Hace unos días leí un artículo de Alberto Fuguet sobre Cobra Kai. A pesar de sus irregularidades, al escritor chileno la serie le había gustado mucho. Aunque, por momentos, le había dejado perplejo: «hace tiempo que no me enfrentaba a un artefacto (¿es eso?) que me haya volado la cabeza al comprobarme más cosas de las que estaba dispuesto (o preparado) para procesar».
Después de pensarlo un poco, creo que la leve desorientación de Fuguet con Cobra Kai se debe a un hecho concreto. Tal vez a varios. Pero, sobre todo, a uno.
Creo que la idea de realizar este reboot sorprendió no sólo al público sino también a los actores que habían participado en las tres primeras películas de Karate Kid. Para Ralph Macchio, Martin Kobe o William Zabka, Karate Kid era un recuerdo. Es cierto que habían participado en aquella saga karateca, pero había pasado tanto tiempo de ello que habían posiblemente logrado distanciarse de la misma. Así que la posiblidad de enfundarse el kimono otra vez, les pilló tan de sorpresa como a los espectadores. Motivo por el que los guiños nostálgicos y cómplices que realizan no se encuentran tan sólo dirigidos a nosotros sino que probablemente su principal destinatario son ellos mismos.
De hecho, por momentos, tenía la impresión de que los actores de Cobra Kai nos estaban diciendo: «Tíos, lo estamos fripando tanto como vosotros». Y es eso precisamente lo que marca la diferencia y confunde. Que no se les pide tanto que actúen como que se dediquen a disfrutar. Probablemente porque los creadores de la serie, (Josh Heald, Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg), son, ante todo, fans de Karate Kid. Tienen tan interiorizada la saga que para ellos Ralph Macchio o William Zabka no existen. No son más que las máscaras de Daniel LaRusso y Johnny Lawrence. Así que han llevado (probablemente sin saberlo) muchos de los presupuestos, por ejemplo, de la nouvelle vague al territorio del blockbuster.
Normalmente, a un lado se encuentra lo real y a otro, lo ficticio. Tengo la impresión de que (a causa de su condición de fans) para los creadores de Cobra Kai sólo existe la ficción. Por consiguiente, su serie nos sugiere que hace tiempo que las producciones televisivas son tan o más reales que nuestras propias vidas. Y, al mismo tiempo, incide en que su realismo no se debe tanto a su verosimilitud sino precisa y principalmente a su naturaleza ficticia.
En verdad, a día de hoy, (y desde hace ya un buen tiempo) es la vida real la que o bien imita o bien intenta imitar a las series de televisión. Shalam
من الصعب أن تتحمل المصائب ، لكن تحمل السعادة أصعب بكثير.
Difícil cosa es soportar la desgracia, pero mucho más difícil soportar la felicidad
andresrosiquemoreno
el mayo 20, 2022 a las 10:48 pm
1ºimagen…..juego de bolos de tres dedos ( «pedro picapiedra»)……..
2ºimagen…..oh muchacho, me alegro que no te derribaran ..sonrisa…..
3ºimagen…..atentos al «strike»…..» pablo picapiedra»!!!…yabadabadu!!!
PD….https://www.youtube.com/watch?v=wgls5iFRT6c…..los picapiedra: pedro & pablo juegan a los bolos…..
1ºimagen…..juego de bolos de tres dedos ( «pedro picapiedra»)……..
2ºimagen…..oh muchacho, me alegro que no te derribaran ..sonrisa…..
3ºimagen…..atentos al «strike»…..» pablo picapiedra»!!!…yabadabadu!!!
PD….https://www.youtube.com/watch?v=wgls5iFRT6c…..los picapiedra: pedro & pablo juegan a los bolos…..
1) La fila de clase. 2) El hijo pródigo. 3) Dos hombres y un destino. PD: los picapiedra geniales. Tengo que hacerles, antes o después, un avería.