Dejo a continuación un nuevo avería dedicado a la Luz Casal de los 80. El cual recomiendo leer escuchando uno de los temas de su segundo Lp: «Los ojos del gato».
Luz de los 80
Si he de ser sincero me interesa mucho más la espontánea y casual Luz Casal de los 80 que la sofisticada y madura que llegó a partir de los 90. Cuando escucho alguno de sus discos no recurro a ninguno de sus últimos sino que siempre vuelvo a los primeros cuatro (y en ocasiones permito pasar algunas canciones del quinto). En realidad, no lo hago porque tenga algo contra la artista total en la que Luz se convirtió desde que cambió de productor y compañía y se relanzó como cronista sentimental de una era, cantante de boleros y coplas, intérprete de composiciones de tronío y sensibilidad cercana a las que tatareaban las musas de la canción francesa. Al contrario, si algo siento por la Luz actual y la reciente es respeto, casi admiración, lo que no es garantía sin condiciones para disfrutar de sus últimas metamorfosis y creaciones. Más que nada porque es precisamente por su inmadurez que es en la primera e imperfecta Luz donde yo al menos encuentro la llama que me enamora y no tanto en la artista reposada y serena en que ha acabado convirtiéndose.
La primera Luz era un vendaval. Una mujer que buscaba su camino entre ondas de rock barrial y callejero, producciones ochenteras, ritmos funk, medios tiempos esteriotipados y composiciones marchosas que podían sonar tanto en las discotecas como en los bares nocturnos. Era una artista casual y con un atractivo físico aún por moldear que, a pesar de que no terminaba de definir su estilo, era capaz de arrasarlo todo con su arrolladora personalidad. Poseía además una voz muy personal, plena de fuerza, de acento muy coqueto que lograba hacer suya cada canción que cantaba. De hecho, si nos fijamos, los cuatro primeros discos de Luz están llenos de composiciones aparentemente intrascendentes. Ideales para escuchar en un autobús urbano o en un centro comercial. Sin embargo, eso no significa que sean mediocres. De hecho, muchas de ellas son notables. Pero lo que, sin duda, las convierte en recordables y, por momentos, acuciantes y necesarias es la voz de Luz. Una voz llena de matices y fuerza que comenzaba a apuntar hacia los grandiosos paisajes vocales a los que lograría llegar en el futuro y que, en este caso, tenía como mayor baza su juventud y carisma más que sus condiciones técnicas.
Los cuatro discos que grabó Luz antes de su definitivo éxito masivo son intensos retratos sentimentales en los que se podían ver reflejados muchas personas. Luz era una rockera pero, ante todo, una cantante latina. Podía haber nacido perfectamente en Roma o Milán y ponerse al mando del nuevo pop italiano.
La grandeza de aquellos discos de Luz consistía en que llegaban a todo el mundo sin necesidad de vulgarizarse. Luz era una artista popular, amable y accesible pero que guardaba cierta aureola a su alrededor. Golpeaba directa al corazón de la gente común, sabía ponerse en el lugar de los oyentes pero, al mismo tiempo, entendía intuitivamente cuál era su sitio en los escenarios y fuera de ellos. Entonaba con idéntica convicción una canción de desamor como otra nocturna y viciosa sin dejar de ser ella misma. Luz gustaba a todos sin casi proponérselo. En esos primeros cuatro discos suyos se encuentran expuestos gran parte de los señuelos amorosos de la clase media, de las mujeres de la España socialista que despertaban a la modernidad entre los cantos de sirena de moda y las miradas furtivas e indiscriminadas de hombres invitando a la infidelidad, aventuras secretas en noches inacabables. Y, desde luego, en este sentido, no me cabe duda de que resulta muy bello escuchar la evolución de una artista que, en esos momentos, estaba más volcada en encontrarse a sí misma que en consolidar un estilo. Era una joya en bruto todavía por pulir que disfrutaba hedonistamente del presente sin dejar de mirar de reojo a un futuro que se había propuesto conquistar con todas sus fuerzas.
La verdad es que los cuatro discos me gustan mucho y me cuesta escoger uno entre todos, pero si tuviera que decantarme (algo que me dolería mucho) lo haría por el último. Un álbum que me recuerda al absurdamente denostado Never Let me down de David Bowie. De hecho, a su manera, Quiéreme aunque te duela es un disco que mezcla la estética fardona ochentera, el techno suave y el rock de una manera muy original. Por momentos, Luz (repito) se acerca al Bowie de Never o Tonight pero también permite rememorar el espíritu de los nuevos románticos sin por ello dejar de lado los ritmos rockeros y callejeros (sabiamente mezclados con suaves sintetizadores). Creo, de hecho, que es el disco más arty de Luz. En su momento, la artista declaró que había trabajado muchísimo en su grabación y se nota. Lamentablemente, el público español no se fijó demasiado en los matices allí presentados, las ventas sufrieron un pequeño bajón y Luz se vio obligada a virar a cotas más serias. Se transformó en una artista total que dejó de lado en parte su cota más burlesca, experimental y juguetona. Esa que desarrolló con total consciencia en Quiéreme aunque te duela y había ido espontáneamente dando salida en sus tres primeros discos. Discos entrañables, vivos, sentidos en los que es posible percibir a la perfección el espíritu desenfadado e ingenuo de la España de los 80. Esa España que se lanzaba a la calle como si no hubiera un mañana, coqueteaba con el sexo, la moda y las drogas y encontraba en el pop y el rock su particular y sensual Xanadú. Shalam
العلوم لها جذور مريرة ، لكن ثمارها حلوة للغاية.
Las ciencias tienen las raíces amargas, pero muy dulces los frutos
andresrosiquemoreno
el julio 20, 2023 a las 12:02 pm
1imagen…..esta lleno el teatro?……
2imagen….me confieso como en el septimo sello de bergman…
3imagen…..esta imagen si que me parece que se le parece a la cantante «nada malamina» la italiana rebeldosa………(rebel, rebel)…..
4imagen…..muy warhol…..primerisimo plano de gran cabeza….
5imagen….señoras holandesas en habitaciones de cristal….(toulouse lautrec)…………..
PD…https://www.youtube.com/watch?v=J_BrVIa5YiY…..nada malamina….el papa joven….
Alejandro Hermosilla
el julio 21, 2023 a las 4:29 am
1) Tengo la impresión de que a Luz o a sus managers les gustaba el rojo. Portada que compararía a las que por aquel entonces se marcaba Azucena, la de Santa. 2) Fotografía con machamo a videoclip. Esas luces. Tocata. 3) ¡A mí aquí me recuerda a Sabina o a una joven cantando en el programa ¡Que viva la gente! Aunque, en realidad, no se llamaba así. 4) Una muchacha común intentando poner un poco de color a una Esaña que viene del blanco y negro. 5) Luz aqui podría ser una de las bailarinas que aparecían con Bowie en la gira Glass Spider. PD: canción mítica debido a la serie muy bien traída aquí.
1imagen…..esta lleno el teatro?……
2imagen….me confieso como en el septimo sello de bergman…
3imagen…..esta imagen si que me parece que se le parece a la cantante «nada malamina» la italiana rebeldosa………(rebel, rebel)…..
4imagen…..muy warhol…..primerisimo plano de gran cabeza….
5imagen….señoras holandesas en habitaciones de cristal….(toulouse lautrec)…………..
PD…https://www.youtube.com/watch?v=J_BrVIa5YiY…..nada malamina….el papa joven….
1) Tengo la impresión de que a Luz o a sus managers les gustaba el rojo. Portada que compararía a las que por aquel entonces se marcaba Azucena, la de Santa. 2) Fotografía con machamo a videoclip. Esas luces. Tocata. 3) ¡A mí aquí me recuerda a Sabina o a una joven cantando en el programa ¡Que viva la gente! Aunque, en realidad, no se llamaba así. 4) Una muchacha común intentando poner un poco de color a una Esaña que viene del blanco y negro. 5) Luz aqui podría ser una de las bailarinas que aparecían con Bowie en la gira Glass Spider. PD: canción mítica debido a la serie muy bien traída aquí.