De tanto en tanto, he ido preguntándome por el significado de la famosa escena de los dinosaurios en El árbol de la vida. Aquella en la que uno inmenso perdona la vida a otro herido y desvalido. En realidad, la respuesta más socorrida es la que se puede extraer de un borrador del guión manejado por el propio Malick en el que se identifica este gesto antidarwinista como el nacimiento de la conciencia. El primer brote de amor.

Obviamente, y más aún teniendo en cuenta que la respuesta procede de los propios apuntes manejados por el director del filme, esta sería la más certera y adecuada. Sin embargo, a mí al menos siempre se me ha quedado un poco coja. Más que nada porque El árbol de la vida no es sólo un manifiesto panteísta sobre el amor. También es un desolador filme sobre el dolor y la tristeza, la pérdida, el desamparo y la orfandad.

En este sentido, la explicación que más me convence es la siguiente. Como acabo de sugerir, uno de los grandes temas centrales de El árbol de la vida es la muerte, la pérdida. En este caso, ni más ni menos que la de un joven muchacho recién salido de la adolescencia. Siempre que ocurren estas pérdidas, la conmoción inunda a los familiares y destroza en gran medida para siempre la vida de los padres. Ante tal sinsentido, el dolor es absoluto. Tanto que no hay palabras que lo calmen. Muchos claman al cielo intentando encontrar respuestas y, o bien insultan airados a Dios o bien se arrojan al suelo desconsolados. En cualquier caso, lo difícil es encontrar un porqué a este fallecimiento.

En fin, a mi entender, la aparición de los dinosaurios en este contexto si bien no da respuesta a la interrogante, sí la coloca en el lugar adecuado. Más que nada porque la aparición de los dinosaurios va inmediatamente unida a la del meteorito que supuestamente pudo hacerlos desaparecer para siempre de la Tierra. En este sentido, lo que nos estaría diciendo Malick sería algo parecido a lo siguiente: sí, bien, ha muerto un joven. Pero es que la muerte ha estado siempre con nosotros. El dolor de los seres humanos es lo que nos une (casi más que el amor) a lo largo de los siglos. De hecho, antes que nosotros, estaban los dinosaurios, ni más ni menos que los gigantescos dinosaurios, quienes también fueron arrancados del planeta, exterminados, a pesar de que posiblemente, a su manera, habían desarrollado la conciencia del amor. El ser humano es, por tanto, una parte más del árbol de la vida en el que dolor y amor son reflejo de la inmensa e incognoscible divinidad que se manifiesta en ríos, cielos y bosques. Únicamente hay vida donde hay pérdida. Shalam

عندما تكون في الوحل ، يمكنك رؤية الأوساخ فقط

Cuando estás en el barro sólo puedes ver suciedad