Almayer
Tengo la impresión de que Juan Carlos Onetti debió de leer esta novela u otras de Conrad atentamente en algún momento de su vida porque existen conexiones entre ambas poéticas. Ante todo, el perverso goce del nihilismo. El disfrute del sentimiento de aniquilación. Pero, obviamente, hay más concomitancias. Los personajes de ambos novelistas, por ejemplo, disfrutan remando a contracorriente. Nadando en medio de la tempestad aunque no extraen ninguna recompensa de su esfuerzo. De hecho, lo que realmente desearían, sería morir. Pero son demasiado cobardes para pegarse un tiro. Y es por este motivo que, finalmente, se transforman en personajes de estatura mitológica. Estatuas estoicas que lo soportan todo y son capaces de imponerse a los mayores temporales y al criminal aburrimiento con tal de apartar de su lado a los cuervos. Alejar durante un día más el acceso al más allá: el suplicio eterno. Shalam
Autor: Alejandro Hermosilla
Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.
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