalidades del franquismo).

Lo importante en este caso radica en que, conforme la cámara se mueve, escuchamos a innumerables ovejas balar. Al principio, sí, apenas distinguimos sus balidos, que son no más que un ruido sordo, pero a medida que la cámara se acerca y centra en el Palacio, los balidos se multiplican más y más hasta convertirse en un estruendo total y absoluto.

La escena se encuentra tan bien filmada que aunque he visto La escopeta nacional en dos ocasiones, no ha sido hasta hoy que me he fijado en esos balidos (los cuales, como probablemente harían los censores, tomaba como un simple ruido más de tantos producido por la naturaleza). Craso error porque esos balidos son omnipotentes y sirven perfectamente para retratar y ridiculizar a todos esos mansos ciudadanos, sumisos con la clase dominante despiadada (y burlescamente) retratada en el filme de Berlanga. Otra cosa, vuelvo a repetir, es que esto pudiera detectarlo (y demostrarlo) un censor.

Un ejemplo más claro de cómo puede un auténtico creador burlar la censura, lo encontramos en El ángel exterminador. El final de la obra es evidente, muy evidente. Tal vez los elementos son inconexos y no es posible encontrarles, en primera instancia, una lógica clara pero, una vez pasada la sorpresa inicial, no creo que haya muchas dudas de a lo que apuntaba Buñuel.

Tenemos de nuevo a la burguesía encerrada. Pero en este caso no en sus lujosas mansiones sino en una iglesia. Y a continuación, vemos imágenes de cómo el ejército sofoca (o más bien conduce) a las masas (personas de diferentes extracciones) con las armas. ¿Es posible dejar un mensaje más claro?

Buñuel hace un retrato de la alianza entre las tres cabezas del poder mexicano (el económico, el militar y el religioso). Los empresarios, políticos y burgueses se refugian o bien en sus mansiones o bien en las iglesias y, tirando de hipocresía, (al parecer no pueden salir a la calle) se niegan a ver las matanzas cometidas por el ejército contra el pueblo (probablemente sufragadas con su dinero). Es por eso que más que un retrato de la burguesía a la deriva, El ángel exterminador es un retrato de su frívola cobardía y su sosa e hipócrita mascarada. Lo interesante (o más bien, lo verdaderamente revelante) parece decirnos Buñuel no es lo que sucede dentro de la mansión sino lo que únicamente veremos al final: el ejército disparando (y controlando) a la población.

Por si faltaba otra pata más de la ecuación, el filme se cierra con un grupo de ovejas (población en general) dirigiéndose a la iglesia. Tal vez familia de las que balan en la primera escena de La escopeta nacional.

Buñuel, en cualquier caso, era tan ácido, cruento y genial, poesía un humor negro tan personal y reflejaba sus ideas de modo tan inconexo (herencia del surrealismo) que dudo mucho que un censor se atreviera a formular una interpretación negativa de la película para no ser ridiculizado.

De hecho, la única censura que sufrío El ángel exterminador fue completamente involuntaria. En el original, los invitados a la cena accedían a la mansión dos veces. Los montadores creían que esto era un error técnico y suprimieron la segunda entrada a la mansión de Edmundo y Lucía Nóbile. Otra muestra, al fin y al cabo, de que los creadores (cuando son auténticos) siempre acaban haciendo explotar la cabeza de los censores. Shalam

التبجيل ينمو مع المسافة

La veneracion crece con la distancia

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1imagen…fabula del extraño caso de la calle providencia…1962…
    2imagen….dame jose luis , mete los dedos aqui, aahhhhhhhh, no quieres eh, te chumascas, verdad?…risa….1963….
    3imagen….sabes lo que ha hecho tu mujer, me ha destrozado la coleccion, imbecil!…..1978
    4imagen…cuatro guardianes, cuatro adoquines…7000 robles, 7000 piedras….
    5imagen…montones de ovejas…robert wyatt ..1997…. https://www.youtube.com/watch?v=tl2MrVhsq4Q….

    Responder
    • Alejandro Hermosilla

      1) Aquí estamos seguros. Lejos del matadero con estos burgueses tan encantadores. 2) No tenga miedo usted. Esto no es más que para saber si usted ha bebido alcohol o no. Pero no le vamos a llevar preso ni a quitar el vermut. 3) Una de las mansiones que podrían aparecer en «Un reino oscuro». 4) Lluvia de disparos y estrellas. Al fin y al cabo, esto es el cine. 5) En la iglesia, con los dulces curas también estaremos seguros. PD: delicioso wyatt. El gnomo del rock contemporáneo.

      Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

Contenido relacionado

Videoaverías

Averías populares

Gigante

Estoy convencido de que pasen los años que pasen, siempre habrá un adolescente que volverá a contemplar cualquiera de los tres película que...
Leer más
Share This