No sé qué hubiera ocurrido de encontrarme de golpe la portada de este disco –How the east was lost– en una tienda de discos una o dos décadas atrás. Pero tengo claro que le hubiera pedido al dueño que me dejara escuchar la obra que ilustraba y muy probablemente, la hubiera comprado.

No sé mucho de esta fotografía. Según parece, se hizo durante el atardecer del 21 de julio de 2019 y su autor es el fotógrafo polaco Maksym Rudnik. Pero ni conozco el lugar exacto donde se llevó a cabo ni la historia que hay detrás de ella. Tampoco necesito al menos de momento tener más datos al respecto. De hecho, el conocimiento excesivo mata en ocasiones la fascinación. Aunque resulta evidente que los miembros de Taraban son fans de Pink floyd y las bandas de prog-rock y psicodélico de los años 60 y 70. Lo que sí tengo muy claro es que, de caer en mis manos el disco durante mi infancia, hubiera podido quedarme horas mirando su portada absolutamente absorbido por ella. Creo además, que refleja perfectamente lo que es el doom metal: un sonido apocalíptico a través del que los músicos intentan retornar al principio del mundo. Un ritual de dimensiones profanas por medio del que, consciente o inconscientemente, buscan volver a ponerse en contacto con el misterio original; el exuberante, sagrado y salvaje clima que se respiraba en Mesopotamia, Grecia y las primeras civilizaciones; el idioma de los dioses antiguos. Shalam

الخطأ الأبدي للإنسانية هو أن يكون لديك مثلًا يمكن تحقيقه

El eterno error de la humanidad es tener un ideal alcanzable