AVERÍA DE POLLOS: Inicio E Música E Oar

Oar

Nov 16, 2021 | 2 Comentarios

Dejo a continuación un nuevo avería dedicado en este caso a Oar; el disco grabado por el miembro fundador de Moby Grabe, Alexander Lee «Skip» Spence, en 1969. El cual recomiendo leer escuchando su primer tema: «Little hands». Ahí va.  

Oar

Oar es un disco precioso, angustioso; un disco fantasmagórico en el que la psicodelia se convirtió en refugio del alma de un músico herido. Oar es la obra intimista por antonomasia. O más bien, es un espejo abierto de par en par al desequilibrado mundo interior de una persona. Alguien roto, descompuesto que componía canciones parecidas a juguetes infantiles y emitía gemidos que, en cierto sentido, eran gritos de auxilio. Invocaciones de ayuda al Universo. Al mundo astral. 

Muchos (debido a las enfermedades mentales de Syd Barret y Alexander Lee «Skip» Spence además del toque onírico de los dos discos) han comparado Oar con The Madcap Laughs. Y no seré yo quien niegue las similitudes. Aunque Oar es bastante más árido. Más folk rock. Más una piedra rodando por el monte sin dirección.

Syd Barret dibujaba estrellas en la noche. Con su voz y su guitarra, componía dibujos animados astrales. No era ese el caso de Alexander Spence. Quien por más que intentaba decorar sus composiciones siempre acababa reflejando un pozo sin fondo. Remitiendo a su tremenda soledad. La imposibilidad no tanto de explicarse el mundo sino de comunicarse con el resto de congéneres. 

The Madcap Laughs es un disco extraño de alguien perdido en su limbo. Si no posee esperanza alguna, aún no lo sabe. Se encuentra en búsqueda constante, cayendo sin saber aún dónde aterrizará ni cuándo. Está todavía en el país de las maravillas. Oar sin embargo, es una obra sin rumbo, triste, de alguien directamente desahuciado. En Oar no hay esperanza. Hay devaneos. Intentos desesperados de romper un muro. Sensibles golpes contra la locura y también contra la realidad.

Algo lógico porque, como es bien sabido, Alexander lo grabó después de salir del centro hospitalario de Bellevey (donde había sido internado, diagnosticado de esquizofrenia) tras intentar agredir sin éxito con un hacha de incendios a dos de sus compañeros en Moby Grape. El productor David Rubinson convenció a Columbia de que el músico lo grabara en los estudios de la compañía en Nashville pensando que hacerlo sería un acicate para su esperanza. Que allí podría recuperar el rumbo perdido. Aunque, lejos de ello, fue en ese exacto momento en el que lo perdió para siempre. Puesto que Oar fue olvidado rápidamente. No llamó apenas la atención. Un golpe a la maltrecha autoestima de Alexander que desde entonces, desapareció del primer plano de la actualidad musical y, a pesar de sus intentos por rehacer con alguna que otra banda su carrera, cayó en una inquietante y abusiva espiral de drogas, incomprensión y soledad. 

Si se escucha con el ánimo adecuado, no es difícil percibir la angustia y desorientación de Alexander. En cierto modo, Oar es grito de un náufrago. Alguien que sabe que está ahogándose y nadie va a salvarlo. Ni tan siquiera la música. Por eso se dedica a hacer lo que le da la gana y le sale un disco libre, insólito, bello y triste. Un lienzo expresionista sobre el deterioro psíquico. Una fotografía sobre la fragilidad emocional. Una de esas obras parecidas a una flor rota o marchita con las que resulta difícil conectar y que es aconsejable escuchar junto a un río o al anochecer que son sinónimas de aridez y extrañeza. Y por ello perturban tanto como conmueven. Shalam

لا شيء يفرق بيننا ولا شيء يوحدنا

Para que nada nos separe, que nada nos una

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1ºimagen…..no conocia a skip spence ni su lp oar……..unico……..(en la imagen se muestra «colgao»)……
    2ºimagen…..dentro de lo posible se mantiene «retador»………..
    3ºimagen……me han «cardado» el pelo y estoy realmente feliz(no he nacido)……
    PD:…..https://www.youtube.com/watch?v=recWodX-uUo…etta james…at last…1960…….

    Responder
    • Alejandro Hermosilla

      1) La buena vida. 2) Introspección. La vida es una cárcel. 3) Comida medieval. El candelabro de detrás será ocupado por un camarero para servir la comida. Alexander anuncia el ágape en un delirante filme surreal. PD: Me gusta el tono lánguido. La tristeza contenida.

      Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

Contenido relacionado

Videoaverías

Averías populares

Low

Low es la esfinge de los discos de música pop inclasificables. Los sutiles y enigmáticos. Aquellos que cuando, mirándolos directamente al rostro,...
Leer más
Share This