Aquí va la lista de libros que me gustaría conseguir en México o España y leer en el plazo de un año o dos, teniendo en cuenta que probablemente, lleve a cabo otras muchas lecturas. Al igual que en el primer chute de heroína, añado a continuación diversas reflexiones, expectativas o pensamientos que tengo sobre ellos. De algunos, sé bastante pero de otros, apenas ciertos detalles. Por lo que me resulta sumamente divertido y aventurado escribir mis impresiones previas a su lectura.
1. David Markson. La soledad del lector: ¿Uno de esos libros por los que merece la pena dedicar toda una vida a la literatura? ¿La primera gran novela del futuro? ¿Ese ensayo con envoltura narrativa que, como Bish Bosch de Scott Walker me pedirá que me dedique sólo a él y me obsesione y viva sólo por él y para él y sus metáforas? ¿Una escritura en el desfiladero, que vive atravesando los acantilados y transmite sensaciones parecidas a un disco de Godspeed You! Black Emperor? ¿Llevo toda mi vida esperando encontrarme un texto así? ¿He nacido para leerlo? ¿El sentido de mi vida se reduce a desplazar las páginas de La soledad del lector una a una?
2. William Gaddis. Gótico carpintero: ¿Qué puedo decir? ¿Me hará dudar como en Ápage paga si es mejor escritor y más intenso que Bernhard? ¿Es una obra de aprendizaje y experimentación, de búsqueda de su propio estilo o es una obra madura y tersa, maestra como solo puedo imaginar algo que proceda de este norteamericano?¿Existe alguien más inteligente y moderno que Gaddis? Lo dudo.
3. Sergio Chejfec. La experiencia dramática: ¿Qué sucede cuando no sucede nada, y la única arma es el lenguaje? ¿No es mejor y más inteligente callar que hablar? ¿No es el teatro silencio y locura, pura pantomina? ¿Dónde puede ir sino al infinito, hacia ninguna parte, el arte de un judío argentino condenado al exilio y la migración como sus personajes? Entrando en una casa no por la puerta sino a través de la cerradura; de un hilo de pensamiento. Un paso más allá de César Aira.
4 Javier Moreno. 2020: ¿Es la novela que con más agudeza e inteligencia describe la crisis económica y de valores española? ¿Qué aforismos voy a encontrar en ella? ¿Es una radiografía no sólo del presente y el futuro próximo sino de nuestro pasado? ¿Se aprende de los años franquistas a través de ella? ¿Focault y Deleuze analizando conjuntamente la España neoliberal, la que comienza en los 90 y no cesa de revolcarse en dinero hasta el apocalipsis actual? ¿Es el año 2021 el del comienzo del diálogo entre los parados, activistas, partidos políticos que hayan sobrevivido a la destrucción y las hordas espirituales? ¿Comienza en el 2021 la recuperación? ¿Cómo finaliza el libro? ¿Quién tiene el poder? ¿Javier Moreno, el escritor, o los mass media? ¿De quién y a quién pertenece la palabra?
5. Miguel Ángel Hernández. Intento de escapada: ¡La caja! ¡La caja! ¡La caja! ¿Cuáles son los límites del arte contemporáneo? ¿Es el arte actual una estafa o una genialidad? El espectador humillado y el artista como castigador. ¿Está todo permitido en el arte?¿Para qué sirve el arte? ¿Será una especie de performance sobre el arte conceptual? Reflexiones lúcidas, misteriosas, dispersas sobre la relación entre el arte y la vida. Un ensayo novelado y una novela reflexiva. ¿Ha llegado el momento de poner una bomba en todos los museos? ¿No estarían mejor todos los artistas muertos? ¿Quién cojones se han creído que son todos ellos?
6. Santiago Auserón. El ritmo perdido: ¿Qué hay detrás de la escuela de calor? Al fin, podré leer un amplio ensayo de una de las mentes más lúcidas del país y que más inteligentes, dúctiles metáforas ha construido. Esas canciones que eran como poemas que forman parte de la frondosa lírica castellana de finales del siglo XX. Aquí, conmigo, ahora el alumno de Deleuze. El que mejor lo ha leído porque ha sabido (y podido) poner en práctica sus enseñanzas. En busca de las raíces de la música española. El son jarocho, la música andalusí, las cantigas, las jarchas y el pop. Brian Eno se da una vuelta por Zaragoza. Lou Reed en África. Y Santiago Auserón en busca de todos. ¿Será este ensayo una referencia en las escuelas de música en el futuro?
7. Mario Bellatin. Gallinas de madera: ¿Se masturbará escupiendo a sus lectores como en alguna de sus frustrantes últimas obras o volverá a maravillar? ¿Alcanzará los grados de intensidad de sus mejores textos hasta el momento, Disecado y Jacobo el mutante, insistirá en violar el lenguaje (y no a sus seguidores) y resurgirá como un león que se niega a admitir que haya algún escritor superior a él, ignorando al resto? ¿Lo dejaré en mi habitación durante meses alegrándome la vista o lo retiraré en cuanto lo vea? ¡A todo o nada! Como siempre sucede con este maniático del lenguaje, a medio camino entre un enfermo y un genio. Un nuevo encuentro con el Lautreamont de la homosexualidad. Para leerlo entre raya y raya de cocaína.
8.Rafel Chirbes. En la orilla: ¿Confirmación de que es el mayor genio de la literatura española vivo -con permiso de Javier Tomeo, Álvaro Pombo y Vila-Matas- y el escritor más sabio y más contemporáneo y más viejo y más lúcido y más humilde? ¿Cuánto de moderno y clásico habrá en estas páginas? ¿Cuánto de drama e ironía? ¿En qué segmento de la sociedad española ha puesto ahora el ojo? Bueno. ¿No es cierto que, en realidad, la retrata en su conjunto? ¿Decepción? Imposible.
9. Bruce Chatwin. Bajo el sol. Las cartas de Bruce Chatwin: una de las mayores frustraciones de mi vida como lector fue leer la monumental (por extensa) biografía de Nicholas Shakespeare sobre el inglés errante. Demasiados datos. Sí. Demasiados viajes. Pero el misterio seguía intacto. A mi juicio, Nicholas no pudo penetrar en la personalidad de Chatwin. No supo enfrentarse a sus secretos y parcelas escondidas. A esa enigmática vida y literatura que hace que cuando estemos en contacto con ella, nos sintamos ante una apisonadora, una locomotora que nos hace evocar mundos perdidos y clandestinos consiguiendo que deseemos viajar, perdernos en cualquier parte. Chatwin es un personaje de Conrad. El único. Un primo-hemano de Corto Maltés. ¿Podrán entonces estas cartas desvelar, sin terminar de agotar su misterio, esos secretos que los que lo seguimos deseamos conocer? ¿Después de leer el libro tendré ganas de volver a la Patagonia para seguir su rastro o de una vez agarrar un billete hacia Australia con Los trazos de canción en las manos? ¿Es Bruce Chatwin el más grande escritor y viajero del siglo XX?
10. Juan Francisco Ferré. Karnaval: ¿Es la novela incisiva y aguda, total, que hay que leer para comprender la Europa, el mundo actual? ¿Vuelta al barroco a través de filtros modernos? ¿Por qué no nos reímos un poco viendo cómo cagan, follan y mean los políticos, la nueva inquisición, el FMI, la gente de Bruselas? ¿Bajtin actualizado? ¿Rabelais modernizado?¿Eurotua y FMIgruel frente a frente, deformes y viciosos como son en realidad y sin espejos? ¿Valle Inclán del Siglo XXI?¿Retratando a los monos que tenemos como presidentes? Gusanos que follan, ríen y hasta comen tarta mientras los ciudadanos pasan hambre. En fin. ¿Algo más? Sí. Que, a pesar de todo lo dicho, creo que apenas me estoy adentrando en los preliminares de una obra que ha de imponerse a su lector y debe leerse sí o sí. Lo queramos o no. Un must.
11. Tryno Maldonado. Teoría de las catástrofes: ¿Vuelve a retorcerse desde las catacumbas el lenguaje mexicano? ¿Vuelve a llorar? ¿Es un reptil Tryno Maldonado que profundiza en sus personajes para hablarnos de otras cosas muy distintas, de un mundo que se rompe y quiebra, el actual, que nunca más volverá a ser como antes? ¿Hacia dónde camina esta historia? ¿Importa? ¿Qué es lo que busco? Alguien que trabaje con el lenguaje y sus obsesiones y me de palabras, pensamientos que transpiren, se queden pegados a mi piel. Encontrar nuevas estrategias de afrontar la realidad y vivir la literatura con pasión, a través de un intelecto malsano; como si el apocalipsis estuviera sucediendo ahora mismo, y no hubiera tiempo para más.
12. Diego Manrique. Jinetes en la tormenta: ¿Qué nueva lección nos va a dar el maestro? ¿De qué músico voy a aprender anécdotas que retratan indirectamente a su arte? Me imagino leyéndolo en las playas mexicanas, tras un partido de fútbol playa, mirando el mar, las mujeres, mientras saboreo un Martini y buceo entre sus páginas como si escuchara una canción interminable, infinita. Un lujo. Una exquisitez. El aperitivo y postre perfecto para descansar de tanta literatura. Un respeto al periodismo musical y su profeta en España, o al menos uno de sus grandes precursores. Otro genio a su manera.
13. Édouard Levé. Autorretrato: ¿Me hará olvidar a Marc Édouard Nabe? ¿Cuánto de Céline y Sartre habrá aquí? ¿Cuánto de performance y teatro y cuánto de verdad? ¿Alguien retrata mejor su vida y recuerdos y el vacío de Occidente que Levé? ¿Pegándole otra bofetada bien grande a Houellebecq? ¿La clave para comprender el por qué de Suicidio y de su suicidio? Espejos que se rompen, caen y desfragmentan y vuelven a recomponerse de una manera inédita, nunca vista hasta ahora. Se lee de un tirón. Casi, casi, que se bebe. Vértigo y locura. Epifanía y sexo. Intentando ir un paso más allá de Débord. El gran nihilista de la literatura francesa de principios del siglo XXI. Shalam
عِنْد الشدائِد يُعْرف الإخْوان
¿Dijiste media verdad?. Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad
0 comentarios