Además de por sus sobrias e icónicas fotografías de rockeros, si el cielo le reserva un cómodo espacio para disfrutar de la eternidad a Anton Corbijn es sin dudas por su vídeo de «Enjoy the silence». Uno de los singles más pegadizos y enigmáticos compuestos jamás. Una oda techno capaz de convertir las discotecas en un templo de meditación y un día soleado y monótono en intrigante y festivo con su sola escucha cuya plasmación en imágenes fue realmente gloriosa. Pero no fue fácil en absoluto porque ninguno de los componentes de Depeche Mode tenía nada claro que las ideas del artista neerlandés potenciasen su creación. Todos tenían miedo de que un hit tan claro y absorbente, una canción destinada a romper piernas y sonar a todo volumen en autopistas y automóviles de parejas, yuppies y cocainómanos, perdiera fuerza e intensidad debido a la historia que Corjbijn se había propuesto contar (o más bien ilustrar): la vida de un rey -basado levemente en El principito– que, hastiado de sus obligaciones diarias, recorre los más escarpados paisajes en busca de un rincón, un pequeño lugar donde al fin disfrutar del silencio. De un momento de paz lejos de los oropeles de la gloria, el fragor de las batallas o los asuntos de la corte.
https://www.youtube.com/watch?v=diT3FvDHMyo
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