Ultimamente he tenido alguna que otra charla con una persona que estuvo implicada en la Operación Nécora. Se convirtió en la sombra de Laureano Oubiña y Esther Lago durante varios meses y estuvo presente en unas cuantas sesiones del jucio celebrado a raíz de la detención de los traficantes gallegos. No creo que soprenda a nadie saber que su opinión sobre todo lo que tiene que ver con el fenómeno Fariña es muy negativa. Al haber experimentado en primera persona algunos de los sucesos de aquella época puede diferenciar muy bien lo que es mito, espectáculo, ficción, mentira o realidad.

Otro tema es que este señor logre entender cuáles son los mecánismos y resortes de la literatura, del cine o de las series de televisión y que vislumbre cuánto dinero generan (¿por qué será?) los productos relacionados con las mafias y el narcotráfico en nuestra sociedad actual. Muestra de esto último, por ejemplo, es el hecho de que mientras buscaba fotografías para ilustrar este avería haya encontrado un artículo que nos anima a vivir Fariña en primera persona proponiéndonos un recorrido por una ruta denominada Sito Miñanco.

En fin, si aludo hoy a esto no es porque yo me encuentre demasiado interesado en el fenómeno Fariña sino porque para poder mantener una conversación cabal con mi interlocutor, entender ciertos entresijos de sus historias y saber a quién se refiere, no me ha quedado otra opción que recurrir a contemplar una serie de reportajes y documentales televisivos y también, claro, comenzar a leer el célebre libro de Nacho Carretera. En su interior por cierto encuentro una anécdota que me ha hecho sonreír y no me resisto a referir en avería (aunque entiendo que ha de ser de dominio común).

Cuenta Carretera que, al principio de los años 80, los clanes gallegos traficaban sobre todo con tábaco hasta que (una vez comprobadas sus mayores prebendas económicas) lo comenzaron a hacer también con el hachís. Años después, Oubiña se justificaría asegurando que estaba convencido de que, al ser una droga blanda, el hachís acabaría siendo legalizado tanto en España como en el resto del mundo. Lo más gracioso de estas declaraciones radica en que, siguiendo esta línea de razonamiento, Oubiña y su abogado (Ruiz Giménez) contactaron ni más ni menos que con Antonio Escohotado para que testificara a su favor y ofreciera la pertinente información científica contrastada sobre las propiedades benéficas del hachís y otras drogas blandas.

Concluiré este avería con las declaraciones a este respecto del célebre autor de la Historia general de las drogas: «Cuando (Laureano) estaba siendo procesado, sus familiares me pidieron un escrito sobre la historia, efectos y uso actual del hachís, que con gusto hice. Incluso comparecí como testigo de la defensa en una de las vistas, pero Oubiña rechazó entonces a su abogado Ruiz Giménez-y no llegué a ser preguntado por nadie, si bien recuerdo». Shalam

عندما تكون في وسط الشدائد، فقد فات الأوان لتوخي الحذر

Cuando se está en medio de las adversidades, ya es tarde para ser cauto