Leo en Twitter una reflexión sobre el Día de los Santos Inocentes que me parece lúcida. Alguien comenta que es una celebración tradicional que ha ido perdiendo fuerza durante las últimas décadas por un motivo muy concreto: porque diariamente aparecen un sinfín de «fake news» en todo tipo de medios de comunicación. Así que ya no nos hace tanta gracia encontrar la «inocente» mentira del día 28 en lugares donde se nos contamina sin descanso con propaganda. Falseando la realidad.

A continuación, alguien le responde con una reflexión que también da que pensar. Sugiere este usuario concretamente que ya nos es casi imposible hallar la inocentada habitual en los periódicos y telediarios porque el contenido de estos medios se basa en las continuas falsedades (y añado yo, en el sensacionalismo). Como ya todo es «fake», la inocentada es indistinguible en las páginas de los diarios del resto de su contenido. Además, las «inocentadas» actuales no sólo parecieran realizadas con desgana y para cumplir el expediente sino que serían otro medio más (desde luego no el más retorcido) utilizado por el poder y los medios para continuar manipulando y legitimar ese supuesto «contenido verdadero» que ofrecen a sus lectores y televidentes día tras día. Algo, al fin y al cabo, que un medio como El mundo Today ha entendido con suma exactitud y clarividencia hasta el punto de convertir la parodia de nuestra realidad mass-mediatica en su modo de vida.

Siento ser tan lapidario. Más en fechas como las que atravesamos. Pero, en realidad, creo que en nuestro mundo contemporáneo la festividad del Santo Día de los Inocentes se celebra diariamente. Herodes continúa reinando con total alevosía y con la contribución de quienes deberían señalar sus frecuentes abusos de poder. Creer lo contrario (siempre que no se caiga en excesos) sí que nos convierte en inocentes corderos. Shalam

الأطفال والمجانين، الحقيقة في أفواههم، العقلاء والحكماء، تقع على شفاههم.

Niños y gente loca, la verdad en la boca, cuerdos y sabios, la mentira en los labios.