No me resisto a citar hoy el fascinante relato de Fredric Brown, La respuesta.
Enmanuel Carrere lo resume así: «Los científicos del mundo entero participan en la elaboración de un ordenador gigante en el que archivan todos los datos del saber humano, con un programa capacitado para interconectarlos. Cuando llega el momento solemne de la puesta en marcha de la máquina, Dwar Ev, temblando, teclea la primera pregunta: «¿Dios existe?». La respuesta no se hace esperar: «Ahora, sí».» Ante tal contestación, Dwar intenta apagar la enorme computadora pero un rayo desciende del cielo, abatiéndolo y produciendo un cortocircuito que inutiliza el interruptor.
En fin. ¿Qué se puede decir? En prácticamente un folio se condensan todos los miedos del ser humano a las máquinas y se trazan las coordenadas para la realización del famoso pasaje protagonizado por Hal 9000 en 2001: una odisea del espacio. Si esto no es genialidad, que alguien me lo explique. Mis reverencias a Fredrick Brown. Shalam
الصبْر مِفْتاح الفرج
Es más fácil hacer un agujero en el agua que obtener una moneda de un avaro
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