Dejo a continuación un nuevo avería (¡al fin!) que recomiendo leer escuchando el siguiente tema de Brian Ferry: «Don’t stop the dance».

De vuelta

Bueno. Pues averíadepollos está de vuelta. No tengo mucho más que decir. En realidad, me encantaba el anterior sitio y todavía no estoy del todo familiarizado con el nuevo. Aún hay detalles que debo implantar, pero creo que puedo decir que, sí, este es el nuevo lugar donde publicaré todo lo que se me pase por la cabeza y continuaré homenajeando a los artistas que han dado sentido a mi vida. Supongo que costará un poco acostumbrarse al nuevo espacio pero en unos meses ya nadie se acordará de la web antigua.

Durante los próximos días publicaré unos pocos averías que tengo pendientes sobre diversos temas y, si es posible, en una semana o dos ya comenzaré a dedicarme a temas nuevos. Todo a su tiempo. La escritura no es sólo pasión sino también un hábito que cuanto más se practica más fluye. Lo cierto es que no había estado en los últimos años tantos días sin escribir. Y supongo que al principio me costará encontrar el tono, pero no creo que tarde mucho en hallarlo.

La verdad es que podría haber urdido un desaforado escrito indicando lo mucho que he sufrido estos días sin escribir o lo que me ha costado estar lejos de avería, pero si he de ser sincero no ha sido así. Para mí ha sido muy grato poder dedicar tardes a charlar con conocidos y desconocidos, resolver asuntos prácticos de los que no suelo ocuparme, cuidar mis plantas, ordenar mi casa y (aunque parezca mentira) sentir que el mundo gira y continúa moviéndose perfectamente sin necesidad de avería.

En realidad, averíadepollos es un asunto mío. Es un asunto entre yo y la existencia que sólo a mi me concierne. Es una especie de combate de boxeo conmigo mismo y el arte que hago público porque si no, me volvería loco. Pero, en esencia, repito, para el único que es realmente importante este espacio es para mí. Soy yo el que juzga si lo que escribo aquí merece la pena y justifica mi existencia o la malgasta.

Tengo la sensación, de hecho, que restar trascendencia a la escritura la inserta dentro de la vida. La hace más consciente de su destino final: la desaparición. Y no hay nada mejor que estar forzado un tiempo a no escribir para tomar contacto con ese ocaso (el final de nuestras vidas y de todo rastro artístico) que, en realidad, no tendría que ser motivo de tristeza o pesar sino un motivo de causa mayor para incidir en la celebración diaria de nuestra vida.

Eso es lo que confío que sea avería. Una fiesta. Un ritual. Una orgía artística. Precisamente porque un día desaparecerá completamente como todos nosotros. ¡Quitemos, por tanto, el gesto de tristeza de nuestro rostro por la desaparición del antiguo avería y celebremos el nuevo! ¡La vida continúa con o sin nosotros pero, de momento, al menos, estamos en ella! ¡La existencia y el arte (incluso en sus facetas más depresivas) siempre son celebración! ¡Un milagro! Como cantaba Brian Ferry: ¡Que no se detenga nunca, jamás el baile! Shalam

يسافر عقليا أو جسديا لا توجد سعادة لمن لا

No existe dicha para quien no viaja mental o físicamente