Dejo a continuación una entrevista que realicé a José Ignacio Lapido (alma mater de 091) hace más de diez años en un pequeño bar de Cartagena para la revista El coloquio de los Perros. Por supuesto, fue un placer dialogar con un músico que forma parte del libro de oro del rock patrio y que, además de legarnos canciones memorables como «Qué fue del siglo XX» o «La vida que mala es» que forman parte del imaginario colectivo del pop español de las últimas décadas, había emprendido por entonces una carrera en solitario que –más allá de sus titubeantes comienzos- poco a poco se iba consolidando más y ganando en enteros, como demostraba el último disco sacado por esas fechas: En otro tiempo, en otro lugar.
Ahí va:
José Ignacio Lapido: el corredor de fondo
Coloquio: ¿Cómo fue que te introdujiste en el mundo de la música? ¿cuáles fueron los momentos mágicos de tu vida que te llevaron a introducirte en este mundo?
Lapido: Hace tanto tiempo… A mí comenzó a interesarme el rock como género pero nunca se me pasó por la cabeza que pudiera llegar a subir a un escenario y tocar la guitarra. En primer lugar, porque no sabía tocar nada, no tenía conocimientos musicales y mi pasión únicamente era la del consumidor de música. Cuando yo tenía 12 o 13 años, sobre el año 1973, 74, comencé a comprar discos de los Beatles, the kinks o Led Zepelin. Luego fui evolucionando lógicamente y modificando un poco mis gustos pero, como te digo, en aquel tiempo yo era únicamente un fan. Luego, poco a poco, me fui juntando con amigos que tenían mis mismos gustos e inquietudes y nos planteamos hacer un grupo aun sin tener idea prácticamente de tocar. Era todo muy amateur. Uno llegaba y decía, anda, mira, pues yo toco algo la guitarra y otro, por ejemplo, pues yo tengo un bajo y nos acercábamos a los instrumentos para tener acceso a ellos, a los medios con los que nuestros músicos favoritos nos hacían felices pero no porque supiéramos tocarlos.
Así, en el año 78 ya empecé más o menos a ensayar en locales y a darle forma a mis apetencias como grupo pero, en ningún momento, pensé que esta fuera a ser mi profesión. Lo hacíamos todo por pasión, por echar un rato, porque nos gustaba. Y bueno, así fue como más o menos comencé.
Coloquio: ¿Y el grupo que te marcó por aquel entonces?
Lapido: Sin duda alguna, los Beatles. Siempre fueron mi grupo de referencia, todo lo que hicieron me gustaba muchísimo y quizás fueron ellos los que me introdujeron luego a otros terrenos.
Coloquio: En ocasiones he leído que hablabas con desgana de tus dos primeros discos. Sin embargo, yo los he vuelto a escuchar y me parece que son muy, muy interesantes. En línea after-punk, con algo de Echo and the bunnymen y con letras plagadas de guiños cómplices que yo creo que andan en la línea de lo que hacían Los bichos y de lo que luego desarrollarían, valga la redundancia, Surfin bichos, ¿estás de acuerdo?
Lapido: El primer disco de 091, Cementerio de automóviles, es un disco muy de la época y sí, sin duda, está influenciado por todo el sonido punk o after-punk que se escuchaba por aquel entonces y que era algo nuevo para nosotros. Cuando formamos el grupo, nosotros estábamos muy influenciados por toda la movida punk, Sex Pistols, The clash, Ramones, The Jam y el rock de los 60. Lo que ocurre es que comenzaron a llegar a nuestras manos por aquel entonces discos de Echo and the bunnymen, psichedelic furs y esto nos impactó mucho lo que se nota sin duda en el disco. Yo, la verdad, el defecto que encuentro en ese disco es que está demasiado pegado a la época.
Coloquio: sin embargo, fíjate que yo encuentro esos dos primeros discos muy modernos.
Lapido: Bueno, esto puede ser porque ha habido un revival en los últimos tiempos de este sonido. En este sentido, sí que puede ser así. Como te he dicho antes, los discos de Psichedelic furs nos impactaron mucho y como les suele ocurrir a los grupos primerizos, mimetizamos mucho estas influencias, y, más tarde, lógicamente, ya fuimos tomando poco a poco nuestro propio camino y personalidad.
Coloquio: Y el video mítico de «Cementerio de automóviles» ¿cómo se os ocurrió?
Lapido: Bueno. La idea fue del realizador y fuimos a un desguace de coches y ahí filmamos. Lo pasamos bastante bien.
Coloquio: Siguiendo con vuestros inicios, hay una canción, «El hombre invisible», que me parece adorable y cuyo video llegó a salir en la bola de cristal. ¿Pasasteis por el programa de Lolo Rico en aquel tiempo?
Lapido: Sí. Nos hicieron el video de esta canción en unos bajos comerciales que había en la Gran Vía en Madrid. La verdad es que La Bola de Cristal me gustaba mucho, era un programa diferente y en el que, afortunadamente, salían todo tipo de grupos de pop y rock en un horario decente para la televisión. En el programa aparecíamos grupos que acabábamos de grabar un disco, una maqueta o que apenas teníamos un single lo que es muy distinto de lo que sucede ahora porque en la televisión no aparecen prácticamente grupos de rock a no ser que sean muy famosos. Antes, todos los grupos aparecíamos mucho más en la televisión. Fíjate que con nuestros dos primeros singles aparecimos muchas veces en pantalla. Era una situación muy distinta de la de ahora. Se puede aparecer en Los conciertos de Radio 3, por ejemplo, pero en un horario infame, las 2 de la mañana.
Coloquio: Quería saber si, en algún momento, 091 tuvisteis alguna relación con la escena musical argentina. Hay temas vuestros que tampoco están tan alejados de lo que realiza Gustavo Cerati y de algunos temas de Soda Stereo.
Lapido: Verdaderamente, el rock argentino es uno de mis temas pendientes. Conozco a Soda Stereo y la obra de Cerati en Solitario así como la de Charly García muy por encima. Lo cierto es que esto puede ser porque nunca llegamos a girar por Argentina. Estuvimos en Venezuela pero nunca en Argentina.
Coloquio: Sobre 091 también te diría que algo que siempre estimé mucho es que, a pesar de ser un grupo minoritario pero con un reconocimiento amplio por parte de la crítica, nunca parecíais asaltados por problemas de ego. Todos parecías muy honestos y sencillos. ¿esta impresión es correcta? Y de ser así, ¿cómo evitasteis este clásico problema?
Lapido: Lo que sucede es que antes de tocar juntos éramos amigos ya. Creo que para que los grupos tengan una estabilidad es muy importante un mínimo conocimiento previo, una situación de amistad. 091 no éramos cuatro personas que nos habíamos juntado sólo por motivos musicales sino que nos conocíamos de antes de comenzar a tocar. Además, coincidíamos mucho en los gustos musicales por lo que, en ese sentido, había muy poca fricción entre nosotros. Lo nuestro fue muy natural y espontáneo. Fuimos repartiendo las funciones de cada uno de nosotros sin problema alguno. Yo me dedicaba, por ejemplo, a la composición y cada uno del grupo se dedicaba a los suyo con entusiasmo y sin ningún tipo de complicación. Éramos una auténtica piña.
Coloquio: ¿Podemos pensar de ti como reza «Un hombre de suerte» que aunque hayas parecido un perdedor eres, en realidad, un hombre con suerte? ¿No crees que esta canción era verdaderamente profética sobre vuestra trayectoria en toda la letra?
Lapido: Sí, claro, de hecho esa canción en concreto era autoirónica y en esos versos eran un guiño cómplice. Yo siempre he dicho que aunque haya parecido y esta sea la realidad que no hemos tenido el respaldo mayoritario de la gente, el hecho de poder dedicarte tantos años como yo llevo a un asunto como la música que es mi vocación y lo que más me gusta, es para mí una recompensa. Hay mucha gente que se ha quedado en el camino y se ha tenido que dedicar a otra cosa y aunque yo tenga que seguir mi camino en este mundo, por así decir, en niveles underground para mí es muy satisfactorio poder hacerlo. Cada uno se conforma con lo que quiere. Obviamente, hubiera sido, tal vez, mejor si hubiera conseguido el éxito mayoritario pero ¿quién sabe si el éxito nos hubiera llevado por otros derroteros? Yo me siento bastante sastisfecho de lo que he hecho, sobre todo, artísticamente.
Coloquio: ¿Piensas que la explosión del dance-rock os perjudicó al no integrar el elemento orgánico o los samplers en vuestra metodología compositiva?
Lapido: No sé si nos perjudicó. La verdad es que no me lo he planteado nunca. En la música rock siempre ha habido muchas modas. Desde que yo empecé, he visto pasar infinidad de modas por el mundo del rock. Unas han durado un año, otras dos y otras tres pero la mayoría han acabado cayéndose. Yo creo que un asunto que hay que tener muy claro para mantenerte mucho tiempo en el terreno de la música es saber tanto lo que quieres hacer como lo que puedes hacer. He visto muchos grupos que comenzaron al tiempo que nosotros que han ido dando bandazos estilísticos según el sonido o la tendencia de moda y, al final, se pierde la credibilidad. Yo perdería bastante autoestima si hubiera hecho esto porque, realmente, pegarme al sonido del momento sin gustarme realmente, no sería muy sincero ni digno por mi parte. Yo soy músico pero eso no significa que esté escuchando toda la música nueva que sale. Lo que intento es extraer lo bueno de cada cosa que voy escuchando. Yo, antes que nada, me considero músico de rock y ni los samplers ni la tecnología me interesaban demasiado y mucho menos incluirla en mis discos.
Coloquio: De todas las personalidades de la música pop española, ¿cuál es la que más te impresionó positivamente? ¿De verdad que tu grupo favorito de los 80 son Loco mía como dijiste en alguna entrevista creo que irónicamente?
Lapido: Bueno, es obvio que lo de Loco Mía era una broma. Y en cuanto a personas de la música pop con los que haya tenido una grata relación pues te diría que, por ejemplo, Manolo García que siempre demostró admiración a nuestro grupo desde los tiempos de El último de la fila y que cuando tocamos en Barcelona en nuestra gira de despedida interpretó algunas canciones con nosotros. Loquillo también ha sido una buena amistad en este mundo de la música y gente, por ejemplo, de La frontera.
Coloquio: ¿Y Radio Futura?
Lapido: Cuando grabamos el disco con Joe Strummer en el 85 tuvimos mucha relación con Radio Futura. Se pasaban mucho por el estudio a tocar con nosotros y a ver qué estábamos haciendo. La verdad es que Santiago Auserón era un gran compositor y una magnífica persona. Conocimos mucha gente por aquella época y la verdad es que todos eran estupendos.
Coloquio: En tus canciones siempre se habla sobre la necesidad de amar, deseos traicionados y perdedores pero, sin embargo, creo que estás casado y tienes dos hijos. Yo no creo que esto sea para nada contradictorio pero explícame un poco este desdoblamiento músico-persona.
Lapido: Mis letras no tienes por qué ser autobiográficas al cien por cien. Yo escribo sobre sentimientos que pueden ser compartidos por mucha gente y a la hora de escribir siempre me siento más atraído por sentimientos que no reflejan precisamente la alegría de vivir. No es que no sienta la alegría de vivir sino que no creo en la felicidad absoluta. La felicidad aparece en momentos determinados y dependiendo del concepto existencial de la vida que uno tenga, se puede aplicar, unas veces, a la realidad y otras no. En mis letras se refleja mi forma de ver la vida y en esto no tiene nada que ver que yo esté casado y tenga dos hijos. Es mi visión de la existencia más allá de mi estado civil.
Coloquio: ¿De quién fue la idea del video de «Nadie besa el perdedor» que me gusta bastante?
Lapido: La idea fue compartida entre el realizador y yo. Estuvimos hablando durante un tiempo para intentar hacer un video que no fuera subrayando básicamente las imágenes literarias sino que fuera un poco construyendo su propio lenguaje por encima de lo narrado pero sin separarse tampoco del todo del discurso de la canción.
Coloquio: ¿Estás cumpliendo los objetivos que te cumpliste al empezar tu carrera en solitario? ¿te costó la decisión de cantar tu mismo tus propias canciones?
Lapido: Sí. Si me costó bastante porque yo venía de estar muchos años con un grupo tocando la guitarra y pensar que ahora iba a ser yo el que cantara, me daba, por lo menos, un poco de respeto. En este sentido, iba a ser yo el principal foco de atención en el escenario y esto me supuso un esfuerzo en el plano psicológico pero como tenía muy claro que quería interpretar mis propias canciones –aunque no sabía si con una banda o con mi nombre- al final me decidí a hacer aquello que creía que era lo más honesto. Era una estupidez que siendo yo el que iba a cantar los temas, los iba a componer y los iba a producir, no tomase también el timón respecto al nombre. Y por ello decidí sacarlo con mi nombre. Efectivamente, al principio me costó bastante trabajo pero luego ya todo va tomando su propio rumbo y te acostumbras al nuevo camino emprendido. Y en cuanto a los objetivos, pues no sé si los he cumplido porque yo no me planteo objetivos sino que voy al día. Compongo canciones, las grabo y si puedo, saco un disco. Y, en este sentido, estoy contento porque estoy muy satisfecho de los discos que he realizado.
0 comentarios