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El desierto rojo (1)

Abr 1, 2024 | 2 Comentarios

Dejo a continuación un nuevo avería dedicado a El desierto rojo de Antonioni. El cual, debido a su extensión, dividiré en dos partes. Hoy publico el primero y mañana haré lo propio con el segundo.

Ahí voy.

El desierto rojo (1)

El desierto rojo es un filme de extraña belleza. Sí. Sé que mencionar la palabra belleza para calificar un filme de Antonioni es como mencionar el azúcar cuando hablamos de tartas. Una reiteración innecesaria. Pero en el caso de El desierto rojo creo que lo importa no es tanto la belleza de cada plano (que también) sino la extrañeza. Esa sensación de estar contemplando un filme que, aunque pueda parecer vacuo, a mí al menos me provoca fascinación porque creo que, con todos sus defectos, plasma bastante bien esa sensación de confusión e incertidumbre, ese malestar cotidiano, que a estas alturas, casi todos los occidentales hemos experimentado en uno u otro sentido. Creo que ese es uno de los puntos fuertes de El desierto rojo: que lo que dice se comprende mejor hoy que cuando se estrenó.

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En realidad, a El desierto rojo tal vez le sobren las fábricas. Y que conste que esto no lo digo como crítica porque, en realidad, de no aparecer la planta petroquímica, el humo y la contaminación estaríamos hablando de otra película. Lo digo porque creo que las fábricas despistan. Hacen creer que El desierto rojo es un ataque a la sociedad industrial cuando, en realidad, no es sino la constatación de su triunfo.

Antonioni no es ingenuo. Antonioni no denuncia nada porque era lo suficientemente lúcido para saber que no había nada que denunciar. Quisiéramos o no, la sociedad industrial ya se había impuesto. Por eso su película no es tanto una crítica a la misma sino una exploración sobre la adaptación del ser humano a este nuevo mundo y sus consecuencias. Por eso El desierto rojo es una poesía telúrica y futurista. Y también fría y realista.

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Todavía, en los años 90 (al menos en la festiva España) había personas que negaban las consecuencias del mundo descrito por Antonioni: la soledad, la inhumanidad, la sociedad fantasmagórica, la pérdida de sentido de comunidad, el olvido religioso. Pero creo que hoy en día ya nadie puede obviarlas. Cualquiera que se refiera al mundo contemporáneo necesariamente tiene que bordear o aproximarse a la temática descrita por Antonioni en este filme o en otros.

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Los personajes en El desierto no son tanto seres humanos como fantasmas. Y lo son mucho antes de que internet apareciera en nuestro mundo o que darse un paseo un domingo por las afueras de una capital europea fuera una experiencia inhóspita. Por eso el malestar descrito en el filme no tiene tanto que ver con la contaminación sino con las nuevas costumbres sociales. A día de hoy todos hemos estado en situaciones parecidas a las plasmadas en este filme similar a una radiografía clínica o a un hospital en el que las emociones del enfermo y sus parientes son menos importantes que las señales de su enfermedad. Los análisis, los diagnósticos, los informes, el protocolo.

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Poco antes de morir, Pasolini describía en una entrevista una de las ciudades levantadas durante el apogeo fascista en Italia: Sabaudia. Una urbe a mitad de camino de lo metafísico y de lo real donde la gente vivía realmente bien. Pasolini explicaba perfectamente cómo el fascismo necesita humanizarse para legitimar su poder. Sin embargo, la democracia o cualquier sistema (como el liberal) que se precien de ser abiertos (precisamente por ser aparentemente contrarios al fascismo) pueden imponerse con mayor fuerza y violencia, como demuestra, por ejemplo, el auge consumista o la impiedad con la que las tropas norteamericanas han impuesto la democracia en unos cuantos países africanos y asiáticos arrasados tras su paso. Por no hablar de las ingerencias de la CIA en España, Italia, Alemania, etc..

Equivocadamente, se piensa que el fascismo es inhumano en todo lo que produce. Un gran error. El fascismo clásico era inhumano en su manejo del poder pero no tanto en sus expresiones artísticas, en las que era más bien cursi. El fascismo como fuerza política es un monstruo y sabe que a nadie se le escapa su monstruosidad, así que no duda en acariciar, alimentar y proteger a sus sometidos con tal de que le dejen dominar. No pongan frenos a su poder. Sin embargo, los gobernantes demócratas no necesitan acariciar a quienes creen vivir en libertad bajo su yugo. Así que pueden perfectamente pactar con las élites y plasmar sus proyectos con mayor inhumanidad que los fascistas. Los demócratas pueden ser corruptos y además ser amados o admirados. Los fascistas necesitan constantemente ser legitimados por el pueblo. Necesitan que los ciudadanos se encuentren bien alimentados y seguros. A los demócratas les basta una votación cada cuatro años.

Pues bien, el pasaje descrito por Antonioni en El desierto se corresponde con la Italia surgida tras la Segunda Guerra Mundial. La nueva Italia. La italia demócrata. La Italia libre (bajo supervisión norteamericana). Eso es lo fascinante de su filme. Que Antonioni fue moderno y clarividente en otear la sociedad industrial e inhumana implantada de la mano del pacto de los nuevos políticos, los tecnócratas, las élites y los burócratas burgueses. Pero a diferencia de Pasolini, no creía que se pudiera hacer nada para evitar ese cambio. No pensaba que sirviera de mucho denunciar la corrupción. Ese cambio se iba a imponer sí o sí. O mejor dicho, ya se había impuesto sin que la mayoría de la sociedad italiana se diera cuenta y sin que sirvieran de mucho los artículos y pesquisas de Pasolini, asesinado en Ostia por estar dispuesto a dar varios de los nombres de empresarios que habían traicionado al pueblo (que tanto amaba) para hacer fortuna.

Lo que Pasolini no terminó de aceptar (verlo claro que lo vio) es que la verdad es la primera gran víctima de las democracias y sociedades posindustriales. La gran ausente.  Antonioni sin embargo tenía tan claro esto que se dedicó a filmar a sus personajes como si fuera un antropólogo o un científico interesado en ver cómo se comportarían ante este nuevo mundo. La enfermedad de Giuliana (la mujer interpretada por Monica Vitti) es cosustancial a la de quien no sabe qué hacer ante esta nueva realidad: ¿cuidar a los hijos, trabajar, amar libremente, viajar, salvar su matrimonio, hablar, callar?

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El temperamento poético de El desierto rojo casi que lo convierte en un filme futurista. Un filme a mitad de camino de la ciencia ficción, el terror y la poesía. Pero, en realidad, es una película muy realista.

Cuando El desierto rojo se estrenó, en Cartagena, a treinta kilómetros de la casa de mis padres,  varios empresarios estaban comenzando a horadar un territorio virgen como La Manga para transformarlo en un buque fantasma. Algo que, sí, no se comenzó a hacer a lo bestia, tal y como vislumbraba Pasolini, hasta poco después de la muerte de Franco. Con la sociedad de masas y las banderas de la democracia hondeando en asambleas regionales y el Congreso de los diputados.

Asimismo, cualquiera que haya recorrido o echado un vistazo a los parajes y al mar que hay tras la playa de la Cortina (también en Cartagena) no tendrá problemas en reconocer un infernal paisaje que, en cierto modo, deja en mantillas al descrito por Antonioni en su filme. Lo que pasa es que eso no lo vemos. Eso ya no lo vemos. Precisamente lo que El desierto rojo nos anuncia es que ya no veremos las transformaciones cercanas. Ya no veremos lo evidente. Los cambios palmarios. Tal vez porque el crimen se lleva a cabo en oficinas deslocalizadas y miramos, sí, únicamente cuando nos lo dice el poder: los periódicos, la televisión, los grupos ecologistas o las ONGS. La buena conciencia del Estado. El buen colonialismo. Miramos, sí, para hacerle juego al poder. Esa es nuestra enfermedad. La enfermedad descrita con precisión casi científica en El desierto rojo. Shalam

يمكنك أن تكون صادقًا وتظل غبيًا

Puedes ser sincero y seguir siendo estúpido

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1imagen….fondo rojo muy roma….guapisima…..
    2imagen….bailando entre nubes bajas..(amarcord 1973)…
    3imagen….epoca de experiencias sensoriales y racionales)…
    4imagen….gran toma, gran entorno, muy bueno, muy usable para los happening, aunque quites el entorno tambien….(dos postes asimetricos)….
    5imagen….experiencia religiosa..(mangas del jersey)….(alguien volo sobre el nido del cuco)……..
    PD:https://www.youtube.com/watch?v=264lrRmxlDQ…pelicula entera, el desierto rojo-1964…..(empiezo a verla, 10´primeros parece que m.vitti se alimenta en pecado)….
    PD2:https://www.youtube.com/watch?v=rmqSzTBbbN4……. alimentacion del obrerismo….1936…mol fort…

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    • Alejandro Hermosilla

      1) La incertidumbre. Tal vez una foto que inspira el cartel de Rojo de kiewlowski. ¿Quién lo sabe? 2) «Fantasmas en el paraíso». Karisumaki. 3) El tedio cotidiano. Fuego fatuo. Louis Malle. 4) Adiós, adiós muchachos. Louis Malle. 5) Locura, sensibilidad, incertidumbre y belleza. Todo junto. PD: es una película muy personal. Extraña. Exige al espectador. Merece la pena. Chaplin inocente, ingenuo y realista. Visionario también.

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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