Dejo a continuación un nuevo avería (el segundo) sobre Eyes Wide Shut. El cual recomiendo leer escuchando el célebre «Baby did a bad thing» de Chris Isaak.

Si todo va bien, mañana publicaré el tercero.

Quien desee leer el primero puede hacerlo pinchando en este enlace: https://averiadepollos.com/eyes-wide-shut-1/

Antes por cierto de comenzar este nuevo avería, desearía ratificar lo difícil que es hablar de este filme en concreto. No sólo por las teorías conspiranoicas que hay sobre el mismo sino por la exuberante información reunida por muchos de los fans de Kubrick. Cuando publiqué el primer avería, un apasionado de Eyes (Peter Valente) me envió un enlace  a un impresionante libro donde desgrana punto por punto cada escena y no sé si cada frase de la película:  https://thepictureofsk.com/free-ebook/

Realmente, el estudio que realiza Valente es asombroso y tras leerlo, lo lógico es preguntarse si queda algo más que decir sobre la pélicula. Probablemente su ensayo sea el definitivo (o uno de los definitivos) sobre Eyes.

Dicho esto, creo que todos los lectores de avería tendrán claro que mi única intención es comentar, en la medida de mis posibilidades, lo que me interesa de este filme. No es mi objetivo realizar un libro sino un simple análisis impresionista del mismo (similar a otros muchos que he realizado sobre otros filmes). En cualquier caso, si alguien se pregunta qué leer sobre Eyes, la respuesta está clara: el libro de Valente o ensayos como el realizado por Nik Dobrinsky (Eyes wide shut: hidden in plain sight) que también pueden encontrarse fácilmente en internet.

En lo que a mí respecta, sigo mi camino.

Ahí voy.

Eyes Wide Shut (2)

Stanley Kubrick era un más que notable jugador de ajedrez. Algo que se refleja en su cine en un trabajo concienzudo que abre innumerables (casi infinitas) vías de interpretación a filmes como Eyes Wide Shut. Una obra sumamente sugerente, llena de resonancias, ecos y signos que se van entrelezando y confundiendo a lo largo de todo su metraje de tal modo que es muy difícil dar una visión definitiva de la misma. Ninguna explicación (y menos las racionales) cierran de todo el filme o me parece completamente satisfactoria. Prueba del poder del arte total y de su capacidad de abrir distintas vías de comprensión de la experiencia humana en muchos casos contradictorias. Es por eso que yo, como Nik Dobrinsky, pienso que Eyes Wide Shut puede compararse a un cubo de rubik. Hecha la salvedad de que en este caso el cubo nunca quedaría completado. En cada una de sus caras aparecería siempre una inquietante pieza de un color diferente a la del resto (similar a la perturbadora pieza musical de Ligeti que aparece en determinados momentos del filme) que no permitiría dar por terminado el juego.

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Obviamente, gran parte del magnetismo de Eyes Wide Shut procede de su naturaleza onírica. Algo que se anuncia con total claridad en el título (Relato soñado) de la novela corta en la que se basa el filme de Kubrick.

No es casualidad que Arthur schnitzler fuera uno de los escritores favoritos de Sigmund Freud. Uno de los grandes méritos de su novela radica en que no deja claro lo que es real y lo que es soñado. En su obra lo consciente y lo inconsciente se fusionan completamente. Nunca hay un inciso, una pista o una acotación, como suele suceder en las narraciones clásicas, que permite identificar si estamos asistiendo a un sueño o a hechos reales. ¿Para qué? El título de la novela ya deja claro lo que vamos a leer.  

Relato soñado no es sólo una novela decadentista europea sino, sobre todo, una novela en la que se ejemplifica el triunfo de lo inconsciente y todas esas fuerzas dionisiacas que la racional Europa había pretendido dominar. Aunque también es una novela que muestra cómo intenta someterlas y canalizarlas para no ser autodestruido por ellas.

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En Eyes Wide Shut ocurre lo mismo. Kubrick nunca nos deja claro lo que es real o es soñado. No existe ese típico corte que nos sitúa en uno u otro plano de la realidad.

Ha sido precisamente el trabajo paciente y elaborado de muchos de sus seguidores el que ha ido detectando pistas y ofreciendo pruebas como la que dejo a continuación: la presencia y ausencia de una estatuilla en la famosa escena en la que el Dr. Harford (Cruise) se ausenta de su hogar y se dirige a casa de un paciente habitual, (Lou Nathanson) que acaba de morir.

En la primera fotografía observamos la entrada a la habitación donde yace el difunto de. Dr Harford (Cruise) y en la segunda, la del novio de Marion (la hija del fallecido que previamente ha declarado su amor al inexpresivo Dr Harford).

Ese es otro de los motivos que explicaría la fría acogida de Eyes al principio. No es lo mismo entender que gran parte del metraje es un sueño de Alice (Nicole Kidman) y en algún caso también del Dr. Bill Harford (Tom Cruise) que vislumbrar todos los sucesos como reales. Precisamente es la naturaleza onírica la que explicaría por qué en muchos momentos del filme, los personajes parecen en cierto sentido ser autómatas o tienen diálogos en los que tienden a subrayar y repetir ideas preconcebidas e innecesarias que los convierten en caricaturas, marionetas o loros, tal y como sugiere Michael Chion. A veces, de hecho, pareciera que los personajes hablaran al espectador, como si estuvieran en un teatro, porque ellos mismos se están hablando a sí mismos en el fondo de un sueño. Un efecto que provoca un extrañamiento tal que lo lógico es que sea muy difícil conectar con la obra en la primera visión pero que, a la vez, provoca un fascinante efecto letárgico en posteriores encuentros con esta auténtica experiencia.

En cualquier caso, no existen certezas absolutas en la película y eso es precisamente lo que convierte a Eyes en una bomba. Una obra inacabable.

A este respecto, el título que puso Kubrick a su filme (que podría traducirse como Ojos bien cerrados) deja claro que el director norteamericano intentó expandir aún más los ecos del relato de Schnitzler. Esos ojos bien cerrados no sólo podrían hacer referencia a los de las personas que duermen sino al aturdido comportamiento del Dr. Harford (Cruise) incapaz de darse cuenta de lo que tiene delante de sus ojos. Un reflejo de lo que le sucede al ciudadano medio, impotente en la mayoría de los casos de detectar lo que se mueve detrás de la sociedad del espectáculo o la influencia real (política y social) de ciertas élites y logias (masonería a la cabeza) cuya poder sobre las sociedades desacralizadas actuales es tan grande como sutil y sibilino.

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Es exactamente, repito, la naturaleza onírica del filme la que permite darle un sinfín de interpretaciones. Depende de dónde pongamos el foco, Eyes Wide Shut nos dice una cosa u otra. A mí, por ejemplo, me fascina ver la película como una continuación sui generis de Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo.

A esta visión me anima sin duda el que el personaje interpretado por Nicole Kidman se llame precisamente como la protagonista del inquietante libro de Lewis Carroll. Alice (Kidman) es en cierto sentido un reflejo perdido de la pequeña Alicia que se iniciaba subversivamente en los secretos del mundo adulto y la sociedad de su época.

Son precisamente las imágenes en las que Alice (Kidman) se contempla delante del espejo sola o abrazada por Harford (Cruise) las que anticipan su conversación con su marido y todos los inquietantes sucesos posteriores (que podríamos considerar en parte -sólo en parte- como un sueño).

En el momento en que Alice se mira al espejo, suena la célebre canción de Chris Isaak (un tema cuya letra resume en cierto sentido los sentimientos de Alice y se anticipa a su relato de posible infidelidad con el marinero) y comienza a fumar un cigarrillo de hierba, todo se precipita. El inconsciente toma el control, se produce la célebre discusión de pareja y a continuación todo ese viaje hacia ninguna parte de su marido que tiene su momento cumbre en la famosa orgía.

Alguien podrá preguntarse que cómo es que Alice es la protagonista del filme cuando es su marido el que más aparece en todo el metraje. Precisamente porque gran parte del recorrido y las peripecias del Dr. Harford (a excepción de las imágenes en blanco y negro en las que él rememora la posible infidelidad de su mujer con el marinero) se corresponderían con un sueño de Alice.

Esto lo ha explicado muy bien Peter Valente en su libro. Básicamente, todas las mujeres que aparecen ante su marido serían un reflejo de Alice. O más bien, de los deseos de humillar a su esposo tras su irritante discusión. Es por eso por lo que todas las mujeres dejan con la miel en los labios al Doctor. En una sola noche, Harford tiene contacto con un buen número de atractivas señoritas pero con ninguna de ellas logra ya no sólo consumar el acto sino ir más allá de un casto beso. Por el contrario, cuando Alice le relata llorando a su marido el sueño que ha tenido, ésta hace referencia a todo tipo de actos sexuales.

El relato soñado de Alice es tremendamente erótico, es casi un festín orgiástico. Cito ahora de memoria pero creo recordar que Alice llega a comentar que, durante su sueño, era penetrada por varios hombres ante la mirada atónita de su esposo. Y, por contra, todas las aventuras de su marido terminan en la más pura y ridicula castidad. No sólo no llega a completar ningún acto sino ni tan siquiera a iniciarlo.

A este respecto, me parece muy esclarecedor colocar a continuación uno de los dibujos realizados por Chris Baker para ilustrar el sueño de Alice. Un sueño que es es casi maldoririano. Satánico. Maldito. Una delirante aberración sexual en la que la muchacha se convierte en una gran prostituta, que podría perfectamente aparecer en una novela del Marqués de Sade.

Es necesario aclarar, por otra parte, que como todos los que han visto la película saben, este sueño no fue filmado. Pero sí que Kubrick pensó en la posibilidad de llevarlo a la pantalla. Es por eso que encargó una serie de dibujos a Chris Baker. En cualquier caso, finalmente, no se decidió a acometer esta empresa y creo que acertó porque Eyes Wide Shut es mucho más sugerente sin las imágenes de este sueño. Conociéndolo a través del relato desnortado y conmovedor de una Alice rota (esclava y dueña de su deseo a la vez).

En última instancia, más allá de las intenciones de venganza de la orgullosa Alice, lo que conectaría precisamente Eyes Wide Shut con los dos célebres libros de Carroll sería la orgia. De alguna forma, en esta orgía Alicia volvería a reencontrarse con muchos de los personajes que conoció en su delirante viaje por el país de las maravillas. Un libro que con razón ha sido visto precisamente como una oculta iniación de una niña a los misterios del sexo y un relato en clave de las sociedades secretas. De un modo u otro, esa orgía llena de personas enmascaradas cuyos atuendos remiten a símbolos iniciáticos, a personajes históricos, al ocultismo y a la perversión social, representaría ya no tanto la iniciación al erotismo de una niña sino la constatación del erotismo del poder y el dinero y la revelación del trasfondo que rige los designios de las sociedades modernas.

De todas formas, por si alguien tiene dudas de la importancia de Alicia en el país de las maravillas en Eyes, le animo a mirar la siguiente fotografía que pertenece a una de las escenas eliminadas del montaje final de la película. En ella se ve a Halford, Alice y a su hija remando a través de un lago en una pequeña barca.

Creo que esta imagen deja muy claro que Kubrick tuvo muy en cuenta el libro de Carroll. Es de sobras conocido que la idea de la obra surgió precisamente durante un paseo en barco de ocho kilómetros a través del río Tamesis realizado por el escritor inglés en compañía del reverendo Robinson Duckworth y las tres pequeñas hermanas Liddell. Para amenizar el viaje, Carroll comenzó a narrar una historia (Las aventuras subterráneas de Alicia) que hizo las delicias de las niñas (sobre todo, de Alicia) hasta tal punto que se decidió a narrarlas en un libro.

Aquí obviamente, Kubrick estaría aludiendo a aquel célebre momento.  Probablemente, el director norteamericano pensaría en situar esta escena al principio del filme. Pero creo que daba tantas pistas sobre la relación entre Alicia y Eyes Wide shut, que prefiriró retirarla. Siempre es mejor que el espectador haga su propio trabajo y dejar muchas vías abiertas.

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Es también muy fácil conectar la atracción por las niñas de Carroll (célebre también por sus fotografías de púberes desnudas (que, por supuesto, habría que contextualizar en su tiempo) y todas las resonancias con la pedofilia que las mismas han provocado) con lo que ocurre en Eyes Wide Shut. Una película en la que, en gran medida, aparecen un gran número de mujeres semejantes a prostitutas. De hecho, no resulta difícil intuir (o vislumbrar) que algunas de las que participan de la célebre orgía fueron introducidas en el sexo al menos desde su muy temprana adolescencia y han sobrevivido gracias a su sometimiento a las élites de poder. Una idea que como todo lo que ocurre en Eyes siempre queda al fondo y nunca queda explícita completamente, lo que permite que sigamos jugando con la imaginación. Abriendo sin cesar las posibilidades de un filme infinito en el que seguiré adentrándome en próximos averías. Shalam

أكبر عائق في الحياة هو انتظار الغد وخسارة اليوم

La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy