AVERÍA DE POLLOS: Inicio E Música E Fragilidad

Fragilidad

Sep 2, 2024 | 2 Comentarios

Dejo a continuación un nuevo avería dedicado a un álbum de Nine Inch Nails tan bestial como sutil, tan sugerente como salvaje: The fragile. El cual recomiendo leer escuchando uno de sus temas: «Just like you imagined».

 

Fragilidad

Tras haber grabado una barbaridad como The downward Spiral, resulta normal que Trent Reznor se tomara cinco años para publicar el siguiente álbum de NIN: The Fragile.

Pocas bandas había como la suya en los 90. David Bowie estaba a sus pies, en Woodstock habían ofrecido un concierto histórico que, décadas después, todavía pone los pelos de punta. Una bestialidad. Si el genio de la lámpara se me apareciera ahora mismo y me concediera un deseo musical, le pediría trasladarme al sábado 13 de agosto del 94 para poder recibir el impacto de aquel recital que NiN realizaron embadurnados en barro y comenzó de manera desbordante. Con una inquietante y absorbente atmósfera que desembocó en una impactante interpretación de «Terrible lie» que olía a PIl, a Thorbbing Gristle y Einstürzende Neubaten. Que olía a locura y a guerra. Sonaba incluso mal pero sonaba a verdad, a demolición auténtica.

Por otra parte, The downward no era únicamente un disco que, a su manera, podía entroncarse con el Zaratrusta de Nietzsche o las marcianadas de Bowie y Eno, no había sido tan sólo un canal espiritual para que Reznor sobreviviera sino que había sido un álbum de un tremendo éxito. Había sonado en todas las radios y ayudado a definir el sonido de la década de los 90. Imposible no pensar en esa época y hacerlo en el trip hop, el grunge y en NIN. Una banda a la que bastaba uno solo de sus temas para marcar a fuego una película: Asesinos natos.

De repente, Reznor había pasado de ser un superviviente, un hombre torturado que se encerraba en cabañas a grabar música mientras pensaba en el suicidio, un tipo que escupía odio y bilis por sus entrañas con desesperación, a convertirse en un hombre de éxito. El músico de moda. Una circunstancia que alguien como Reznor no iba, desde luego, a asumir con naturalidad o frivolidad. De hecho, la sobreexposición le afectó tanto que, de las crisis sufridas por la misma, brotaron unos cuantos de los fragmentos e ideas de The fragile. Un título inequívoco que hacía referencia a la sensibilidad, a la fragilidad espiritual de un músico que no cesaba de explorar, ahondar en caminos apenas entrevistos hasta entonces, como dejaban claro sus colaboraciones con David Lynch y Marilyn Manson.

The fragile es una barbaridad esquizoide. Un disco tan caótico y, al mismo tiempo, tan sutil, tan lleno de matices y de desbordante locura, que cuesta definirlo. The downward era el aullido de un lobo oscuro. Un exorcismo. El grito de un hombre solo clamando a los cielos por la muerte de Dios, la destrucción de Occidente, el fin del mundo, el odio familiar y la perversión religiosa. The downward tenía maneras de disco profético, bíblico. Era la obra de un vidente enfermo. Sin embargo, The fragile era una obra mucho más contenida. También era un aullido pero no tan extremo. Así que costaba un poco acceder a sus entrañas.

En realidad, The fragile tiene algo de disco de rock progresivo, de cofre inagotable. Es una obra que, tirando de tópicos, crece en cada escucha y va saltando de un lugar a otro a veces con armonía y otras disruptivamente. The fragile no es un álbum monolítico. Es disperso pero genial. Llega a serenos linderos por los que hasta entonces no habían transitado NIN, explora con maestría los ya conocidos y se atreve a mezclar sensibilidad y fiereza, ritmos instantáneos y letánicos, conjugando de manera original el ya mentado rock progresivo con el post punk y el rock industrial. Aunque también hay mucho grunge, muchas guitarras sucias en este disco que, por momentos, mira de reojo a las salvajadas de Soundgarden sin dejar de poner su vista en Low, Lodger y todos aquellos maravillosos e inquietantes dicos que Bowie grabó a finales de los 70 (o antes).

De hecho, en The fragile aparecen tanto Adrian Belew como Mike Garson (el pianista de Aladdin Sane) en medio de una inmensa lista de colaboradores entre los que no me resisto a citar a Bob Ezrin y Clint Mansell. Dos músicos muy diferentes entre sí que, no obstante, permiten comprender mejor la faz guarra y glam (sí, lo digo en serio) de The fragile y la atmosférica y minimalista.

El gran problema de The fragile es que es desmesurado, no es contenido, llega un momento en el que pareciera que tantas ideas se le escapan un poco a Reznor. Aunque, repito, esa es también su gran baza. Porque The fragile es imprevisible, es oscilante, hace falta escucharlo años para aprender sus compases. Comprender su secuenciación o la estructura de varios de sus temas cuyas melodías y riffs se engarzan posteriormente con otras composiciones provocando un efecto hipnótico. Ritornelos que van y vienen sin que nos demos cuenta pero terminan por provocar un efecto letárgico en el oyente.

The Fragile es el encuentro en un solitario océano entre King Crinsom, Debussy, Bauhaus y Slint. Lo dicho, un delirio. Mientras lo grababa, Reznor seguía drogándose para superar sus miedos y traumas familiares. Era consciente de que podía convertirse en el nuevo Kurt Cobain. Tenía todos los puntos para ello. Pero a su favor tenía la amistad de Bowie y una vitalidad nihilista que tal vez no terminó de desarrollar el líder de Nirvana.

Reznor expulsaba sus demonios en cada canción. The downward era un exorcismo sin anestesia. The fragile, un exorcismo pautado, lento, controlado, pero exorcismo al fin y al cabo. Trent hablaba de sus demonios. Los confrontaba. Sus discos eran airadas confesiones y, por contra, Cobain parecía estar siempre guardándose algo incluso cuando era sincero o se desnudaba. Había una parte de su alma que Cobain no conseguía reflejar, transmitir, ofrecer y, por contra, aun sufriendo, a trancas y barrancas, a base de drogas y alcohol, de locura, sí que Reznor teminaba por lograr plasmar, confesar.

The fragile es lo más parecido a una sinfonía industrial que he escuchado jamás. A una obra clásica. Si Beethoven se hubiera reencarnado en un músico de rock, hubiera hecho algo muy parecido a lo de Reznor. Una intimista y a la vez desbordante sinfonía al ruido. Una epopeya épica que, gracias a su vertiente introspectiva y salvaje, no caía en excesos superfluos. The fragile, de hecho, es más una aventura y una exploración, un viaje a una ciudad en llamas, para el oyente que uno de esos megalómanos recorridos al vacío tan propios de los discos dobles.

The fragile se encuentra dividido en dos partes, izquierda y derecha, que vienen a ser como Ying y Yang, opuestos complementarios. Dos carcajadas que se cruzan y encuentran en el mismo espejo provocando a veces una turbia sensación de locura y extravío y otras una calma sepulcral y triste, como ocurre en «La mer». Una composición que huele a despedida y que Reznor rescató del pasado, de un día en concreto que pensó que sería el último de su vida.

The fragile es luz y oscuridad. Es una obra llena de miedo pero también de osadía. A la larga, supuso el proceso de culminación de las búsquedas espirituales y de las crisis vitales de Reznor. Después de The fragile, algo nuevo nació en él y mucho de su dolor quedó enterrado para siempre, se desvaneció.  Algo que da prueba de la autenticidad que hay en esta obra. Una de esas obras peligrosas e inquietantes más parecida a una cacería metafísica que, por supuesto, a un seco trabajo profesional.

The fragile, de hecho, es casi un psiconálisis realizado a ritmo de sintetizadores y batalladoras guitarras. Un susurro, un rezo por apartar los demonios de un alma que terminó el siglo pudiendo decir con orgullo que estaba vivo y era posiblemente el mejor músico de su generación. Un artista total que convertía cada una de sus obras en un rito de iniciación. Una quija en medio de desasosegantes parajes mentales. Shalam

القسوة ليس لها حدود، إلا بحكم الخيال البشري

La crueldad no tiene límites, excepto en virtud de la fantasía humana

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1imagen…fuego(mark rothko) humano..por detrás la naturaleza….único the fragile y único rothko…….. 2imagen…
    lleno de ia…….. 3imagen… cuaderno de barro(Miquel Barceló)…sopa de barro… 4imagen ..ia…..sopa de algas.. 5imagen…coral (corazón)…. 6imagen… mantis religiosa (palo)……..PD….https://youtu.be/lVPLIuBy9CY?si=Zf3TVWH2GO5d8xgT….(un poco largo ….sólido industrial africano, jajajj….

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    • Alejandro Hermosilla

      1) ¿Quién pudiera captar literariamente el color de esa fotografía de flores parecidas a espinas? Rojo de menstruación y blanco de miedo, de pavor. 2) Imágenes parecidas a espíritus por detrás de Reznor. 3) Los guerreros de Mad Max. Diversión en medio de la destrucción. Cine post apocalíptico. 4) Mariposa muerte en densa naturaleza. Flor maya vista desde Seattle. 5) De esta foto te hace una película David Lynch. Una serie entera. 6) Un sutil homenaje al mundo de Edgar Allan Poe. PD: Buenísimo. Mi favorito el minuto 3.

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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