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La nueva rivalidad

Jun 17, 2024 | 6 Comentarios

Supongo que, a estas alturas, la mayoría de aficionados al tenis tienen muy claro que tanto Carlos Alcaraz como Janick Sinner están llamados a protagonizar la nueva rivalidad histórica de este deporte. No sé si a la altura de la sostenida entre Sampras y Agassi, McEnroe y Lendl o Federer y Nadal pero al menos de momento apunta a esas alturas.

Comentaba hace unos días con Pepe, (el director del canal Al mejor de 5 sets), que  pareciera como si una Inteligencia Artificial hubiera diseñado cuidadosamente las cualidades físicas y psicológicas de ambos tenistas para que los aficionados de medio mundo tengan muy fácil identificarse con uno o con otro. En realidad, su único parecido radica en que ambos son bastante cordiales. En eso son similares tanto a Federer como a Nadal. Dos tenistas aparentemente antitéticos que lograron conquistar el cariño del público por haber sabido mantener las formas en un territorio ultracompetitivo como el del deporte profesional. Lo cierto en cualquier caso es que más allá de su educación y de la visión positiva y amigable de su rivalidad tenística es difícil encontrar personas y jugadores (aparentemente) más diferentes que Alcaraz y Sinner.

Sinner sólo tiene de italiano el DNI. Diría, de hecho, que tiene más de austriaco o suizo que de latino. Es alguien muy cerebral que esconde muy bien sus sentimientos. No hace gala de ellos sino más bien de la forma de manejarlos. Si es capaz de controlar un grito se siente más realizado que si se le escapa uno ya sea por frustración o alegría.

Sinner tiene aspecto de intelectual europeo. Resulta más fácil imaginarlo con un libro en las manos en un café de Viena que desmadradándose en una discoteca. Si alguien me dijera que Sinner ha leido o piensa leer a Italo Svevo, Robert Musil o Stefan Zweig me lo creería. De hecho, puedo imaginarlo resolviendo problemas lógicos y matemáticos con soltura en la escuela. Comprendiendo intuitivamente al momento la filosofía de Wittgenstein.

Sinner podría pasar por ser un joven actor europeo. Un nuevo intelectual publicado por Anagrama. Cuando celebra un título pareciera que levanta las manos y sonríe más para contentar a su familia y a su círculo íntimo de trabajo que porque sienta la necesidad de hacerlo.

Sinner, eso está claro, ama el tenis. Pero parece ser más un apasionado del trabajo que de los títulos, la fama y todo lo que su privilegiada posición social conlleva. Creo que Sinner disfruta mucho entrenando y que entiende las victorias como una consecuencia natural del sacrificio más que como una excepcional prueba de su talento. A Sinner pareciera que le gusta más competir y exigirse que ganar. Es por eso por lo que todos tenemos claro que terminará convirtiéndose en una máquina, que irá creciendo puntos cada año y que puede terminar transformándose en un Terminator que recuerde (aunque sea de lejos) a Djokovic.

Alcaraz, por el contrario, no tiene aspecto de estar demasiado interesado en la cultura. Es mucho más fácil imaginárselo en un concierto de rap, bailando en una discoteca o riendo divertido viendo vídeos de Tik Tok que entrando en un museo o buscando un libro de Albert Camus en una librería. Es más sencillo visualizarlo tomando un cubata en la playa relajado y sonriente junto a un grupo de amigos del Instituto que disfrutando de un café solitario. Sinner es alguien indescifrable. Alguien misterioso. Y Alcaraz es el chaval amigo de todos. El gracioso de la clase que le cae a todo el mundo bien. Incluso hoy en día que es alguien famosísimo resulta factible imaginarlo comiendo un bocata de chorizo mientras ve un partido del Madrid en un bar de pueblo o en un chiringuito de playa o gritando (como todos lo hemos hecho) al tirarse por un túnel de un parque acuático o al descender por una Montaña Rusa.

Con el tiempo, las ruedas de prensa de Alcaraz se han ido haciendo más contenidas pero no es extraño que en todas ellas suelte un chascarrillo que haga reír a todos o conceda una declaración ideal para titular un artículo. A Alcaraz le gusta ser el centro de atención. No es que lo necesite sino que no le importa tener los focos delante. De hecho, siempre que puede se luce. Hace golpes para la galería. Todo lo contrario de Sinner, cuyos golpes siempre van enfocados a destruir a su rival. Alcaraz consigue puntos que valen por un juego y Sinner parece contar los puntos uno a uno

Alcaraz necesita divertirse para sufrir y competir. En cierto sentido, es como un niño o un adolescente que disfruta tanto o más del juego que de las victorias. Sinner no se sabe si disfruta o no. Se sabe que es un trabajador nato y que está dispuesto a esforzarse al máximo para seguir creciendo, pero en su mundo cuenta tanto un punto logrado con un correcto drive que una maravillosa dejada o un globo que aparezca en todas las televisiones.

Carlos Alcaraz no es reservado. Es casi transparente. Sinner pareciera concebir el tenis como el ajedrez. Un deporte casi más cerebral que físico y Carlos transmite a veces la sensación de estar jugando al voley playa en Río de Janeiro más que estar disputando un torneo profesional. Sinner nunca se adorna. Va a lo concreto y, por el contrario, Alcaraz ama la fantasía. Parece por momentos un futbolista brasileño. No se siente a gusto del todo si no logra varios puntos inverosímiles por partido. Necesita sentirse querido. Algo se enciende en el corazón de Alcaraz cuando la grada vibra con él. Cuando triunfa, Alcaraz parece un niño grande. Alcaraz gana y cree que todo el mundo se alegra de su triunfo. Quiere creerlo. Alcaraz se siente orgulloso al ver su efigie en la estampa de un bollycao y Sinner mira para otro lado cuando ve una foto grande suya en la calle.

Sinner sabe perfectamente que de sus victorias sólo se alegran con sinceridad unos pocos. Un pequeño círculo. El resto son conocidos y nunca van a ser sus amigos. Alcaraz probablemente también sabe eso pero en su fuero interno le gustaría que todos fuéramos su amigos. Sinner juega para su país, su familia y para sí mismo. Alcaraz para el mundo. A veces le gustan tanto los focos que prefiere intentar una locura de punto que ganar un partido con un golpe pragmático. Alcaraz tiene alma de adolescente y Sinner de adulto. Alcaraz tiene alma de malabarista y Sinner de organizador. Si jugaran al fúbol, Alcaraz sería delantero centro o extremo y Sinner jugaría de medio centro o manejando al equipo. Alcaraz recuerda a veces a Romario y otras a Mazinho y a Mauro Silva y Sinner a Pirlo, De Bruyne y Paul Scholes.

Creo que el verdadero Sinner debe salir en los entrenamientos. De cara al público hasta ahora siempre ha mantenido las formas. Muy pocos saben realmente cómo es. Nadie sabe en qué ocupa su tiempo libre ni sus verdaderos gustos a pesar de estar sometido a un insólito escrutinio público. Sinner da la impresión de que no disfruta de la fama sino que le da absolutamente igual. Creo que prefiere estar junto a su familia que en una fiesta. Pienso que hay un fondo muy pasional en él pero lo tiene muy bien guardado para no exponerse. Su rostro cuando gana y pierde es muy similar. Sinner gana un Master 1000 y como mucho, se permite una sonrisa. Una sonrisa que expresa más contención y educación que euforia.

Sinner se mueve espectacularmente en el fondo de la pista. Su juego es muy intenso y regular. Cuando agarra una marcha no la suelta. A pesar de que ha realizado ingentes trabajos en el gimnasio que han fortalecido su musculatura, todavía aparenta cierta debilidad por su extrema delgadez que levanta dudas de momento sobre su desenvolvimiento en partidos a cinco sets. En tierra y hierba todavía tiene que dar unos cuantos pasos adelante para consolidarse. Nadie duda de que los dará. La única pregunta es cuándo y cuántos Grand Slams más tendrá Alcaraz cuando Sinner se ponga a punto en tierra y en hierba como lo está en dura. Una superficie en la que la bola de Sinner hace más daño que en ninguna otra. Crea por momentos vértigo.

Sinner no tiene un estilo vistoso. Se nota que cada golpe está muy trabajado. Su revés y su derecha son casi canónicos. Sinner los ejecuta con tanta maestría que se puede permitir pensar un segundo antes de golpear a la bola. Ahí radica una de las características que lo convierten en crack. En su capacidad de pensar antes de dar un raquetazo y devolverla colocada y con velocidad. Lo que lo convierte en un jugador temible en pista dura. Una apisonadora que no depende tanto de su inspiración como un Alcaraz que, eso sí, el día que logre la solidez mental y sepa dosificar mejor su juego, aspirará posiblemente a obtener el aura de supercrack.

Sinner parece tener siempre un plan. Alcaraz también, pero a veces parece que se le olvida y se dedica simplemente a jugar, a disfrutar. Se diría que lo que realmente le gustaría es mandar la estrategia a tomar por el aire y dedicarse a hacer lo que le da la gana. Sinner se siente muy cómodo ejecutando la estrategia planeada. Es frío, gentil y educado. Alcaraz es cálido, risueño y casi siempre más pasional que servicial. A veces le echa más cojones y corazón que cabeza a la vida. Al contrario, Sinner nunca pierde las formas. El corazón se lo deja a su pareja, los cojones los pone en los entrenamientos y los puntos de break y la cabeza en todas partes.

Sinner es un tenista que mide bien los esfuerzos y Alcaraz es mucho más desatado. Si se lo está pasando bien no se cansa. Sinner sin embargo entiende que es necesario contenerse en ciertos momentos. El italiano necesita un ritmo de juego regular para dar lo mejor de sí mismo y el español a veces se mueve mejor entre sobresaltos. A Sinner es muy difícil sacarlo mentalmente de los partidos. Cuando pierde es más por tenis o por físico que por cabeza. Alcaraz por el contrario a veces se siente tan sobrado que se desconecta mentalmente o se deja ir. A Alcaraz le aburren los partidos de las primeras rondas y se relaja y excita con las finales. Para Sinner cada partido es como un día más en la oficina. Intenta tomárselos todos con idéntico nivel de importancia. Le tiembla, eso sí, todavía un poco la mano en las finales. Al contrario, Alcaraz es a veces un témpano en los partidos decisivos. Toda su bonhomía y alegría se convierten en solidez y agresiva frialdad cuando llega el quinto set de una final.

La verdad es que podría seguir y seguir pero creo que se me entiende. Sinner y Alcaraz son tan diferentes que son complementarios. En un año o dos va a ser muy importante estudiar sus partidos para fijarse en determinados detalles tácticos.  Sus encuentros pronto se convertirán en guerras. Auténticos clásicos. Algo similar a un Brasil Italia o un España Alemania en fútbol. Los aficionados tendremos muy fácil identificarnos con uno o con otro. Alcaraz juega al tenis como si cada partido fuera un baile en un sábado noche y Sinner con la misma eficiencia con la que el propietario de una empresa trabaja diariamente.

Es obvio que nos vamos a divertir. Si Nadal era Conan y Federer el capitán del barco de Vacaciones en el mar, Sinner es Neil Tennant (el cantante de Pet Shop Boys) y Alcaraz, un integrante de un conjunto de trap o de una banda tipo Estopa. Quien no se lo pase bien viendo los partidos de ambos es porque no quiere. En un sitio está la magia y en el otro la consistencia. A Alcaraz le pertenece la espontaneidad y a Sinner el rigor. Tirando de conceptos filosóficos, Alcaraz es platónico (está enamorado de sus golpes y sueña con la jugada perfecta) y Sinner es aristotélico (le gustan los golpes en la medida en que le ayudan a ganar, pasar rondas, conquistar títulos). Shalam

لأحلام غالباً ما تكون أعمق عندما تبدو أكثر جنوناً

Los sueños son a menudo más profundos cuando parecen más locos

6 Comentarios

  1. Pepe Cruz

    Es una genialidad. Solo alguien como Alejandro puede imaginar esos escenarios para los dos protagonistas.

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    • Alejandro Hermosilla

      Muchísimas gracias. Si este avería existe es por ti.

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  2. andresrosiquemoreno

    1imagen….quiza en cualquier otro deporte el sr.colegiado mande cambiar las equipaciones………
    2imagen….la cancha esta llena de curas…
    3imagen…la cancha esta llena de bombones de las monjas….
    4imagen…pulso con los codos apoyados(la mesa ha desaparecido)..
    5imagen….luego te invito a una morcilla «murssiana»…..
    6imagen…ya te pillare carlitiño….jugon!….
    7imagen…nos marcamos unas cañas atomicas en el oeste y a la mierda los millones….
    PD….https://www.youtube.com/watch?v=ipKp824VsyA….el pato lucas vs canastas (tragos atomicos)
    PD…https://www.youtube.com/watch?v=R7w1-v70Wgk….partido en la plaza de la catedral de murcia…(muropen)…sonrisa

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    • Alejandro Hermosilla

      1) Dos juveniles entrenando. Les gustaría formar parte del mismo equipo. 2) Termino el partido y me pongo a leer a Wittgenstein. ¿Podré dar un golpe wittgensteniano? 3) Termino el partido y me voy de sarao con Los Estopa. 4) Yo el halcón. A pesar de que me destrozaron el codo todavía soy capaz de echarme un pulso y ganarte. 5) Bien jugado Janick. 6) Me gusta competir para acabar dándome la mano contigo. 7) Tienes que conocer mi tierra. En España hay muy buenos humoristas. Mis padres me han hablado de Martes y trece. PD: 1) Momento mágico aquel en el que muerde la pistola. Dibujos muy modernos que gustarían a Zappa. 2) Dibujos muy South Park. La Mtv del tenis.

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    • Jesús

      Buenas Alejandro. Maravilloso y entretenido artículo con el que nos has deleitado. Eres un fenómeno.
      Un saludo de un cartagenero en Zaragoza.

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      • Alejandro Hermosilla

        Muchas gracias Jesús por tu comentario. No lo había visto hasta el día de hoy y se había ido a Spam. En fin. ¡¡¡Muchas gracias!!! PD: hace poco estuve por Zaragoza.

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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