Pero ¿cómo puede ser un álbum tan bueno? Llevo cinco escuchas del último LP de Opeth, The last will and Testament, y cada vez lo disfruto más. Promete convertirse en mi banda sonora de diciembre.

Opeth y Swans posiblemente sean mis grupos favoritos de hoy en día. (Un poco detrás tal vez colocaría a Ghost). Un título que se han ganado a pulso. Me explico. No tenía absoluta expectativa con ninguno de sus nuevos dicos. Por momentos, incluso me había olvidado de ellos. Pero me bastó escucharlos cinco o diez minutos para sentir que no se había perdido la magia. Que eso que me hizo enamorarme de ambas bandas seguía intacto, íntegro. Algo realmente difícil.

Soy plenamente consciente de que un disco como The last will necesita al menos diez escuchas para comenzar a sacar conclusiones. Así que de momento no escribiré nada. En principio, puede parecer que Opeth se repiten o que involucionan pero creo que esto es una impresión superficial.

En realidad, la banda de Mikael Åkerfeldt nunca ha dado un solo paso atrás. Siempre ha arado caminos (viejos o nuevos) con profundidad. Han aceptado los retos con naturalidad y entereza. ¡Joder! Opeth dan sentido a gran parte del prog rock e infunden vida nueva a la discografía de Black Sabbath e Iron Maiden. Eso desde hace años sólo me pasa con ellos. Los escucho y, de repente, todos los pesos pesados del hard rock y el heavy metal suenan renovados. Su herencia sigue viva.

The Last will and Testament me recuerda por cierto mucho a los discos de finales de los 70 y principios de los 80 de Blue Öyster Cult. Que Mikael vuelva a utilizar la voz gutural no debe llevar a engaños. En realidad, hay algo incisivo, maligno y templado en el disco que recuerda más a Heritage que a Still life o Blackwater Park.

En cualquier caso, si tuviera que definir el álbum creo que tiraría de esta comparación. Es una mezcla entre Heritage, Pale Communion y Still life. Un disco cerebralmente salvaje. Más misterioso que incontrolable. Shalam

أفضل أن أعتقد أن الله لم يمت: فقط سكران

Prefiero pensar que Dios no está muerto: sólo borracho