AVERÍA DE POLLOS: Inicio E Música E Flecos

Flecos

Mar 8, 2024 | 3 Comentarios

Dejo a continuación varias reflexiones que son, en cierto sentido, flecos que se han quedado sueltos a raíz de mis últimos averías. Las cuales recomiendo leer escuchando el brutal «Pico de oro» de Barón Rojo.

Flecos

Antes twitter (actualmente X) tenía como símbolo un pajarito. Creo que ese pajarito era muy explícito de cómo se consideraba a los usuarios allí. Aves domésticas encerradas en una jaula virtual que o bien se entusiasmaban o bien se enojaban con distintos sucesos. El nivel de odio no era tan importante como el que interactuaran en un medio controlado. Públicamente.

En realidad, siendo perversos, no es descabellado considerar twitter un experimento. Tal vez con el paso de las décadas sea considerado de este modo. Si uno piensa sobre twitter desde cierta distancia no le resultará difícil imaginar a un amaestrador de aves observando cómo éstas se pelean, cantan o se relacionan entre sí con un cuaderno en sus manos en el que va anotando conclusiones muy valiosas para su adiestramiento futuro.

Resulta muy interesante observar esa red social sin la contaminación sentimentalista. El recurso kitsch utilizado tradicionalmente por el fascismo para seducir y confundir.

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Sobre el cambio de denominación de twitter y de su símbolo (a raíz de la llegada de su nuevo propietario) no ha pasado el suficiente tiempo como para que me atreva a formular una hipótesis. Pero puedo imaginar decenas de símbolos mucho más inocentes y descifrables que X.

Error. A esos niveles, no existe ningún símbolo inocente o espontáneo. El del pajarito, desde luego, no lo era. Lo tendremos mucho más claro en unos cuantos años.

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Dije hace unos días que el pop español de los 80 dejó de tener sentido tras el crimen de Alcácer.  Que aquel trágico suceso acabó en cierto sentido con su belleza. Con su lírica. La voluntad de narrar. Pero me faltó decir que previamente a que la propuesta de Mecano, Radio Futura o El Último de la Fila comenzara a decaer o concluyera, se había realizado otra poda musical.

España llegó al 1992 entre olés, loas y sevillanas, Macarenas, (aunque la canción de los Del Río se publicó meses después), tractores amarillos y pelotazos múltiples. Prácticamente sin oposición de ningún tipo. Pero esto no es cierto del todo. Porque sí que habían existido unos cuantos artistas que, al margen del consabido ejemplo del gran Javier Krahe, se habían opuesto al rumbo de la nave neoliberal comandada por el partido socialista: las bandas de punk (de las que hoy no hablaré) y las de heavy rock.

Basta escuchar, por ejemplo, cualquiera de los últimos discos de Barón Rojo para encontrar letras en las que se atacaba con virulencia y precisión de cirujano al sistema en general. ¿Existe una canción donde se exponga con mayor frontalidad la hipocresía del político tipo que «Pico de oro»? ¿Otra donde se describa con mayor claridad el latrocinio de Hacienda que «Señor inspector»? ¿Otra en la que se ataque el consumismo con más lucidez que «El precio del futuro»? Lo dudo mucho. Es por ese motivo que pienso que (más allá de sus consabidas rencillas internas) Barón Rojo tenía que morir. De hecho, en 1992 era una banda completamente desactivada como la mayoría de las de su generación. Su savia vital, su tremenda energía parecían haber sido absorbidas por algún maligno vampiro.

Queda claro que el poder no podía tolerar que nadie estropeara aquella fiesta. Y no dudó en utilizar los medios a su alcance para frenar el crecimiento social del heavy. Así que, de repente, de un día para otro, los seguidores de Iron Maiden, Scorpions o Ángeles del Infierno no eran obreros rebeldes opuestos al franquismo con una loable actitud contestataria sino que eran o bien violentos delincuentes, drogatas y amenazadores muchachos que escondían navajas bajo la hebilla de sus pantalones de cuero o bien simpáticos monigotes con los pelos largos. Simios con los cabellos llenos de laca demasiado primitivos para ser tolerados en la sofisticada sociedad neoliberal que se estaba construyendo. Todo ese mundo fashion y cool (tan cercano al descrito por Fellini en La dolce vita) en el que la belleza de los ídolos juveniles y las ensoñadoras melodías desactivaban toda crítica social. Y en el que la limpidez de la cocaína ponía de manifiesto el embrutecimiento de aquella tribu zarrapastrosa de duros rockeros acostumbrada a beber de morro litronas calientes y a compartir porros.

En fin. Sin comentarios.

Lo que vino después del 92 (Extremoduro) ya era otra cosa. Un sálvase quien pueda anárquico y crudo que merece un avería en sí mismo. Ya habrá tiempo de ello. Shalam

الإنسان يفضل بيته على الحقيقة

El hombre prefiere la casa propia a la verdad

3 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1imagen…la misma idea que en abbey road(1969)…..
    2imagen…atencion a lo que cuentan estos pajaricos…(el huevo del pterodactilo)..(uno contra todos)……bergman(el huevo de la serpiente)1977….
    3imagen….yellow submarine-1968—–mix de arco iris, pinocho y elefante….
    4imagen….nosotros tambien lo hacemos solo en la moto….jajaj..
    5imagen………https://www.youtube.com/watch?v=P49vsgHht18…. 1967….a day in the life…..

    PD2….https://wnosotros tambienww.youtube.com/watch?v=wUDRIC5RSX4….The Beatles – When I’m Sixty Four..1967….

    Responder
    • Alejandro Hermosilla

      1) El señor De Castro le saca el dedo a los que lo ven porque sabe que están pensando que es el calvo entre los melenudos. 2) Asepsia amoral. 3) Es la consecuencia lógica del país de Espinete. 4) ¿Estallará el obús de una vez? ¿Tirará la bomba Putin? 5) Aquí está todo. No lo es. No lo es. Noooo. https://www.youtube.com/watch?v=PxGGVCSzAqE PD: Uno de los mejores vídeos de la historia.

      Responder

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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