Ignoro de dónde procede el término desorientación. Sé obviamente que hace referencia a un alejamiento o apartamiento del Oriente por parte de Occidente pero no sé cuándo, por qué y en qué sentido concreto se comenzó a utilizar. No obstante, escuchando un programa de radio días atrás, un teórico argentino hilvanó una hipótesis sobre esta palabra que, aunque no puedo confirmar que sea exacta, me parece realmente sugestiva. Y por eso la cito aquí. Porque avería debería ser un reino de la sugerencia y no de la exactitud. Además, me parece muy oportuna para describir la crisis nihilista en la que llevamos instalados más de un siglo.

Según aquel señor, el término desorientación nace por el hecho de que Occidente ya no mira hacia el Oriente. Más concretamente, a las ciudades orientales -Belén, Nazaret o Jerusalén- donde se desarrolló gran parte de la vida de quien fue el maestro espiritual de Occidente -Cristo- durante siglos. Alguien que nos ofreció unas máximas de comportamiento de las que la técnica, la ciencia y los ciudadanos descreídos reniegan constantemente. Lo que explicaría la desorientación colectiva en la que nos encontramos sumidos. Repito que no sé si esta aplicación de la palabra es precisa pero me parece muy apropiada sin dudas para describir nuestra época. Y, desde luego, considero adecuada citarla para desear Feliz Navidad a los lectores de avería. Shalam

أولئك الذين يرفعون أنفسهم سيخضعون

Los que se enaltecen serán humillados