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Hambrientos

Ago 28, 2024 | 2 Comentarios

Dejo a continuación un nuevo avería sobre un álbum brutal. Tal vez el mejor de Metallica: Ride the lightning. El cual recomiendo leer, escuchando uno de sus himnos: «Escape».

 

Hambrientos

Hace unos días leí en la Popular 1 a un músico español confesar que cuando apareció Ride the lightning el impacto que recibió fue tan grande que estuvo escuchando el disco durante cuatro días seguidos sin salir a la calle. Algo que puedo comprender perfectamente porque el segundo disco de Metallica es una barbaridad. Es una catacumba. Una granada de mano. Un muro de explosivos. Un violento torbellino como hasta entonces apenas se había sentido en la música rock.

No quiero que se me malinterprete. Antes de Ride the lightning, estuvieron Sex Pistols, Judas Priest, Jimi Hendrix y muchos más. Ride es sólo un bastión más en la era del rock, pero ¡vaya bastión!. Nada, absolutamente nada sonaba como este disco en su época. Ningún grupo había grabado algo igual. Ni tan siquiera Motorhead. Básicamente porque Motorhead eran una banda de blues clásico que había acelerado los compases habituales del rock y había mezclado ambas influencias con el impulso social, nihilista y estilístico del punk. Motorhead eran dinamita. Un motor carburando a toda velocidad. Nadie ha sonado jamás como Motorhead. Un grupo que se encargó (metafóricamente) de echar el cierre a la era del rock pero lo de Metallica era diferente. Sobre todo, porque a las influencias antes citadas, unían un gusto por los desarrollos instrumentales más propios del Bebop que del rock. De hecho, yo al menos percibo la influencia de Charlie Parker y la de Coltrane en esta barbaridad. Este monumento al caos que sigue sonando vivo, rebelde, como un puto alud.

Creo que eso es lo que aportaron Metallica. Una banda que transformó el jazz en heavy metal y el heavy metal en Bebop y lo hizo a tanta velocidad y con tanta crudeza que no creo equivocarme al afirmar que Ride the lightning podía mirar de frente sin complejos a los discos de Stooges o Exploited. De hecho, hubo que inventarse un calificativo para definir lo que hacían: thrash metal. Algo que ya dice mucho de dónde habían llegado instintivamente, por pura pasión absoluta, total por la música y por desesperación. A un lugar al que nadie había llegado hasta entonces. No al menos con ese sonido ni con esa contundencia.

Cuando David Bowie se empeñó en homenajear a Sonic Youth y a Pixies con Tin Machine no lo logró del todo pero casi. Bowie se acercó a esos grupos. Le faltó la rabia y la instantaneidad pero sí que (aun quedándose lejos, muy lejos) captó muy bien la esencia de su sonido. Sin embargo, a Bowie jamás se le habría ocurrido copiar a los Metallica de Ride porque habría hecho el ridículo más absoluto y porque nadie había logrado un sonido tan parecido al de una cueva oscura, un relámpago furioso, como el logrado aquí. En definitiva, porque a mediados de los 80, la banda norteamericana era directamente una roca ingobernable, intratable.

En realidad, no puedo evitar sonreírme cuando reviso las anécdotas sobre la grabación del álbum en los Sweet Silence Studios de Dinamarca. Metallica tenían al lado a una banda de jazz clásico y sus integrantes se quejaban de tanto en tanto al productor Flemming Rasmussen por su bestial sonido. Le comentaban riéndose que esos tipos no tenían ni idea de tocar. La verdad es que si me sonrío no es porque crea que entre esos músicos de jazz y Metallica había millones de millas de distancia o por cómo el paso el tiempo ha dictado sentencia sino porque, en gran medida, lo que esos músicos de jazz hacían era emular, repetir y homenajear el pasado noche tras noche y lo que hicieron Metallica fue transformar el pasado en otra cosa. Tal vez en un monstruo, probablemente en futuro, pero en otra cosa, tal y como hicieron los músicos de Bebop cuando mandaron a tomar al pairo las rígidas reglas de los conjuntos orquestales. Convirtiendo sus conciertos en cuadras sexuales y oníricas donde la música era casi un exorcismo.

Algo parecido ocurre en Ride the lightning. Un disco parecido a un arrebato. Una locura cósmica llena de desarrollos instrumentales imposibles e inenarrables que dejan sin aliento porque parecen nacer del pozo más profundo de la creatividad y de la desesperación. De hecho, aquí las guitarras parecen garras, emanaciones del horror, de la tristeza y de la depresión que se vengaran del mundo. Y la voz de James se encuentra entre la de un brujo y la de un condenado a muerte. A veces parece que levita y otras que se está introduciendo en el más allá. Una barbaridad descomunal, obsesiva.

  

Ride tiene tanta fuerza que cuesta definirlo. En realidad, no sé aún bien qué es esta pasada. Un ente vivo. Ride posee vida. Todo eso que a Metallica les ha costado Dios y ayuda lograr en las últimas décadas debido tanto a las presiones económicas, su status y su lógico endiosamento, se encuentra aquí. Posiblemente porque por aquellos tiempos Metallica era huérfanos y estaban hambrientos. Hambrientos de música, de experiencias, de vida. Ride, de hecho, suena a álbum que se hizo para sobrevivir. Sin el cual la vida de ninguno de sus componentes habría tenido sentido. Ride superaba a Kill’ Em All (el primer disco) porque aquí no se trataba tan sólo de dar un paso en firme, no era urgente únicamente escapar de situaciones vitales difíciles sino que la clave era tanto crecer musicalmente como sobrevivir. Tirarse a una piscina y nadar y, si es posible, en medio de la marea, entonar alguna melodía.

Master, su siguiente hito, era más profesional pero Ride mucho más instintivo. Master es una obra maestra y Ride, por contra, es pura víscera. Una experiencia.

La lista de los temas clásicos de Ride, de los momentos cumbre, es tan grande («Creeping death», «Fade to black», «For whom the bells tolls») que no sé si merece la pena mencionarlos. Lo que sí tengo claro es que Ride es uno de esos discos que deben escucharse de principio a fin. Sólo así cobra sentido total esta experiencia, este torbellino en el que a mí me parece (en contra de la opinión de Hetfield) que encaja perfecamente «Escape». Un tema que, tal vez escuchado por separado, sí pueda resultar evidente que fue compuesto expresamente para ser un single de éxito. Pero que a mí me parece que entra perfectamente en el álbum. Le impone épica y también algo de fuelle a Ride. Un álbum, al fin y al cabo, tan lleno de profundos e intensos desarrollos instrumentales que no creo que podamos considerar que esa salvajada instantánea y punk llamada «Escape» esté de más. Al contrario, suena como una turbina. Acero grasiento que enlaza perfectamente con los demás temas de ese asalto industrial.

En fin, Ride the lightning es un clásico. Pero un clásico salvaje. Quiere decir esto que es tan fiero que no podemos recomendárselo a la mayoría de personas. Eso habla bien a las claras de la rebeldía con la que fue construido, del puñetero viaje a los infiernos que es.

Cualquiera que lo haya escuchado sabe de la dificultad para seguir los continuos cambios que hay en los temas, del tremendo esfuerzo que hay detrás y, sobre todo, de lo visionario que es. Pero, a su vez, supongo que también será consciente de que es un disco tan brutal, tan hiriente, que nunca será comprendido por la mayoría de seguidores del rock (y no digamos del pop). Esa en el fondo es también su grandeza. Ride es una montaña peligrosa. Es difícil salir indemne una vez allí. Lo más lógico es o bien acabar desorientado o bien terminar enloquecido, corriendo sin motivo aparente con una flecha o un puñal dispuesto a cazar animales. Shalam

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El deporte es una estilización de la guerra

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1imagen…la silla eléctrica es el monte de venus de la silueta femenina de la portada…
    2imagen… estos estarán dispuestos a investigar sobre la reproducción del cangrejo de rio…jajajj .,..3imagen …los dos están encargados de poner música a la «blitzkrieg» …. 4imagen… homenaje a los relámpagos sin llegar al dadaísmo inglés… 5imagen… parece que a los del rock-&roll se les olvidan demasiadas notas ….. 6imagen…respeto a la guerra (cuernos) 7imagen…se frieron un huevo en el carenado del altavoz (tanque) ….. PD….https://youtu.be/R3G1dAFJk80?si=4VVaSg_GNVmar31t… los negros también saben construir con orquesta y sin bombas…i heard It through the grapevine..

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    • Alejandro Hermosilla

      1) Nunca me gustó esta portada aunque sí el logo de Metallica. No sé si me ha gustado alguna vez una portada de un disco de Metallica. Tal vez «And justice». Eran tan furiosos que parece que no cuidaban demasiado el arte gráfico. 2) El rock progresivo de los 70 se convierte de repente en thrash metal. 3) Son los prototitos en los que se inspirarán los creadores de Beavis and Butthead. 4) 4 muertos vivientes en una boda. 5) Después del concierto, a chutarme heroína.ja. 6) Vámonos al Vahlhalla. Combatiremos por Odin. 7) Parece que Cliff Burton soñara con haber nacido en la era hippy. Hetfield sin embargo no cree en nada. Es presente o futuro. PD: una maravilla de canción. El país de las maravillas de la música soul. La versión extendida, una bomba.

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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