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Viaje fantástico

Mar 14, 2024 | 3 Comentarios

Dejo a continuación un nuevo avería dedicado a José Óscar López. El cual recomiendo leer escuchando un mágico tema del Lodger de David Bowie: «Fantastic voyage». ¡Descansa en paz!

Quiero aclarar, eso sí, que aquí utilizo libremente el título de la canción de Bowie, «Red Sails», (velas rojas, refiriéndose a una embarcación) como si se titulara «Red Candles» (también velas rojas pero en este caso refiriéndose a las piezas de cera o parafina que se utilizan para alumbrar).

 

Viaje fantástico

Conocí a José Óscar en Los Pirineos. Tras un concierto de David Bowie. Probablemente el mejor día de mi vida. Lo que me hizo sentir Bowie aquella noche sólo lo he experimentado en tres o cuatro momentos más. Berlín, vanguardia, destrucción, experimentación. Locura. Un delirio visual. Cuando aquello terminó y mi alma volaba por los aires, fascinado por los reflejos del Aladino del pop, vi a José Óscar hablando con dos amigos. Sus ojos estaban llorosos. Había lágrimas en esos ojos. Había sensibilidad en aquella mirada.  Ni él ni yo habíamos asistido a un concierto. Ambos habíamos disfrutado de una experiencia mística. Sin drogas de por medio. Un chute de arte posmoderno y caleidoscópico profundamente esquizoide.

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«Dormí en el tren que me llevaba a la ciudad de los despiertos»

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Durante los tres o cuatro años siguientes, no hablé mucho con José Óscar. Pero cada vez que lo hacía, lo hacíamos de Bowie. Lo hacíamos de Outside. Lo hacíamos de Low. Lo hacíamos de Heroes. Recuerdo contemplar por primera vez el videoclip de «Ashes to Ashes» en su casa. Recuerdo que toda aquella triste historia del Major Tom nos unía. Ninguno comentaba nada personal. No sabíamos demasiado uno del otro. Sí sabíamos que Bowie era un genio. Y que ambos conocíamos perfectamente el motivo.

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Con el tiempo, hablamos también de otro músico. De Fernando Alfaro. De Surfin’ Bichos. De los lobos. De los aullidos. Chucho. Las canciones de Fernando Alfaro también eran una vía para comprender a José Óscar. Para que entabláramos una conversación que no iba a ninguna parte porque todo empezaba y terminaba en una canción y en las letras de todos los discos de Fernando Alfaro. En esos gritos. En esa voz susurrando, golpeando, apuntando a la demolición de un edificio.

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«¿Por qué los ríos son de uno y son más nuestros cuando son de cualquiera?»

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La literatura de José Óscar era muy personal. En parte era como un flash procedente de un tema de Bowie, en parte como un aullido de Fernando Alfaro. Pero también había revelaciones en algunos de sus versos que sorprendentemente no remitían tanto a los poetas clásicos sino a frases de Gilles Deleuze o Jacques Derridá. También había una vertiente muy Foster Wallace en algunos de sus textos. Algunos de sus poemas eran salvajes. Otros eran casi cristal. Aludían a la disolución, a la desintegración. José Óscar tenía un mundo propio.

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José Óscar era una persona muy sensible. Lo disimulaba tal vez detrás de sus innumerables conversaciones sobre libros, sus incansables conversaciones artísticas. Pero lo era. Mucho. Nunca lo escuché hablar mal de nadie. Un día le pasé un texto mío y me dijo con sinceridad todo lo que no le gustó de él. No murmuró. Me lo dijo directamente a la cara. Como se ha de hacer. Se lo agradecí. Respondí asegurándole que un día haría un libro parecido a Lodger. O cualquier locura. A veces lo veía y me lo recordaba. Que esperaba mi novela Lodger. Las velas rojas. El vuelo nocturno africano.

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«Pasa un avión y deja una estela igual que la de un barco. Comprendes que el mundo está sumergido».

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José Óscar era tímido. Era difícil saber lo que sentía. Los cómics, los poemas, los dibujos, los cuentos hablaban por él. Lo que sentía realmente.

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En julio del 2022 abrí uno de los cómics de Miguel Ángel Martín editados por Brut comix en los 90. En la portada, el inefable Brian The Brain. Allí me encontré una carta de un tal Tropovsky (el seudónimo de josé Óscar). Me sonreí. Imaginé a José Oscar leyendo a Martín y enviándole sus apreciaciones, sus comentarios. Todo encajaba.

Estuve tentado de enviarle un whatssap pero no lo hice. Me sonreí para mis adentros. Ese era José Óscar. Un tipo que iba ansioso a comprarse el libro de los escritores que amaba. Que no fallaba. Que leía con vocación de fan. A ráfagas. Alguien que convertia la literatura en un concierto de The Cure o Señor Chinarro.

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«Envejezco, eso es todo, y los colores y las luces / de burgers y avenidas, de ferias y de centros comerciales / se ríen cuando paso, me señalan y dicen: / Míralo, / es otro idiota más, y como todos /envejece».

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Nunca le dije a José Óscar si había amado a tal o cual mujer o si había perdido un familiar.  Nunca conocí a sus hijos. Nunca conocí a sus padres. Y él tampoco conoció a ninguno de mis familiares. Nunca compartí con él un solo detalle de mi vida privada. Pero nos veíamos y existía fraternidad. Había paz. Calma. Había vida. Había una risa interna. Se escuchaba Lodger de fondo. Siempre se escuchaba por allá, en un bar, en medio de una habitación, Hermanos Carnales.

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Recuerdo a José Óscar relatándome emocionado su fascinación con aquel momento en el que David Bowie se postró de rodillas y rezó un Padre Nuestro por Freddie Mercuy en el concierto de homenaje al mito celebrado en Wembley.

Quisiera por eso terminar hoy este avería dedicándole un Padre Nuestro y quisiera que, de ser posible, lo escuchara al son de «Fantastic Voyage». Aquel tema de Lodger. ¡Que Dios te tenga en su seno! ¡Habrá siempre dos velas rojas en una habitación morada dedicadas a ti!:

«Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Amén». Shalam

الهذيان مرتبط بالحياة

El delirio está unido a la vida

3 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1imagen….yo tambien soy un «huesped» y un «residente»…sonrisa…
    2imagen….gran claridad (adjunto artefacto contra la lluvia)…..
    3imagen…. el cubismo una herramienta agricola, cubis….
    4imagen….porky, porky es el rey favorito……
    5imagen…pasillo del ies lleno de piedras y andando las cabezas de peinado de cerebro……
    6imagen….(sustituyendo padre nuestro por naturaleza nuestra)…
    procedimiento creativo…..
    PD….https://www.youtube.com/watch?v=2T0rSP4iqwE…1964…
    (una gota para un paraguas)…….

    Responder
    • Alejandro Hermosilla

      1) Un viaje por Marte. 2) ¿Cómo puedo superar el dolor de mi hermano carnal hoy? 3) Tini-Man contra el mundo. En patinete y en motocicleta. Me abro de piernas y soy de plástico. 4) Cubismo posmoderno. Flash nocturno. 5) Disolución del mundo de cristal. 6) Un mundo sin emociones. Golpes Bajos a ritmo de ambient. 7) Viaje de redención. PD: esto es alucinante. Me dan ganas de ver todo.

      Responder
  2. andresrosiquemoreno

    oye, antes de los cubis ha aparecido un mendrugo en posicion pautada horizontal con gorro de piarrot y antenas de hormiga….(pies a lo elvis y a lo m. jackson)… sonrisa….

    Responder

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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